Patxi Irurzun recopila en «La polla más grande del mundo» cuentos de los últimos diez años
El escritor navarro recupera en el libro publicado por Ediciones Baile del Sol 70 mini-relatos que aparecieron en fanzines y medios de prensa, entre ellos GARA. El humor y la originalidad son su sello.
K. ALMAGIA BILBO
«La polla más grande del mundo» es una recopilación de cuentos breves, que fueron publicados por Patxi Irurzun (Iruñea, 1969) en diferentes fanzines y medios de comunicación -entre los que se encuentra este periódico- en los últimos diez años. Son cuentos muy cortos, de folio y medio, que han «sobrevivido al paso del tiempo», pese a estar planteados como colaboraciones semanales de prensa. El resultado es un libro de ágil lectura que puedes acometer de principio a fin, o bien «abrirlo por cualquier página y leerlo entre parada y parada en el autobús», según el propio autor.
Aunque ha realizado incursiones en la literatura de viajes -«Atrapados en el paraíso», sobre su viaje al basurero de Payatas, en Manila- y en la novela -«Ciudad retrete», «Cuestión de supervivencia», «Odio enamorado»- son los cuentos el género preferido de Irurzun. «Es lo que más me gusta para escribir y también para leer. Aunque a los editores no les hace gracia porque es el que menos tirón tiene y el público también es reacio, yo me quedo con el cuento, que a la hora de escribir me exige un esfuerzo de concentración menor que el de una novela», explica. En «La polla más grande del mundo» hay humor, trozos de realidad, imaginación y originalidad. «Mi obsesión era no repetirme, de ahí la variedad en el tema, en el tono y en la forma». En estos relatos, Irurzun se atreve con todo: lo mismo pone a Hitler en una situación íntima que rescata una leyenda urbana para adaptarla a su estilo. Hay mucho alcohol, drogas, sexo y rock and roll, determinado seguramente por el medio en el que se publicaron (fanzines y suplementos juveniles). «Son temas que marcaron una época de mi vida. No soy de los que voy por ahí con la libreta, pero aprovecho cualquier anécdota para volcarla luego en el ordenador. Mis amigos dicen que tengo capacidad para atraer a los tipos más raros que andan por ahí. Yo los convierto rápidamente en literatura».
En muchos cuentos está presente la televisión e incluso se atreve a fabular con la vida de los Simpson. «Si te digo la verdad, lo que me a mí me gustaría es ser crítico de televisión. Es una caja tonta, pero ahí sale de todo y para escribir te inspira muchas cosas». Precisamente, el título del libro está tomado de un cuento que habla de un «ojeador de monstruos» que busca freakies para televisión. «Como pongo en la portada, no es un título autobiográfico -ríe-. Lo elegí como reclamo, pero creo que me está causando más problemas que otra cosa, y no sólo porque a mi madre no le haya hecho mucha gracia. Muchos se creen que es un libro pornográfico y en las librerías lo tienen medio escondido».
Proyectos
Aunque el trabajo y la paternidad le ocupan todas las horas del día, Patxi Irurzun se las arregla para arrancar tiempo a la noche para la escritura. Actualmente coordina un libro colectivo en homenaje a Bukowski que publicará Caballo de Troya, a la espera de que, después del verano, salga a la luz «Ajuste de cuentos», otra recopilación de relatos. «Con ellos quiero cerrar una etapa y dejar ya el tema callejero o juvenil. Me tengo que parar a pensar qué es lo que quiero escribir». Mientras, publica en una revista de bebés cuentos de humor sobre padres, hijos y anécdotas que generan.
2 comentarios:
Hasta los huevos de este imbecil
Infame señor anónimo, valiente y comedido: ahí van unas palabras de Jab, extraídas de su blog Escrito en el viento, que resumen a la perfección lo que desde aquí opinamos de estos anónimos guevazos:
A veces, cuando me siento muy cansado, me gustaría ser uno de esos anónimos que predominan en los blogs. Ya sabes, tipos nada creativos y probablemente fracasados, que insultan a los demás mientras les engorda el culo en horario de oficina. Con poco de lo que preocuparse, excepto permanecer alerta para que no les pille el jefe y vomitar su ira en los foros. Pero no puedo. No puedo permitírmelo. Tengo que seguir al pie del cañón. Tengo que seguir dando la cara. Y no siempre resulta fácil.
Tienes nuestros correos electrónicos en el blog, por si te apetece algún día dar la cara, capullín...Vicente Muñoz.
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