martes, 30 de junio de 2020

PERSONAJES DE FICCIÓN por ALEXANDER DRAKE


 

Existen tres tipos en mi ciudad que me tienen de lo más intrigado. El primero es un hombre joven y atlético, alto, fuerte, de menos de cuarenta, que casi siempre viste con una cazadora vaquera y deportivas de running, y lleva una media melena recogida por una cinta de tenis a lo Björn Borg, o por una bandana de color azul marino como si fuese un pandillero. Nada más verle da la impresión de que se hubiera escapado de una película americana de principios de los 80. Su forma de caminar es extraña, y su rostro resulta interesante y perturbador a partes iguales. Me lo he cruzado en numerosas ocasiones y nunca le he visto en compañía de nadie. Él simplemente camina con la mirada perdida como intentando encontrar el lugar y la época a la que pertenece. Siempre que le veo me pregunto cómo será su voz. Si será extranjero. Si será una persona normal o un loco. Si llevará un cuchillo encima… 

El segundo es un hombre de unos 45 años. Es de estatura media-baja y complexión fuerte, viste con pantalones Levi’s cuyos bajos le quedan demasiado altos y con unas deportivas blancas inmaculadas; excepto por una vez que le vi llevando un par de viejos zapatos náuticos. Siempre me lo encuentro en el paseo de la playa de Gros, caminando con garbo, moviendo enérgicamente los brazos al compás de sus zancadas y llevando el cuerpo ligeramente inclinado hacia atrás, como si un peso invisible tirara de él y le impidiera mantener una verticalidad normal. Da igual la hora del día que sea: mañana, mediodía, tarde, noche…; él siempre pasa por allí clavando su mirada en el mar mientras desfila con aire marcial. 

El tercero no debe de vivir muy lejos de mí, porque siempre le veo merodeando por el barrio. Éste, sin duda, es el más pintoresco de los tres. Viste de manera desaliñada y siempre lleva grandes sombreros hippies de colores llamativos. Tendrá unos 50 años. Es alto y delgado y muy moreno de piel, y sus ojos advierten del hombre desquiciado y peligroso que pudiera ser. A él tampoco le he visto jamás en compañía de otro ser humano, y alguna vez incluso le he cazado hablando solo o entonando una canción y desvariando como si estuviera drogado. 

La gran cuestión es: ¿De qué diablos vive esta gente? Siempre están caminando solos por la ciudad, sin rumbo aparente, ociosos, perdidos, completamente locos y abandonados. ¿Quiénes son? ¿Qué les ha pasado? ¿Cómo se lo montan para seguir adelante? Me los cruzo casi a diario; son como fantasmas que sólo yo puedo ver. Esta gente me fascina. Parecen vivir totalmente al margen de la sociedad y eso me gusta; les admiro. En cierto modo creo que les envidio. En realidad me gustaría ser uno de ellos…


Alexander Drake,
de Ignominia (Libros Indie, 2020)


lunes, 29 de junio de 2020

TU TIEMPO SE HA TERMINADO, POETA por RAFAEL LÓPEZ VILAS




No te preocupes, poeta
si algún día
no vienen los poemas
y el idilio
que tenías con el verso
se emborrona en la cinta
de tu máquina de escribir

Admitámoslo
Visto lo visto
Es posible
que la tinta
haya secado tu garganta
y ya no tengas
nada que decir

Es inútil
que intentes cambiar
lo inevitable
Tus palabras
se marchitaron
y tu cuaderno
naufraga con estrépito
entre descartes
y refritos asonantes
que vagan sin rumbo
en las procelosas aguas
de tu pasado abisal

Desengáñate, poeta
aquellos versos
ya no volverán
Estuvo bien estar
y haber hecho lo que hiciste
siempre que quisiste hacerlo
pero por mucho que esperes
la inspiración
nunca más
bailará para ti

La vida sigue
y la función continuará
aunque no quieras
mientras las musas
yacen en otra cama
y tú
aferras tu afonía
a los recuerdos
de tu pluma vacía
y la parca
afila su sonrisa
y se prepara
para llamar a la puerta
de tu viejo cuarto alquilado
en la Pensión
Anonimato


Rafael López Vilas 


lunes, 22 de junio de 2020

20 VATIOS AZUL PÁLIDO por JOSÉ MALVÍS




I pictured a rainbow / you held it in your hands

The Waterboys, The whole of the moon,

CONTRA LA TRISTEZA

Cuando se rompe la memoria
recurro a la magia contra los síntomas de la tristeza.

Abro mi vieja caja de casetes
pongo una de esas cintas desgastadas por el walkman
y subo el volumen en los altavoces del salón.


no te rindas.
Pon el sonido más alto y vuela
contra la tristeza
haz de redondeles y cuadrados
tu propia obra maestra.

*

You're the voice, try and understand it
make a noise and make it clear

John Farnhan, 1986.

LOCURA

Ser consciente de tu propia locura
es saber qué piensa la muerte.
Recordar todos los sueños de todas las noches
y conocer la ubicación exacta
donde se alojan los que no siguen la corriente.

Imagina que conoces los corazones rotos del mundo
y los entiendes.

*

MEMORIA ESTELAR

Todas las luces cuentan
todas las luces
son futuros nuevos en potencia
todas
claridad para el lienzo
frente a la triste, tristísima
noche sin estrellas.

Memoria estelar
memoria histórica
para ser cometa.


José Malvís de 20 Vatios  Azul Pálido ( Olifante Ediciones, 2020).

http://catalogo-olifante.blogspot.com/2020/04/20-vatios-azul-palido.html

viernes, 19 de junio de 2020

ARGUMENTO DEL POEMA por LUIS MIGUEL RABANAL




El hombre se encuentra sentado frente al abismo
y escribe en su cuaderno palabras de deslealtad,
palabras que le confesarán la vida.
Tose cada poco y de su mano, temblorosa
y una noche lasciva, nacen gestos
vejatorios y frases encantadas, quejas del pasado
vendidas a un postor hermoso, líneas que congregan
almizcle y rosales, el amor y las cinturas
de mujeres irremisiblemente extraviadas.
El hombre establece que el poema es su reflejo
más fiel, el laberinto que ha de transitar
de puntillas, a solas con la efigie que confunde.
Pero no es verdad, un poema es lo desarropado
del que sueña con celebrar el día de su muerte
sin vestirla y se abraza al caos de la noche
y ama desde entonces a su antojo
la posibilidad, la necedad, el bruto y triste signo
de su escritura que es tormento porque sí.
Hay un hombre también que calcina sus manos
en el mismo poema que duplica de aquel otro.
Es tarde y se cierra el cuaderno que no sirve
sino para alumbrar radicalmente las huellas
que huyen, los ojos agrandados y tenues,
el deseo iracundo de los hijos o la ternura
casual que dictan sus palabras.
El poema, no se sabe por quién, comienza
a ser escrito: no volver jamás, no tener
que recordarlo en mi corazón
que es un demente.

Luis Miguel Rabanl, de Que llueva siempre (Huerga & Fierro editores, 2020).


martes, 16 de junio de 2020

AVIARIO por GSÚS BONILLA


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Ahora que vivimos acristalados, como papeletas en el interior de una urna, mi voto diáfano se adentra en la sombra incógnita. Levanto los ojos, interrogante, y te busco al otro lado de esta barrera pulida y transparente, donde colisionan las moscas con violencia y resbala el agua de lluvia.

*

Bienvenidos a la soledad de las calles, al silencio en la plaza y al desamparo de las avenidas. Ya están aquí las aves de paso, los pájaros blancos, con sus rituales de música y las acrobacias. Volatileros, malabaristas, tragafuegos y comesables. El hombre deforme y la mujer maravilla. Ya están aquí, la nómada y el itinerante, libres, individuales, absolutos.

*

Durante este ir y venir de barrotes y verjas proliferan los ligamentos y las botellas llenas de escritos, que retornan de los mares distantes. Antepasados nuestros de tinta y brisa salada, de vértigo y desconsuelo. Mensajes de texto tras el cristal. Umbrías frescas y brezo blanco. Uno. La codicia de los comerciantes es proporcional a la escasez de los monederos. Dos. Apreciada legumbre comprometida, te espero en un plato llano, sobre un mantel cuadriculado. Y tres. En el buzón de la furia el recadero introduce un silbido lejano.

*

Los que añoran el látigo, los que aspiran a la opulencia que nunca alcanzarán, los de las ínfulas, los malimitantes. Los devotos y diligentes. El trepa, el medrador, el acusica, el tonto seguro. El no cualificado, el desheredado, el mercenario, el amortizado. Pobres. Pobres y esmerados en época de celo, sacando brillo al yugo.

*

En este paisaje de enfermedad y óbito, en este clima templado y húmedo, frío a destiempo, en esta letanía y jirones de bruma. Nada más fuerte que las cadenas luciendo nuestra cosecha, pastos, hierbas y agua, hasta donde alcance la vista, vamos evitando las trampas de la mazmorra. Quizá, por lo mismo, más que volar lo que se necesite es nadar.


Gsús Bonilla,
de AVIARIO (cuaderno de excusas)


viernes, 12 de junio de 2020

AVIARIO por GSÚS BONILLA



AVIARIO [el cuaderno de excusas] comprende una serie textos sin pretensión estética o lírica alguna. Por tanto, y por ubicarlos de alguna manera, podrían estar relacionados con una escritura meramente testimonial, apegada a lo prosáico, respondiendo a mi deseo de aferrarme al lenguaje de las emociones, a veces abstracto a veces corpóreo y verídico, en todo caso, el que me ha ofrecido la realidad, la que vivimos desde mediados del mes de marzo (2020) hasta quién sabe cuándo. Eso es todo.

Gracias por haberle dedicado un momento de lectura durante este conjunto de días tan singulares. Y por si a alguien le resultara de interés, todos estos textos están recogidos en un pdf, que si quiere que se lo envíe no tiene más que pedírmelo.