sábado, 31 de diciembre de 2016

ORIGEN por DAVID GONZÁLEZ



no es
una manzana
la que corrompe
y pudre
a las otras:

es

el cesto:

pero un día, lo sé,
será de otra manera:
jane kenyon:


David González, de Si te echan mano al cuello, encontrarán la soga (Letour 1987, 2016).

http://www.letour1987.com/si-te-echan-mano-al-cuello

viernes, 30 de diciembre de 2016

1 POEMA de MARÍA GUIVERNAU



En ocasiones
la poesía se queda sin palabras,
vacía,
y aguarda a que hagamos
de la vida un poema,
de cada nuevo latido, un verso.

María Guivernau 


Cover by Jacek Yerka

martes, 27 de diciembre de 2016

SUEÑO por FRANCISCO RAMÓN HERNANDO GUERRERO



Dioses, no dejadme desear 
de esta manera.
Dadme vino y traedme
realidades para creer.
No soy un niño atado al tiempo
y las hipótesis me cansan,
a veces me sonrojan.
De todas las razones,
solo la poesía escapa
y vuelve a abrir la ventana
y abre el mundo, y habla,
y dice:
qué quieres conseguir?
Tiemblo, pienso en una escalera sin fin
donde quedarse en ella es andar solo,
hacerse fuerte, muy fuerte,
desolado.

Francisco Ramón Hernando Guerrero


Photo by Sarolta Ban

sábado, 24 de diciembre de 2016

GRANO ENTRE LAS GRIETAS por MIGUEL ÁNGEL BERROCAL



A aquellos que marcaron estas líneas,
cruzarlas será su acantilado.

Los que nunca las dibujaron
parte de las paredes donde los cormoranes anidan son;
grano entre las grietas.

Miguel Ángel Berrocal


viernes, 23 de diciembre de 2016

LIBERACIÓN EN EL PATÍBULO por AINHOA MARTÍNEZ RETENAGA



Me desnudo el cuerpo
de una lenidad
que puritana,
me desuella el hambre,
inseminando mi vientre
con apofonías vacuas.
Deshabito la indubitable simetría
de esta magnánima hemostasia
que meliflua,
entibia mi fermentación;
mi escaldadura apresada.
Me desnudo de antropófagas clavijas
que defenestran a la ondina,
que de mi belfo diagonal se alimenta;
y me despojo, absuelta,
de analgesias luctuosas,
de aleves indolencias.
Salaz en mi carpanta,
palmoteo, titánica,
mi incuria cerril,
mesiánica,
ciclópea;
mi ardimiento lúbrico,
por un lenguaje inexpugnable.

Ainhoa Martínez Retenaga


jueves, 22 de diciembre de 2016

DOMA por DAVID GONZÁLEZ



un poema es
un caballo salvaje
y si quieres escribirlo
tendrá que ser
necesaria mente
con los huesos rotos
o molidos y
tendrá que ser
necesaria
mente también
desde el suelo
sangre en polvo
cuando todavía vas
por el aire:

tuve un momento de conciencia:

william s. burroughs jr:


David González, de Si te echan mano al cuello, encontrarán la soga (Letour 1987, 2016).

http://www.letour1987.com/si-te-echan-mano-al-cuello

miércoles, 21 de diciembre de 2016

UNA VIEJA AMISTAD por ÓSCAR ALONSO PARDO



Me lo encontré en el parque,
andaba sentado fumando un cigarro.

Hacía tiempo que no lo veía,
el paso de los años
no lo había tratado demasiado bien;
la heroína sabe hacer mejor que nadie su trabajo.
Charlamos un rato,
con la complicidad de los viejos tiempos.

Nos despedimos.

Mientras me alejaba,
pude oír mis pasos
cada vez más lejos
del que fui,
sintiéndome a salvo
de mí mismo.


Óscar Alonso Pardo


sábado, 17 de diciembre de 2016

PEZUÑAS por DAVID GONZÁLEZ



a los cerdos
recuérdalo
échales
bellotas:

a los puercos
no lo olvides
no les eches
margaritas

no sabrían
ni tampoco podrían

deshojarlas:


ellos viven una realidad, y yo otra:
tom kromer:


David González, de Si te echan mano al cuello, encontrarán la soga (Letour 1987, 2016).

http://www.letour1987.com/si-te-echan-mano-al-cuello

jueves, 15 de diciembre de 2016

HANK por CARLOS SALCEDO ODKLAS



Te conocí
hace 15 años
y cambiaste mi vida
por completo.
Me jodiste
bien jodido.

No es solo la camiseta
con tu cara,
ni los libros
en la estantería.

Es la ira
el vacío
la pena
la rabia
la autodestrucción
la locura

y es

el método
la fórmula
la manera
la visión.

Recuerdo un día
hablando con un amigo
por teléfono.
Yo estaba desesperado,
hambriento,
medio loco.
Sin trabajo
sin dinero
sin mujeres
sin esperanza
ninguna.
Encerrado en un cuartucho gris
pendiente de pago.
Totalmente solo
y a la vez
perseguido.
Estaba completamente
vencido,
al borde del llanto.

"Bueno"
dijo mi colega
intentando animarme
"¿No andabas siempre diciendo
que querías ser
como Bukowski?
Pues alégrate tronco,
¡lo lograste!"

Tenía razón.
Así era.
Sonreí.

Aquello fue
una piedra en el camino,
un momento de vacilación
y duda.
Hubo más
y habrá más.
Pero ya me habías advertido
que no sería fácil
robar rosas
de las avenidas
de la muerte.


Carlos Salcedo Odklas, del blog La venganza de los malditos.


martes, 13 de diciembre de 2016

SILENCIO, MOTOR por MANUEL ONETTI




SEC. 1. COCHE CARRETERA. INT. DÍA. 

La señal de radio se corta entre las montañas. Así que ahora tendré que decir algo. Dos personas en un coche de pobre. De esos con manivelas en las ventanillas. Sin ABS, sin dirección asistida, sin control de estabilidad. Los brazos pesados entre las curvas cerradas del norte. Todo este viaje es una cuesta. Las piernas cargadas, ansiosas por salir de esta conversación. El señor copiloto, segundo ayudante de dirección, se queja del coche del señor piloto, auxiliar de dirección. La radio no tiene para cd, ni puerto usb. A mí también me gustaría llamarlos cómicos. Primer tema de conversación. Pero ahora no hay cómicos. ¿Cuánto hace que murió Fernando Fernán Gómez? Yo no creo en los rumores. La gente con mal humor comprende qué es el respeto. La jerarquía manda el ritmo de la conversación. La jerarquía sintetiza y es síntesis. El teléfono de producción me saca de la aceptación. La ayudante de dirección controla hasta el viaje de los miembros de su equipo. Las curvas desaparecen por un rato. Concentración relajada en la conducción. Control de velocidad. Vuelta a la conversación. Nuevo tema. La jerarquía es una mierda. Siempre hay alguien por encima de ti. Nunca eres el primero aunque te comportes como 1. Cara a cara: ¡Sí Señor! Los gritos forman parte de esta profesión. Todo el mundo grita reclamando. Los actores gritan fuera y dentro de plano. En una réplica. Frente a la máquina del café. Al segundo ayudante de dirección le gusta follar con actrices, al auxiliar de dirección le gustaría follar con actrices. Toda relación acaba en odio. 

SEC. 2. ESTACIÓN DE SERVICIO/COCHE. INT/EXT. DÍA. 

La jerarquía dice que el superior siempre paga. Una botella de Coca-Cola y dos bolsas de patatas. Medio camino. El ticket de la gasolina para producción. La ayudante de dirección vuelve a llamar. Quiere saber por dónde van los actores. El segundo de dirección llama a un ayudante de producción. 5 minutos. El teléfono de producción del segundo ayudante de dirección suena. Sigo conduciendo. La radio vuelve con una canción en otra lengua diferente a la que puedo llegar a entender. Euskara. Los actores están en camino. La pelota vasca. Nueva conversación. Deseos de ir a un frontón y reventarte la mano contra una pelota. Método aceptado por los dos personajes del coche augurando inconscientemente/sin admitir la necesidad de un método para combatir el estrés de las dos futuras semanas de trabajo. El silencio del monte perturbado por un ejército de féminas figurantes. Por sus gritos ancestrales llamados Irrintzis. Gritos que recorren la débil carne del hombre del cine. Siempre luchando entre la obligación y el escondite de la noche, entre la vaguedad y la responsabilidad del miedo al grito jerárquico, entre un bosque macabro mitológico o una campiña soleada donde lo lascivo es libre y no catalogado por robustas voces y manos. La lucha de sonrisas de un reparto coral entre las que las humillaciones actorales basadas en el prestigio y la antigüedad se darán de postre en el catering a la mano de cualquier técnico. La inundación por lluvias de la cueva convertida en set de rodaje, mis hongos en la planta de los pies por la humedad y unas anginas clavadas por los gritos de un acomplejado director situado en algo reconocible por las revistas del corazón y las instituciones cinematográficas que juegan a hacer industria a pesar de la bajada del 35% en los sueldos de los técnicos en los últimos cuatro años. El frontón va antes que la Iglesia. En todos los pueblos hay uno. Por muy pequeño que sea el pueblo. Siempre hay un frontón. La jerarquía a menudo es discursiva e ilustrativa. El auxiliar de dirección sonríe. Estoy cansado de conducir. Quiero ir a un frontón y destrozar(me). 

SEC. 3. COCHE/TIENDA DE SOUVENIRS. INT/EXT. DÍA.

Continuamos con el frontón. A base de golpes y saliva. Pasamos la frontera. No la reclamada, sino una establecida. Con su puesto de vigilancia y su funcionaria. Atraviesan un par de pueblos con nombres de santos y de nuevo entran en este país. Qué país. Continuamos con el frontón. La ayudante de dirección vuelve a llamar. Ella ha ido por otro camino. Aún está lejos. El segundo de dirección al teléfono hace gestos rápidos de la noche madrileña para que pare el coche. Primeros pasos en esta tierra. Gris y frío todo. Entramos en una tienda de souvenirs al lado de la carretera. El frontón sigue siendo el motivo de todo. El segundo de dirección habla con el empleado. La jerarquía aquí no funciona. Un hombre grande detrás de un mostrador que no entiende muy bien qué queremos. Que no entiende qué hacemos ahí a pesar de tener una tienda de souvenirs. Nos da una pelota. Nos vamos. Las ganas de llegar al hotel y soltar las cosas para ir al frontón es de lo único que se habla en el coche. Aunque ninguno de los dos está muy seguro de la compra que han hecho. 

SEC. 4. HOTEL RURAL/FRONTÓN/PUEBLO. INT. DÍA. 

Habitaciones en la segunda planta. Una al lado de la otra. Escaleras de madera, suelo de madera, vigas de madera. Todo cruje. El segundo de dirección baja las escaleras con la pelota que ha comprado en la tienda de souvenirs en la mano. Crujiendo. El gerente no se puede creer que vayan a jugar con esa pelota. Les da otra pelota. Una para niños. La otra era de adorno, aunque el segundo de dirección diga que sólo era un regalo para su hija. La jerarquía no agradece el cuestionamiento de clases. El sonido de la pelota no es como en televisión. El segundo ayudante de dirección impone la jerarquía y vence al auxiliar de dirección. Dislexia locomotora. Dedos inflamados. Dedos pegados como un pez. El complejo de la clase obrera contribuye a la autodestrucción, a la permanencia de la jerarquía. Comemos en el estado español, meamos en la república francesa. Estoy marcando ciertas fronteras con mi propia mierda. Setas y más setas. Es la temporada de hongos. Caras cortadas se mueven en la pequeña plaza del pueblo. El tiempo y la suciedad se mueve como un rebaño. Los perros siempre están alerta. 

SEC. 5. CUEVA. INT. ATARDECER. 

La jefa está aquí. Otro descenso. La cueva es inmensa. Inmensa y fría, aunque con una sola entrada y salida. Eso lo dificulta todo. Un plano de planta. Tiros de cámara. El eje de la cuestión es el dinero, donde se llega con palabras como planificación, esfuerzo, orden, confianza, corten, otra. El baile de monstruos. El monstruo del brazo de doce metros hacia adelante hacia atrás girando en 360º hacia arriba hacia abajo extendiéndose sobre nuestras cabezas frente al monstruo de unos veinte metros y diez toneladas de grasa flácida y ojos de esparto iluminados sobre croma pisando a los trabajadores de ese otro monstruo de raja de culo sentado con un megáfono vociferando direcciones contrapuestas al sentido natural de la mecánica y la acción, al universo. Mujeres bebidas y drogadas bajo el vestuario y el maquillaje saltando entre raíles de cámara, gritando sobre el reflejo de las gafas de sol bakalas del aspecto. El eco de un sistema de sonido directo para una rave atravesando mi oído y el walkie talkie hasta mi entrepierna cuando la jerarquía no observa cómo miro a las auxiliares de vestuario agacharse para hacer un dobladillo al actor que aspira al método. Previsión, prevenido. Horas y horas extras subiendo y bajando entre las fuerzas del séptimo arte. Por el amor propio al foco de. El akelarre de decisiones entre la jerarquía sólo conlleva al suicidio colectivo. La salud de la cadena productiva es indiferente ante la vieja escuela. Todo por la película. Todo por. 

SEC.6. TERRAZA BAR DE PUEBLO. EXT. NOCHE. 

El equipo al completo. Un ayudante de dirección. Dos segundos ayudantes de dirección, dos auxiliares de dirección. La camarera hace un esfuerzo por entender. El salmo comienza. Otra ronda. Otra ronda. A mí me gusta llamarlo día Z. Los juguetitos están listos. La grúa, el helicóptero, los especialistas, las tres cámaras...Nadie confía en nadie. Todos saben que pueden morir ahogados en esa cueva. En ese pueblo escondido por el tiempo y la inquisición. Se acerca el equipo de cámara. La jerarquía chismorrea. La contemplación nerviosa ayuda a beber. Todos son fervientes creyentes del Apocalipsis. Los accidentes van a llegar. Mañana se abrirá la boca pero no se vislumbra el momento de dejar de masticar. De correr al hospital a por las dosis de toma, una y otra toma. Corten. Aquí viene arte. Amigos íntimos del director. Turno para los comedidos. La culpa siempre es del productor. Ese mafioso aficionado al. El que nos contrata por nueve semanas en vez de doce. El que no piensa pagar una jodida hora extra porque tú amas este trabajo. Está bien. Otra ronda. Lo más interesante viene ahora. Sobre la concentración y la libido de los actores. Hotel localizado a casi una hora del set. Cuando no existen distracciones todo es peor aún. La mente del ser intenta crear algo reconocido por la gran jerarquía de fuera. Este es peor que aquél. Ese es peor que el otro. Otra ronda. Aquí llega el equipo de maquillaje y peluquería. Botes de sangre listos. Transfusión prevenida. Ellos son los primeros que ven el desastre. A los que yo aún sabiendo el destino de caída tengo que presionar y presionar y presionar por el cumplimiento de la orden de rodaje. La jerarquía me lo permite. Sin prismáticos ni megáfonos. Lexatines entre caladas de hachís en las esquinas de las caravanas. Mirando mi cabeza de reloj cuadrado. Me odian pero me aman. Las mentiras que todos conocemos son la gran ayuda. Otra ronda. Finalmente llega producción. Nadie los aprecia. Pobrecitos. Creyentes en la herencia del negocio como si de familiares se tratara. Ellos juegan a la profesionalidad cuando no son más que lacayos mediocres. La jerarquía degusta complaciente. Sí señor, sí señor, sí señor, una y otra vez ante las preguntas de la ayudante de dirección. Todas respuestas falsas. ¿Pero si una mentira es conocida es falsa? Falso intento de profundizar a base de alcohol. Tú no tienes que pensar. Tú no estás aquí para pensar. Corre corre vuela vuela ya ya. Sí señor, sí señor, oído, volando, en la mano, oído, sí señor, ya, sí señor. Fin del día -1. 

SEC.7. CAMPAMENTO BASE. EXT. AMANECER.

Estamos en el campamento base y aún no está colocado ni el desayuno. La ayudante de dirección ya está en la cueva. Sola con su plan de rodaje, con su desglose de guión, con su orden de rodaje, esperando al director de fotográfica, al jefe de eléctricos, al maquinista...al director. Poco a poco empieza a llegar todo el mundo. Caras de sueño que ocultan el miedo ansiosas de bollería y café. El segundo de dirección me pregunta cada treinta segundos el tiempo que falta para que llegue el primer actor. La figuración ya llega tarde cinco minutos. Mal. Mal. Los teléfonos no saben muy bien a qué país conectarse y en qué idioma se habla dentro de ellos. Llega la figuración. Aún faltan diez minutos para que llegue el primer actor. Está en el coche y está en camino. Todo perfecto. Los refuerzos de maquillaje y peluquería tienen que correr más. Vamos vamos. Dos filas. Las maquilladas y las peinadas allí. Vestuario. Llega el primer actor. Caravana personal. Caravana de maquillaje, ya ya por aquí. Sí café. Aquí está. Jefe de peluquería queriendo matar a auxiliar de dirección. Llegan cinco actores a la vez. Caravanas personales, caravanas compartidas sí aquí, esta, esta, no, la otra. Vamos a vestuario. Tú a maquillaje. No da tiempo el café. El director aún no ha llegado. La cueva. La cueva con jefes de equipo tomando café suponiendo qué quiere el director. Empiezan a trabajar sabiendo que cuando llegue el director nada de lo que hayan hecho valdrá. Pero así la ayudante de dirección está contenta. El director de producción no quiere a nadie parado. Vamos vamos. La figuración va bien. Gritan y gritan a pesar de lo temprano del día. El director baja a la cueva. Poco interés en el primer día. Quiere algo distinto, efectivamente. La ayudante de dirección no tiene cobertura para comunicarse con el campamento a través de su walkie. Anda por el campo hasta que encuentra un punto. ¿Cómo van los actores? Dentro de diez minutos aquí para ensayar. Me da igual lo que ponga en la orden. Eso es. Producción mueve coches. Maquillaje y peluquería haciendo la digestión. Actores dormidos que entienden la jerarquía pero se la pasan por los huevos. El oído aún no está acostumbrado al walkie talkie. El pitido de las preguntas, de las ordenes, dónde está la fotocopiadora, qué actor baja al set primero, este va en un coche solo, estos juntos. Jerarquía y gritos. Todos listos. Todos al set. El campamento se vacía. Sólo quedan los cocineros removiendo una crema de agua. Un auxiliar de producción cuidando la caravana de la estrella principal rebajada al estatus de. Un auxiliar de maquillaje limpiando pinceles. Un auxiliar de vestuario planchando chaquetas. Un ensayo rápido. Está bien. Aquí y aquí. A ver. Réplica. De acuerdo. Media hora tarde. La ayudante de dirección sin uñas. La figuración jadeándome. Corred corred. Por ahí y por ahí. De acuerdo. Cuarenta y cinco minutos después de lo previsto. De acuerdo, aquí viene. Todos preparados. Vamos a rodar. La ayudante de dirección grita silencio motor. El segundo ayudante de dirección grita silencio motor. La jerarquía. Aquí voy: ¡silencio, motor!

Manuel Onetti

sábado, 10 de diciembre de 2016

REPLICAN-TEST: José Malvís.




INSTRUCCIONES 

Nunca digas a un niño que lea
nunca que carezca de amiga imaginaria
no digas a un niño que mienta
y jamás, pase lo que pase,
le digas qué libro es bueno para lavarse.


GAVIOTAS

La muerte dejó de existir
el mismo día que las gaviotas decidieron
no salir a pescar.

No tenía sentido salir a pescar
porque no tenía sentido alimentarse.
No tenía sentido alimentarse
porque no tenía sentido vivir…
Y lo opuesto de la vida
no es la muerte (ni mucho menos),
es tener la inquebrantable ambición
de dejar de existir:

LA MUERTE EXISTE y…
las gaviotas, con sus baterías de litio integradas,
lo saben.


DUDAS

Las dudas me hacen débil
el soneto también
la venganza, el odio, el pensamiento…
Tan pretérito perfecto
tan y tan pasado, minúsculo, pequeño.

Débil no significa ausencia de fuerza
significa que no todo está vendido
cuando casi todo está comprado.


José Malvís, de Replican-Test (Ediciones Amargord, 2015).

jueves, 8 de diciembre de 2016

BLUES DEL DIABLO AZUL por ABEL SANTOS




Sólo hay una cosa  que deba seguirse,
y esa es tu naturaleza.
OSHO

Cuando un ángel caído llora
cuando un ángel caído llora
sus lágrimas forman un espejo
que congela las llamas
que congela las llamas
y le devuelve su angélico reflejo

pero se lo llevan los demonios
se los llevan los demonios
para atarle las correas
y la ira agrieta su rostro
la ira agrieta su rostro
lactando el fuego de ideas ateas

y reniega de pedir perdón
reniega de pedir perdón
grita que da las cartas la conciencia
marcándolas con la tentación
marcándolas con la tentación
y el ángel va en contra de su naturaleza.


Abel Santos, de Las lágrimas de Chet Baker caen a piscinas doradas.

http://chamanediciones.es/producto/las-lagrimas-de-chet-baker-caen-a-piscinas-doradas/

martes, 6 de diciembre de 2016

3 POEMAS de ANA ACERA




EL CÍRCULO

No sé cómo he llegado hasta aquí
pero aquí estoy
permanentemente en tránsito

Sobre un puente de cuerdas y maderas gastadas
tan inestable como eterno

En el punto exacto donde se adivina el abismo
sin alcanzarlo
sin recordar ya, cómo regresar a casa

Un Sísifo giboso
arrastrando perfectas, pesadas esferas
de mágicos colores imposibles
destinadas a excelsas y renombradas
níveas criaturas
que asombran al mundo
con su inconmensurable estilo y grandeza
haciendo bailar la pelotita en el suelo
sin alterar, un ápice, su perfecto maquillaje.

Llámalo rencor
llámalo ira
pero cualquier día
Sísifo, saldrá a la pista
y reventará,
todos y cada uno de esos putos balones

Y el espectáculo habrá terminado
y aún sin el eco de los aplausos
por fin
y para siempre
Sísifo, alcanzará descanso.


ALGO SOBRE MÍ

Nunca te voy a mentir
pero yo decido lo que te quiero contar de mí

No pertenezco ni debo nada a nadie
yo elijo de mí lo que entregarte

De vagina y moral libertaria
sé cómo, cuando y con quién disfrutarlas

Vivo de música y canciones
pero me cansa la vida los trovadores

Aposté por la sencillez de una sonrisa valiente
tanto como detesté el socarrón sarcasmo hiriente

Y sobretodo aprendí que no es fácil ser bueno
ya lo dijo Salem
El mundo está lleno de hijos de puta
                                                    ...y de espejos


LO QUE SÉ DEL AMOR


que la ultima letra es la importante
si no quieres convertirte ni tener
la propiedad de nadie


que si deseas simbolizar la decadencia y la ruina
en forma de ciudad
solo has de invertir sus letras


que según Wikipedia
Cupido es su bandera
eso sí en forma de putto
que dicen es forma de niño
y que aún así me suena mal

También sé
que en castellano se escribe sin h
y en todas las lenguas
se escribe de más

Y sé
que tenía sus ojos
o que eso creía
y que esto
como todo aquello
ahora da igual


Ana Acera


jueves, 1 de diciembre de 2016

SI HAS VESTIDO UN CADÁVER SABRÁS DE LO QUE HABLO por PEDRO CÉSAR ALCUBILLA




cada vez que recibía
una llamada de la funeraria
para vestir a un muerto
me invadía
una ansiedad insoportable

me costaba respirar
y no podía pensar
en otra cosa

después,
al tener delante
el cadáver,
todo lo que había allí
me golpeaba directamente
el estómago:

el tacto frío
la rigidez de los miembros
el ligero olor a descomposición
el tono amarillento del cuerpo

los primeros momentos
los pasaba reteniendo
el vómito
hasta que me calmaba
y podía comenzar
mi labor

había visto la muerte
más veces,
había visto animales muertos,
flores, árboles,
e incluso cadáveres humanos
en la televisión,
pero ese tipo
de muerte
se comportaba conmigo
de una manera
distante

aquella no

aquella parecía
más cercana

era como leer
a escondidas
el diagnóstico
de una enfermedad
que nadie se atreve
a explicarte


Pedro César Alcubilla

martes, 29 de noviembre de 2016

PIE A TIERRA: Felipe Zapico Alonso.



Felipe Zapico nos muestra un registro hasta ahora no sondeado por él. Como me dijo el día de la presentación en el teatro de Barakaldo "salir del espacio conocido del registro amigo y cómodo no es fácil, pero sí necesario" y eso ha hecho, ha rebasado ese espacio cómodo y el resultado es magnífico en las tablas del escenario.

lunes, 28 de noviembre de 2016

HELTER SKELTER en MADRID




LA VIDA ES UN BAR (Vallekas)



La vida es un bar (Vallekas)
Colección de relatos en torno a bares vallekanos

Editoras: Ana Grandal y Begoña Loza
Ilustración de la cubierta: Javierre
Amargord Ediciones, 2016

Encuentros alrededor de unas cervezas, garitos que te atrapan entre sus pentagramas, tapas intemporales con solera, camareras/os polifacéticos que acogen risas y quebrantos, tascas en color sepia, parroquianos que nunca se toman la última, bares que nos sirven la vida: estamos en Vallekas y estas páginas brindan por ello.

Autor@s participantes: Capitán Narváez, José G. Cordonié, Valeria Surcis, Roxana Palacio Platero, Esteban Gutiérrez Gómez, Luis Miramon, Robértez, Gsús Bonilla, Alberto Avila Salazar, Morado (Tiempos de Chuta y Pota), Patxi Irurzun, Morris, David G. Panadero, Ana Grandal, César Ramos Zaragoza, Sonia Fides, Pablo Cerezal, Julio Jurado.

Presentación: 30 de noviembre, 20:30 h, La esquina del zorro, c/Arroyo del Olivar, 34, Madrid.




sábado, 26 de noviembre de 2016

¡VIVA NOVIEMBRE! por DOMINGO LÓPEZ



El día que amaneció con el Cabrón muerto, no hubo clases. Llegamos de mañana al colegio y todos los maestros estaban como atrincherados en la Sala de Profesores, bisbiseando y confabulados. Así que nos dejaron a todos a nuestra bola. Uno de la panda, el Canijo, sacó entonces el paquete de Bisontes, birlado en la tascucha de su viejo, y nos juntamos a fumar y toser detrás del edificio, donde languidecía un arbolito, el único vegetal de aquella escuela con ínfulas de reformatorio. Era noviembre, como ahorita mismo, y hacía un montón de frío. Como teníamos claro cuál sería nuestro destino de niños descarriados y menesterosos, juntamos unas ramitas y algunos papeles y enseguida hicimos una pequeña hoguera. Había que ir practicando para cuando nos viéramos tirados en la puta calle. Tras fantasear un rato con meterle fuego al colegio, cuando se acabaron los pitillos y la fogata se extinguía decidimos volver al patio a echar un vistazo al panorama. Al cabo de un rato, un profesor se asomó y casi prorrumpiendo en sollozos, tartajeando de emoción, anunció que éramos libres, eso dijo, y que ese día no había clases y que nos fuéramos al carajo por ahí. Entre gritos de júbilo, el conserje, temblando, acertó por fin con la llave y abrió la puerta y por ella salimos todos en estampida, soltando blasfemias y patadas, hurras y empujones. Y ya afuera, vimos cómo el Director, un tipo barbudo y larguirucho, se acercaba dando saltitos de pollo a los mástiles de las banderas, vimos cómo arriaba sin solemnidad ni hostias el trapo rojigualda y como sacaba de una bolsa otro trapo, cómo lo ataba a la cuerda y cómo izaba el nuevo estandarte y levantaba el puño como si quisiera amenazarnos o darle un mamporro a cualquiera. Y todos, como digo, vimos ondear una bandera roja, que mas bien parecía un mantel y como no entendíamos nada y además nos importaba una mierda, alguien opinó no sé qué cosa de los toros y que si nos íbamos a la playa a gandulear o al colegio de monjas, a subirnos a la tapia y vacilar a las niñas y por el camino nos encontramos con el viejo loco del Guindi, con una botella en la mano, borracho como una cuba y cantando estiró la pata el Cabrón, olé, olé, estiró la pata el Cabrón… Y decidimos irnos detrás de él a festejarlo, porque aquella muerte de aquel cabrón pintaba bien, tenía que ser buena, muy buena cosa para, por lo menos, nuestro dudoso futuro y para nuestro deprimente barrio.

Domingo López, del libro inédito Todas las cosas que no hiciste antes de decir chau.


viernes, 25 de noviembre de 2016

SON UNA DECENA DE OLVIDOS por IÑAKI HERNÁN




Son una decena de olvidos
los que te marcan la senda
de lo que antecede a tu nada.

Son unos pocos gestos
los que quiebran vanidades
inventadas con cerveza.

Son, antes de ser vacío ,
cenizas sin olor y transparencias
que sobrecogen a la luz.

Son cegueras que hieren
el cariño que la fe te otorga.
Personas... sólo son personas.

Quizá fue un mal paso,
un "tal vez otro día",
puede que sólo la palabra.

¿Cuál es tu alba?
¿dónde pernocta tu bilis,
cuando tú eres... ausencia?


Iñaki Hernán


lunes, 21 de noviembre de 2016

LLORONA: Brenda Ascoz.




NOCTURNO

Imposible situarla,
como a un espejo en la oscuridad
-que es papel o puerta o es espalda-.

De nuevo la Angustia,
sólida y oscura,
animal al acecho.


CANGREJO ERMITAÑO

Buscaba
cuerpos a los que adaptarme,
cuerpos donde construir un hogar
que me resguardara
de las inclemencias de la vida.
Cuanto hallé
fueron cuerpos vacíos,
cáscaras;
pero era peor
que habitar la intemperie.


CONTROL

Pero en esos momentos
soy yo contenida,
yo a punto de caer
a través de las fisuras de tanta contención.
Por supuesto,
tampoco entonces
-por supuesto no entonces-
soy feliz.
Ni nada parecido.


DE PADRES E HIJOS

Adoraba
la parábola del hijo pródigo.
A menudo nos contaba esa historia:
la del hijo
que regresa al hogar, humillado,
y se arrodilla ante el padre
suplicando perdón.

La clemencia de ese padre
como la más formidable
ostentación de poder.


Brenda Ascoz, de Llorona (Isla de Sitolá, 2016).

http://laisladesiltola.es/

viernes, 18 de noviembre de 2016

OMBLIGOS Y UNIVERSOS por JULIA NAVAS MORENO



Y tú
Abres los ojos al mundo
y adivinas un horizonte inmenso
un pastel completo
listo para ser devorado.
Y tú,
hambrienta, te relames.
Y tú,
valiente, planeas conquistar el Universo.
Pero el espacio está invadido de selva,
mosquitos y culebras
y el pastel tiene mordidas
todas las esquinas.
No hay rincón que lleve tu nombre.
No hay certezas salvadoras.
No hay un «te doy» sin un «dame».
Y tú,
bordeas cada señal surcada de dientes,
cada silla ocupada
para encontrar tu sitio sin molestar
y desde allí,
conquistar el terreno
de lo perverso
para pintarlo de blanco
desde tus actos,
tu sonrisa y tus palabras.


Claudico —solo por un momento—

Hoy necesito taparme un ojo
para acortar horizontes,
mi dimensión del mundo.

Para qué tanto espacio
si no puedo disfrutarlo.

No me deis interminables carreteras;
con un camino de ida y vuelta
tengo bastante.

Para qué esa paleta de colores
si todo es blanco y negro,
gris o marrón.
Para qué voz de soprano
si siempre tengo que hablar
en susurros o callar.

No es cobardía
sino hastío por tener que luchar
por un metro cuadrado
con tapia de piedra
todo él rodeado.
                            Un metro cuadrado, Vainica Doble

Curvas

Es redondo el marco que rodea
el bodegón de flores muertas
que veo desde mi cama.
Cerradas las curvas
que hacen del camino una sorpresa.
Ondeante el piso que sostiene mis pies.
Es difícil no marearse,
no perder el equilibrio.

Pero el vértigo espolea,
aviva los pasos que oscilan
a izquierda y derecha.

No hay baile con caderas rectas,
pasos al frente.
No hay emoción sin ángulos.

Y las flechas, en algún momento,
girarán para
                  caer
                      en picado.

Julia Navas Moreno, de Ombligos y Universos (Canalla Ediciones, 2016).

A lo largo de las páginas de Ombligos y universos, la poeta Julia Navas desgrana su permanente ansia de vida, observa el mundo y el destino de dentro a fuera, a veces en clave de derrota, sin duda idealizada, y otras con coraje para inventar una nueva realidad. 

Elige para ello el lenguaje de la desesperación, más intenso y más bello que el de la esperanza, para contar con una gran capacidad lírica el paso de lo relativo a lo absoluto, inscribiendo lo personal en lo universal.

Subyace en este poemario una clara vocación de resistencia profunda, de rebelión contra el opresor, que en ocasiones puede ser uno mismo y pretende robar el derecho a vivir una vida feliz, normal, sin ser héroe ni víctima. 

Inés Pradilla


jueves, 17 de noviembre de 2016

INFERNO por FRAN SOTO




Hemos mirado cara a cara al diablo,
sopesado todas las variantes;
la posibilidad de un mundo mejor ante nuestra falta,
la arena de reloj acumulándose en los bolsillos laterales,
la necesidad de perder y encontrar,
la urgencia honesta de regalarnos un puñado de sexo y poesía.

Inferno...

Atrapados en el último adiós,
en el eléctrico instante entre reencuentro y despedida.
En el último adiós,
donde se posan las moscas muertas
y un efímero recuerdo a máscara de fina piel
y cordero degollado nos envuelve.


Fran Soto

https://www.facebook.com/Fran-Soto-335568329916715/?fref=ts

martes, 15 de noviembre de 2016

LAS LÁGRIMAS DE CHET BAKER CAEN A PISCINAS DORADAS: Abel Santos.



“Abel Santos sabe matizar tonos diversos, desde el patetismo de la desolación en el que la soledad atormenta y emite su queja hasta el lamento elegíaco que despide la penumbra triste de un bar de copas, cuando el cliente llega a deshora y el camarero aleja su cansancio soñando con la huida a cualquier litoral deshabilitado. La actitud reflexiva de estos poemas nace en ese instante en el que sueño y realidad se confunden y el yo se siente único habitante de un espacio en ruinas; horas en las que el reloj de la melancolía marca el paso a una actitud vital que acumula fracturas y cicatrices”

José Luis Morante

(Jass, Ediciones Tuertas, 2016)

“Ahí, más allá de la marquesina de la parada de autobuses, en un collage alucinado y furioso, están todos los versos de Abel Santos, sus hijos bastardos y queridos…”

Javier Cánaves

(Demasiado joven para el blues, Eirene Editorial, 2014)

“Los poemas de Abel Santos son como las notas lánguidas de Chet Baker, que viven entre las calles de una ciudad cualquiera en una tarde de verano; se deslizan entre los sillones del bar de un hotel, desde los labios de una mujer de ojos altivos hasta el corazón helado del hombre que la acompaña. Son versos que salen a la calle a respirar el aire bañado por la luz del sol.”

Diego Vasallo

Las lágrimas de Chet Baker caen a piscinas doradas, Chamán Ediciones, 2016.

http://chamanediciones.es/producto/las-lagrimas-de-chet-baker-caen-a-piscinas-doradas/

BIO-BIBLIOGRAFÍA

Abel Santos (Barcelona, 1976). Ha publicado los libros de poesía: Esencia (1998), El lado opuesto al viento (2010), Todo descansa en la superficie (2013), Jass (2016), y su Antología poética 1998-2014 Demasiado joven para el blues.
En 2015 coordina la antología de varios autores La casa de los corazones rotos, donde reúne a más de una veintena de poetas que admira y que conformaron a lo largo de los años su universo de lecturas.
Ha colaborado en numerosas revistas de poesía a nivel nacional y del extranjero, y participado en un buen número de libros tanto de poesía como de narrativa.
Las lágrimas de Chet Baker caen a piscinas doradas (Chamán Ediciones), es su quinto libro de poesía, de poemas breves y espontáneos como una lágrima, escritos en servilletas de bar.
En 2011 fue encargado de prensa y relaciones públicas del I Festival de Poesía y Microrrelato: Vilapoética, de la ciudad de Viladecans.
Tras 12 años metido en drogas y alcohol, Abel Santos nos habla en sus poemas del peligro de traspasar ciertos límites. De formación autodidacta, él mismo ha bautizado su poética de "realismo bastardo", que bebe tanto del mundo real como del mundo poético o más introspectivo, sin una clara escuela o movimiento literario como padre definido.
Algunos de sus poemas han sido traducidos al árabe y al inglés.
Desde 2010 administra su blog de poesía: Demasiado joven para el blues.

lunes, 14 de noviembre de 2016

A BASE DE REFORMAS por MARÍA DONOSO




Ahora que tengo los huesos recién pintados
-por eso de que mueren por ti
y quiero que lo hagan guapos-
he reformado las ganas de recibirte.

El colchón no para de decirme que
hagamos con su relleno de tripas corazón.

La almohada tiene complejo de brújula
y me pregunta si ya he aprendido a dormir.

¿Cómo se consigue si los sueños
siempre viran a tu orientación?

El suelo tiene los brazos abiertos
para que juegues con mis braguitas
al balón prisionero.

Parece que se ha jubilado el timbre.
Por eso de que no llamas y
hogar suena a ciencia ficción.

El felpudo de la entrada me ha pedido
un tiempo para pensar
qué coño significa "Bienvenido".
Estaba pensando en darle plaza,
del hueco que deja,
a un cartel de "se busca auxilio indefinido"

No sé si lo sabes,
pero creo que la etiqueta del jersey
me está rascando los besos de la nuca
y el frío viene y va como Pedro por su casa.

Me he pintado la boca de poderes
para ver si con esas las heridas
son menos carne de cañón
y se quedan en recámara.

En los ceniceros quedan
restos de cosquillas
que me tienen calada.

Me miran.

Susurran:
"¿A qué aspiras, chiquilla?"

Ahora que tengo las caderas
acondicionadas a tus palmas;
y en faena los escalofríos de la piel.

Tienes que volver y,
con todos mis respetos,
no esperes que me porte bien.


miércoles, 9 de noviembre de 2016

LA CUARTA HIJA DE ROSA: Jorge M.Molinero.




PRÓLOGO

Isla Mujeres, en el mar caribe, fue un santuario dedicado a la diosa Ixchel, diosa maya de la luna y la fertilidad. Allí depositaban ofrendas con formas femeninas las muchachas como parte de su paso de niñas a mujeres. Al llegar los conquistadores españoles y ver las figuras, la bautizaron Isla Mujeres.

Me pregunto si su peregrinaje a la isla lo hacían solas o acompañadas de otras mujeres adultas o si algún padre o hermano las observaba de cerca en la playa con devoción y curiosidad. 

Como la de este poeta que escribe desde el naufragio transgénero de la infancia: un niño que se mira en el espejo de sus hermanas; que roba sus vestidos y el neceser con el maquillaje; que en carnaval se disfraza de mujer y se queda en casa pasando el aspirador.

Los poemas de Jorge M. Molinero son el peregrinaje del niño, del muchacho, del conquistador a una isla de nostalgia familiar, de castración y angustia ante lo femenino desconocido. Allí también se reúne con un Saturno futbolero, herido, desorientado como su hijo al que no devora sino que nombra “príncipe con habitación compartida y puerta del baño siempre abierta.”

Pero el hijo, el hermano, el titán, se siente atrapado en su isla de mujeres y atraído por la diosa Ixchel de tantos rostros diferentes: de loba, de gata, de violada, de gitana, de muerta… de niña adorable si no le llevas la contraria. 

El náufrago, el número cuatro en la deriva de la infancia, observa rendido a Ixchel porque “tiene en los ojos dos alacranes copulando”. Porque “sus labios son siempre fruta del tiempo”. Porque “ella es de esas mujeres que sin mover los labios te indican a quien hay que matar sin motivo.”

No matar. No matarse en la hechicería de los géneros y sobrevivir como un hermafrodita emocional superando fantasías tocadas y hundidas.

Entonces un aquelarre de mujeres con migas de pan y siesta sobre un hule de conspiraciones necesarias, hace erguirse al antropoide por encima de su miedo a no ser y aprende a no pesar, a no ser denso, a sentirse libre como “alga en una playa de Lampedusa”.

Viajen a este Yucatán urbano con un coro de sirenas en la sobremesa. 

Bajen con el dios Cronos en el ascensor a por el periódico y unos churros. Escuchen a Edipo cantar “Somewhere over the rainbow” mientras se prueba unos zapatos de tacón.

Láncense a esta playa con resaca de versos apasionados y hermosos junto a este hombre, también mujer, también poeta: Jorge M. Molinero.


Manuela Paso Rodríguez

*
Fui de todas el que menos belleza heredó
                 -apenas los ojos verdes-
Nunca hablé con ella
de cómo me desvirgué [mucho menos
pedirle consejo antes, como las otras tres]
Cuando todas las reglas se acompasaban y
bloqueaban la entrada del w.c
yo simplemente participaba de aquella conjura
bajando a la tienda a comprar tampones:

          Raro     distinto      a un lado.

….......................................

Los rincones de la salita limpios
para que las visitas no adviertan
el rastro de un vendaval de silencio
que apenas se llevó lo que ya no valía la pena
                             [o eso pensábamos]
La camisa planchada,
el juego de café a juego con el mantel,
las pastas danesas perfectamente colocadas esconden
el piso de abajo vacío
y el reloj
            parado
en una hora como otra cualquiera
a ojos de nadie.

Las pilas         dirás,
cualquier día olvido la cabeza por ahí.

Las pilas             dirás,

y dos veces al día seguirá siendo el momento exacto
en el que seguías peleando dentro del absurdo
juego de la vida,
absurdo como el juego de café.


Jorge M. Molinero, de La cuarta hija de Rosa (La penúltima editorial, 2016).