viernes, 31 de agosto de 2018

ASÍ NOS IMAGINO por GEMA FERNÁNDEZ MARTÍNEZ




Así nos imagino.

Yo estoy subida a un árbol,
se parece a un nogal
pero dos girasoles
azotan a mis pies
su mácula inocencia.

Me miras. Me invitas
a acercarme con las manos.
Hay un océano lisérgico
con demasiadas algas
obstruyéndome el vientre.

Tengo miedo, pero te digo:
¡Claro!
Tú respondes: ¡Oscuro!
Te trepo.
¡Hay tanta belleza
en la antonimia!

Allí, en las alturas,
ignoramos la llanura
bactereológica de los
felpudos,
hay un rubor aséptico
tiñendo de violeta mis mejillas
y puedo verte hundir,
consecutivamente,
tus pies de cartón pluma
en una nube.

Delimito tus huellas
con los dedos,
recoloco las vísceras,
cabeza, corazón...
todo en un mismo eje
y me aproximo a ti
con velocidad líquida.

El amor es un sólido,
me dices,
¡Bendita antonimia!
Oteamos a lo lejos
las multiples mutaciones
que han sufrido nuestros ídolos
en sus altares de asfalto.

El único evangelio que profeso
se hunde en el abismo de tus ojos,
replicas,
y moldeas con los muslos
un memorándum de razones
para mantener curva
la sonrisa.

Así nos imagino,
yo estoy subida a un árbol,
reivindico la autonomía
de los instintos,
Tú me instas a saltar.

Entre tanto, la brisa,
nos arroja a la cara
un dictum muy conciso:

Sois los neorrománticos
del siglo XXI
desenraizando a gritos
el sentido más trágico
de la vida.

¡Volad, cobardes!

Nos guiñamos los ojos
al unísono,
dejamos que el anochecer
nos abra paso.


Gema Fernández Martínez


jueves, 30 de agosto de 2018

EL ESQUIZOFRÉNICO HOMBRE DEL SIGLO XXI: Maya Mukti.




CUIDADO, CUANDO TE DAS CUENTA, YA HAS PASADO LA LÍNEA

El mundo anda mal.
Y habrá que repartir justicia,
pero más contundente
que la poética sólo.
Lo mejor de la tierra en las manos
de los más hipócritas,
cínicos y sádicos
especímenes bípedos.
Los mejores bocados,
los más bellos paisajes,
los mayores placeres
pertenecen a aquéllos
que esquilman la tierra.
Los ves en la sabana
contemplando elefantes,
ésos que ellos mismos
con su afán de más
están extinguiendo.
O saboreando en sitios exclusivos
los finos manjares
que su capricho pide.
Cogiendo y dejando,
gastando y tirando,
ensuciando el planeta
con su ir y venir sin sentido
de aquí para allá.
Y no puedo evitar que
ese odio que nunca me aflora
me inunde cuando pienso en ellos.
Elegantes sepulcros blanqueados
que siembran la muerte a su paso
con cada farisea sonrisa.
Máquinas de hacer oro
a costa de la ruina del débil,
del expolio del mundo.
Los odio y deseo que revienten,
pero quiero primero
que conozcan qué siente
el muchacho que humillan,
el animal que se comen,
las flores que pisan,
el cielo que ensucian;
todo el dolor que han causado
en sus dañinas vidas
concentrado a cámara lenta
en sus pútridas carnes
sofocadas de Hermès, de Chanel o de Dior.


ESTATUA DE SAL

Pero quién cree aún
en sus propias mentiras,
tan calcadamente iguales
a las de los demás.
Pero cómo seguir todavía
con las mismas imágenes
de repugnante brillo,
de amor de película,
de hipócrita paz,
sin turbarse ni sentirse incómodo
Y hasta cuándo, tú,
predicadora de la diferencia
que no eres capaz de marcar
dejando por fin de mirar
lo que insulta tus ojos,
vas a permanecer.
O es que crees que el hecho
de no cometer el pecado
te dispensa
de emprender de una vez
el camino de vuelta.


AL BORDE A LA IZQUIERDA

Quien acaba con sus reservas
de tolerancia ante la estupidez,
primero la ajena
y tarde o temprano la propia,
tiene un crudo paisaje delante de sí.
Deberá proceder para sobrevivir
a sacarse los ojos y nublar su sentido,
o si fuera capaz, remontarse muy alto,
más allá del alcance de sus propias verdades,
y remar sin parar en un aire
que sustente a su nada.
Pero eso son sólo palabras
para casi todos.
Lo que suele pasar
es que aún con desgana,
uno siga pastando,
cagando y durmiendo
como el resto del mundo,
hasta el último día,
en que entregue
el tesoro que recibió prístino, irreconocible por la mucha mugre que fue acumulando.
No encuentras todavía sentido
y aún misericordia en el hecho
de que te hayan parido
como ser mortal?


EL ESQUIZOFRÉNICO HOMBRE DEL SIGLO XXI

No me baño de noche en la playa
por temor a los monstruos marinos.
Los embalses ocultan siluros gigantes
capaces de comerse a un perro.
No me gusta jugarme la vida
subiendo montañas, volando en un globo o colgando de puentes.
Le quito la parte quemada siempre a las tostadas.
No salgo nunca sola al monte o de noche.
No subo a mi coche a desconocidos.
Evito comer cualquier cosa
con letras y números en su composición.
La lista de cosas que me atemorizan supera de largo a
las cuatro cosas con las que disfruto.
Aparte de eso, el mundo se acaba en cualquier momento.
Y estoy que no sé si meterme en un bunker
o liarme a comer yogures caducados,
pasar del condón y hacer sexo de riesgo
por saber qué se siente cuando se está viva
aunque sea por cinco minutos antes de morir.


Maya Mukti


miércoles, 29 de agosto de 2018

LATIDO IZQUIERDO: Rubenski Pereira.



SINOPSIS

Un libro cuyas temáticas centrales son el amor y el viaje a través de poemas con un vocabulario sencillo y directo. Rubenski consigue a través de sus versos enganchar al lector y llevarlo de la mano por las partes que forman el libro, mostrando una lectura a la que se regresa, una y otra vez, tras su término.


OTROS AUTORES HABLAN DE LA OBRA

“Es de los pocos libros contundentes que he leído dedicados a una mujer. Y no sólo lo quiere leer uno sólo en una ocasión. Uno desea reposar un tiempo con el fin de regresar a él y volver a dolerse, a conmoverse, a festejar una poética que ha logrado un nivel que pocos poemarios han logrado en las últimas décadas. Es un festejo poético, pero también un dolor que nos va conmoviendo de forma paulatina”

Guillermo Samperio

*

RUBENSKI PEREIRA

Nació en México, D.F. en 1977. Es Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas, UNAM, Maestría en Letras Modernas por la Universidad Iberoamericana. Ha publicado La obscuridad es la reina (2003), Coffee Shop Amsterdam (2011), el libro colectivo Perduración de la palabra (Antología de jóvenes poetas), UNAM, (2008). Corredores salvajes( 2016). Profesor ganador con dos de sus alumnos del primer y tercer puesto en el concurso de poesía De músico, poeta y loco…, UNAM, Dirección General de Incorporación y Revalidación de Estudios (DGIRE), (2008). Mención Honorífica con AFLO Arquitectos en el concurso Rescate a La Merced con la colaboración del Gobierno del Distrito Federal, México, (2013).  



martes, 28 de agosto de 2018

TRÁBAME EL CORAZÓN CUANDO ESTEMOS EN LO ALTO por JULIA ROIG



asúmanse o disuélvanse
hacia adentro o hacia fuera
pero hay que hacer algo con la escarcha de las palabras que no nacen
y el lirismo de los supermercados vacíos a las tres de la madrugada
y con la vida propia, que parece una forastera que aún no ha deshecho la maleta,
con ella también habrá que hablar.
Decirle que me descosí las vueltas del reloj
y repetí tu nombre tres veces ante el espejo, como la historia de Barker.
Y que con los rayos x de su mirada alguien me comió el corazón para devolverlo triturado, más desnudo y pobre que nunca.

Cuando escribir es una maniobra etílica siento que sirve. Cuando me tiendo sobre la hoja y me muevo con y en ella, y ya no sé quién mancha a quién, ni si alguien gobierna el movimiento, ni quién escribe sobre quién, ni dónde estamos, ni a qué nombre responder, o si yo en el vacío, o si el vacío en mí, entonces funciona, que se me desboque el pulso y el pelo y acabe todo en un tremendo feroz y decadente gemido-rugido, tan siglo XX, tan oh rabia, qué bien, que no me canso de sacarte, una y otra vez.
Y en cualquier parte, y en cualquier día, hora, minuto, cuerpo.

Al final lo único que no caduca es el instante que tiembla. Un árbol perenne que abrazar cuando está oscuro, incluso a mediodía. 
Agua que solo hierve, desaparece. Habrá que quemar e ir sorbiendo.
Arando espaldas y empuñando sexos.
Escribir a mano para que duela el verbo.

La chica del telediario sonríe en mute a las 20:23. Sus gestos dibujan sus palabras. Si se tensiona, habla de algo doloroso, pero también podría estar gozando, porque el rostro del goce duele. Que ya sé que la felicidad es una anestesia.

[Y tu voz como un submarino que escucho cada noche
mientras se ensanchan las ausencias
y los sueños caen en barrena.

Aquí una y todas sus variantes.
Aquí yo, libando de mis sombras.
Perdiendo el control
tan suave y quieta por fuera

Artes de escaparatismo
un paratodalavida con mi absoluto desorden.

Si llegamos arriba, juntos, trábame el latido
que ya me hice el callejero del acantilado
yo sola].


Julia Roig, del blog Miss Desastres Naturales.


Photo by Nicolas Gavino

lunes, 27 de agosto de 2018

PROMESAS DE FUTURO por PABLO MALMIERCA




¿POR QUÉ NO DORMIMOS PARA SIEMPRE?

En el sueño del justo, las manos ofrecen sin querer recibir respuesta. En el sueño del oprimido, el señor deja de existir bajo el peso de su azada. En el ensueño de las redes sociales, todo se transforma en deseo inmediato. En el sueño de la televisión, todos somos objetos de consumo. En el sueño del pornógrafo, el Diablo sodomiza a María Magdalena. En el ensueño de la justicia, todos somos juzgados por nuestra clase, género o raza. En el sueño del capitalismo todos somos la esponja que nunca deja de escurrir. En el ensueño del trabajo, todos nos dejamos engañar por una dignidad que nunca existió. En el sueño de la vida, todos dormimos para siempre.


PERDER EL TIEMPO

Malgasto la mañana viendo programas sobre blancos ricos americanos a los que pobres mexicanos construyen piscinas con fuego y cascadas interminables. Pierdo el tiempo borrando correos de entidades financieras, de magníficas ofertas que no puedo dejar pasar. Felicidad encapsulada lista para autoconsumir. Pasa la gente camino de ningún sitio con la mirada puesta en las fotos de instagram del último influencer, vacaciones de lujo para mentes inquietas. Fotos a un millón de dólares. Vidas que no valen nada al otro lado de la pantalla.


MIEDO


En el Océano Pacífico flota una isla de basura de 1,6 millones de km2. El Mediterráneo tiene una superficie de 2,5 millones de km2. La isla gigante de plásticos no para de crecer. El número de migrantes que cruzan el Mediterráneo ha aumentado un 35% durante el último año. Las ONG alertan de que si la mancha sigue creciendo los microplásticos acabarán incorporados a la cadena alimentaria de los humanos. Las ONG alertan de que el número de personas fallecidas intentado llegar a Europa ha aumentado en un 150%. El miedo atenaza a los pobres, a los que viven en las dos orillas. El miedo es la nueva moneda de cambio. Sigamos remando que el mar no es infinito.


PROMESAS DE FUTURO

Promesas de futuro adheridas a nuestras arterias, tejido adiposo que tarde o temprano colapsará la circulación de nuestros sentimientos. Valores de auto superación, nos venden nuestro porvenir en pequeñas cápsulas de odio, lluvia torrencial que arrastra toda señal de fracaso. Monstruos creados a nuestra imagen y semejanza, desprovistos de personalidad, viajan a través de años de penurias. Alteridad marchita como objeto de propaganda decrépita. Vivimos tiempos de calcos que empatizan con lo más abyecto de tus tripas.
Promesas de futuro y libros de autoayuda, el engaño y el disfraz como armas de futuro. Carnaval macabro de intereses y proyectos a corto plazo. La vida alquilada a quien no le importa.


Pablo Malmierca

Cover by Miguel Ángel Martín


jueves, 23 de agosto de 2018

¿QUÉ HAY EN UNA HABITACIÓN VACÍA?: Julia Navas Moreno.




No vivimos el presente. Nos adherimos a esa circunstancia obligada que es vivir, porque el pasado nos sujeta a todo aquello que hemos creado y nos da tanta pereza o miedo destruir. Y el futuro, ese devenir que nos mantiene en vilo; esa curiosidad, el reto de ver si somos capaces de cumplir lo prometido a nosotros mismos; de no renunciar a los sueños. Y es un esfuerzo baldío, porque el pasado, como el futuro, es intangible. Y en ese presente, todo cambia; todo discurre imparable condicionado por cada paso dado o contenido.

Julia Navas Moreno,
¿Qué hay en una habitación vacía? 
(Canalla Ediciones, 2018)

*
Como en su anterior novela, Esperando a Darian, la autora en ¿Qué hay en una habitaciónovacía? vuelve a situar a los personajes en una trama donde las casualidades y el destino hacen posible lo inesperado. Con una prosa fluida, ambienta en distintos espacios, físicos y emocionales, vidas que podrían ser las nuestras en la rutina, en la normalidad; pero también en el lado oscuro que alimenta el héroe o al villano que todos y todas llevamos dentro.


miércoles, 22 de agosto de 2018

CUBICAL MAGAZINE



En el año 2009 apareció, después de varias colaboraciones en revistas impresas y digitales, “Fanzine León”, un medio online que cubría todas las facetas de la cultura en la provincia leonesa, conciertos, presentaciones, entrevistas, reseñas de libros, fotografías de eventos y una agenda cultural que se convirtió en referente durante muchos años. 
La evolución quiso que se transformara en “Cubical Magazine”, pero el proyecto duró tan solo un año por motivos personales.

Esta vida en la que vivimos resulta tan caprichosa que ahora Santos M.Perandones, el creador de Fanzine León y Cubical Magazine, con residencia en Madrid, retoma aquello que tanta vida le dio, la cultura es su pasión y así ha quedado reflejado, como colaborador durante 3 años en la revista impresa “Mondo Sonoro Ed.Galicia-Castilla y León”, cubriendo eventos, reportajes, reseña de discos y libros, y siempre sus fotografías de fondo. Así pues, ha pasado por la radio en León, en Onda Cero y en otros tantos medios. En la actualidad mantiene una columna de opinión todas las semanas en el periódico impreso y online “La Nueva Crónica”.

Cubical Magazine contiene el mejor conocimiento del periodismo cultural, que con los años Santos M.Perandones ha ido fortaleciendo. 

No estamos ante una publicación nueva, sino el rescate mejorado de lo que en su día fue un referente en la provincia de León, ahora dirigido al público nacional, con una gran variedad de contenidos clasificados básicamente en estas categorías: música, eventos, libros, arte, tecnología, entrevistas, cine,...




martes, 21 de agosto de 2018

Y PUNTO por MARÍA GUIVERNAU




Punto de no retorno
o de partida,
puntos de sutura
o suspensivos,
punto y aparte
de una despedida,
puntos y comas
de incertidumbre.
Nos deslizamos así,
entre esa insignificante
gota de tinta circular,
casi imperceptible,
que nos cambia una posibilidad
por un rotundo imposible,
que nos indica los caminos:
norte, para perderlo,
sur, para sentirlo,
este, para amanecer,
oeste, para esperar la luna.
Puntos sobre las íes
para gritar la verdad al rostro.
Millones de puntos de vista
distintos
apuntándose unos contra otros.
Y yo sigo teniendo
la misma mala puntería de siempre:
cuando creo escribirte
punto seguido
tú te haces, irremediablemente,
punto
y
final.


María Guivernau


lunes, 20 de agosto de 2018

RÉQUIEM por SERGIO MAYOR



Leo a la tarde los Diarios de Merton y me entero de la figura de Benito José Labre, un santo extravagante, un underground del siglo dieciocho, rechazado por unas cuantas órdenes monásticas, patrono de los mendigos, los inadaptados y los vagabundos, un tipo que cumplía con su voto de no lavarse y cantaba letanías de la Virgen por los tragaluces de las prisiones. 
Me admira la contracultura de los poetas y los santos que se dan a los excesos del ascetismo y la decadencia (¿no hay un Evagrio en Robinson Jeffers? ¿Un Pacomio en Thoureau?), malditos a lo Verlaine o lo Panero, heterodoxos como aquel Felipe de Neri que se emborrachaba para acallar los rumores de su santidad, perturbados como María Alacocque, una santa que comía cagajones para mortificarse o aquellos yurodivvi que arrastraban perros muertos por las calles de Moscú y que a veces entraban desnudos en las catedrales en lo que me parece una escena muy digna de Tarkowski. 
En fin, hay mucha insurgencia en santorales y conventos, como hubo mucha aquel invierno que veníamos de los bares y la Reverenda Hogan predicaba inflamada de dios y de ginebra por las iglesias neogóticas de Londres.

*

De cuanto Chet Baker canta a Valentine, el adjetivo que prefiero es “unphotographable”. Tradición anicónica y teología negativa ahora que va quedando tan poco infotografiable por el mundo. 
Paseaba la otra noche por una ciudad fatigada de gente que se fotografía con la Alhambra como un prestigio de fondo. Una falta de respeto. La vanidad de aquellos comerciantes flamencos que posaban para los cuadros religiosos de Van Eyck. Nadie debe posar con un dios de fondo. Ni siquiera con el Cañón del Colorado. ¿Turismo? Un tipo me dijo que el turismo era la prostitución nacional de los países. Dijo que las ciudades sagradas son ahora las más prostituidas. Habló de ciudades prohibidas y mencionó una maldición de Venecia que es una conspiración contra la belleza. No sé. Recuerdo cuando esta ciudad era un lugar de recogimiento. ¿Pueden ustedes dejar de fotografiarlo todo? Dejen en paz los palacios. Posen para los anuarios de tumores y deformidades. Mi piel para las cajetillas de tabaco y los reconocimientos policiales. Dicen ustedes que “inmortalizan" y no saben lo que hacen y no saben lo que dicen. Hablan de recuerdos. ¿Es que todo debe ser recordado? Promiscuidad, concupiscencia del ojo: aquí la Alhambra, allí el Big Ben, el Machu Pichu, esta fiesta de cumpleaños, el contrapicado de los cuatro labios de una muchacha tatuada en un hotel de Berlín; mira, este es mi padre muerto....
Hubo un tiempo que el hombre temía el poder de la fotografía contra el alma. Los desalmados no correrán ese peligro. Y no serán percibidos. (¿Esse est percippi?) Pienso en la mujer de la Calle Tablas, infotografiable... ¿Para qué su retrato? 
Si hoy se aparece la Virgen a la entrada de una cueva, la gente sacará selfies, la dama en un segundo plano.

*

Anoche no podía dormir. Traté de leer una cosa de Hadot sobre Plotino, pero no había manera de leer. Hacía calor y una salamanquesa se movía por el techo. 
Finalmente preparé un termo de café y salí a por la furgoneta. 
Me gusta conducir de noche porque las carreteras están vacías, la tierra es extraña y Nina Simone canta mejor que nunca. Me gustan las luces reflectantes de los quitamiedos, el azul de los paneles luminosos, los intermitentes de los camiones y el cielo que parece un planetario. Subí un puerto de montaña, bajé un puerto de montaña y reposté en una de esas gasolineras nocturnas que Hopper ha santificado. Me encontré con bancos de niebla cerca de Baza y fue irreal y hermoso conducir de noche en medio de la niebla por un país enorme y despoblado. 
Al llegar a los llanos, rompía la luz del día. Amo esta tierra, pensé. Y esta exaltación, que parece un salmo, también es un miedo, también una tristeza. Este amor a la vida, esta fugacidad. 
Paré en un bar de carretera, tomé una ginebra, fumé un cigarro, pensé en los controles de alcoholemia. 
Amanecía. El mundo era hermoso y triste como un réquiem.


Sergio Mayor

https://www.facebook.com/sergio.mayor.3591

viernes, 17 de agosto de 2018

CELEBRAD LOS DÍAS: Sergio Algora.




ÚTERO

De nada vale aquí el talento.
Larval callo del silencio
en el segundo ojo aún cerrado.
La pezuña del que pía en el útero
continúa para ser mano de niño,
en un peldaño vertebrado
al se extiende.
El cráneo en formación se endurece
en un segundo la boca gruñe
encapsulada tras el coño
y la madre se acaricia
el abultado vientre
mientras un antebrazo flota
en la espesa pasta lechosa.

*

En cada niño hay un muerto, dentro de cada muerto
hay un monstruo que agoniza, dentro de cada monstruo
                                                             recién fallecido
hay una calle vacía, nevada, con ecos de voces golpeándose
en paredes de piedra. Dentro de cada poema
hay un monstruo y una niña
muerta. Incluso menos.
                                 A veces sólo hielo, sólo miedo.

*

Las mismas palabras, los mismos
entierros.
              Lo yermo, el silencio. Todo
lo irreconocible saliendo de la boca.
Lo que ya espérabamos pasado y sigue listo.
como todas las imágenes
frente a los espejos en los que nunca estaremos.
El mundo haciéndose nuestro
                                            a nuestras
espaldas.
             A mi pesar, la vida haciéndose
mía.

Borracho, con las mismas palabras
creas el mundo
que un día tu lucidez destruyó.


Sergio Algora, de Celebrad los días. Poesía completa (Chamán Ediciones, 2017).

https://chamanediciones.es/producto/celebrad-los-dias-poesia-completa-sergio-algora/

En Celebrad los días. Poesía completa se reúnen por primera vez, bajo un mismo volumen, los cinco libros que Sergio Algora publicó en vida: Envolver en humo, Paulus e Irene, Otro rey, la misma reina, Cielo ha muerto y Los versos dictados. A estas cinco obras se le une Invierno, el libro inédito que Algora dejara sin publicar. Como curiosidad, se complementa toda esta recopilación con un apartado de poemas dispersos de diferentes épocas que abarcan desde la adolescencia del autor, hasta el que probablemente fue su último poema antes de su fallecimiento. Una edición llevada a cabo por los editores Anaís Toboso y Pedro Gascón, que firman un prólogo donde se realiza un recorrido y estudio por la obra poética y vital de Sergio Algora, probablemente uno de los poetas más originales y menos conocido de finales del siglo XX y comienzos del XXI. Autor imprescindible e irrepetible.


Sergio Algora (Zaragoza, 1969 – 2008). Fue poeta, narrador, articulista y músico. Publicó cinco libros de poemas: Envolver en humo (1994), Paulus e Irene (1998), Otro rey, la misma reina (2003), Cielo ha muerto (2005) y Los versos dictados (2005), dejando un último libro inédito, Invierno, el cual ofrecemos en esta compilación de su obra poética. También trabajó en el campo de la narrativa publicando dos libros de relatos: A los hombres de buena voluntad (2006) y No tengo el placer (2009), éste aparecido de manera póstuma. Dejó inconclusa lo que sería su primera novela y publicó una obra de teatro: La lengua del bosque (2005).

Como músico grabó trece discos. Con el mítico grupo El Niño Gusano: Circo Luso (1995), El efecto lupa (1996), El escarabajo más grande de Europa (1998) y Fantástico entre los pinos (2000). Con Muy Poca Gente: Con zapatos nuevos (Ep, 2001) y En flor (2001). Por último, formó parte del grupo La Costa Brava con quienes alcanzó a grabar siete discos en cuatro años: Déjese querer por una loca y Los días más largos (ambos en 2003), Se hacen los interesantes y Llamadas perdidas (ambos en 2004), Costabravismo (2005), Velocidad de crucero y Futuros padres (ambos en 2007).


jueves, 16 de agosto de 2018

HOLA, TE QUIERO, YA NO, ADIÓS: Ana Grandal.




MUJERES

Cuando la conversación de los chicos deriva hacia las tetas de Luisa, el culo de Paloma o los morritos de María, Esteban enmudece. Ellos cuchichean a sus espaldas; Esteban lo sabe. Pero no puede soportar la vergüenza de oír, en las lenguas lascivas de los demás los actos que sólo él querría realizar con Luisa. O con Paloma. O con María.

DOS DESCONOCIDOS

Llevan un mes juntos y en sus conversaciones aún abundan las preguntas. Todavía inquieren, inquietos, averiguando hasta dónde llega su afinidad, si sus gustos se complementan, si existen incompatibilidades insalvables que les puedan arrastrar a una espiral de incomprensiones mútuas y desiertos infranqueables. Sin embargo, sí hay un territorio en el que han adquirido el conocimiento pleno del otro, en donde no necesitan más palabras: en la cama ya nunca volverán a ser extraños.

PAREJAS

Alicia y Esteban quedan con Jorge y Malena más o menos a menudo. Se sienten a gusto con ellos, comparten cierta forma de ver la vida y un sentido del humor un tanto ácido. Suelen ir a un concierto y después se quedan de copas hasta las tantas. La risa y la buena conversación están aseguradas.
Pero el verdadero disfrute llega al día siguiente: Alicia y Esteban se complacen en desgranar los ínfimos malentendidos entre entre Jorge y Malena, las fugaces miradas agrias, el rumor soterrado de una discusión. No, su relación no es como la de ellos, no hay comparación.
No es como la de ellos, adónde va a parar.

EL SECRETO

Alicia nunca se lo ha contado a nadie: el primer orgasmo lo alcanzó con Esteban. Con los demás, sí, se lo pasaba bien, incluso se excitaba hasta el delirio, emborrachándose de placer; pero jamás culminó. Sabía lo que debía experimentar, la masturbación la conducía al puerto al que deseaba arribar. Esteban fue el experto timonel que, con paciencia y confianza, consiguió que las suaves olas de la costa lamiesen al fin la delicada nave: el agradecimiento que siente hacia él es infinito. No lo admitiría ni antes un ejército de jueces; tampoco la deuda contraída.


Ana Grandal, de Hola, te quiero, ya no, adiós 
(Amargord Ediciones, 2017)


martes, 14 de agosto de 2018

UN POEMA de JUDITH RICO



Ya no eran tus manos
poniendo trabas en mis pies
era tu lengua bajando desde mi boca
hasta el mentón
asco
asco
asco
tus babas por mi
cuello
tetas
ombligo
sexo
ingles
muslos
tobillos
asco
asco
asco

Las sogas me desgarraban las muñecas
y yo tengo las manos finas
frías
el cuerpo pequeño
menudo
desnudo
los miedos por las nubes
la estabilidad por los suelos

Olía a sexo
sangre
Betadine
agua oxigenada en las heridas
aguja
hilo
Trankimazin
-respire, no respire,
respire, no respire,
respire, no respire-
Su TAC
gracias

A veces
siguen sonando sirenas
es curioso cómo los tímpanos no olvidan
los sonidos que nos acompañan
cuando estamos besando los pies
a la Parca

y sigo poniéndome en pie
mami
sigo escribiendo
sigo bailando
sigo rimando


Judith Rico


lunes, 13 de agosto de 2018

ULALUME: Edgar Allan Poe.




Los cielos estaban cenicientos y lúgubres.
Los follajes crispados y huraños.
Las hojas marchitas y secas.
Era una noche del solitario octubre,
Del más inmemorial de los años.

Fue cerca del oscuro lago de Áuber,
En la región brumosa de Weir,
Junto a la ciénaga brumosa de Áuber,
En el bosque embrujado de Weir.

A través de un paseo titánico de cipreses
Vagaba yo en soledad con mi alma;
De cipreses, con Psiquis, mi alma.
Mi corazón era entonces volcánico,
Como las escorias que ruedan en los ríos,
Como las lavas que ruedan intranquilas

En las sulfúreas corrientes del Yaanek,
En los últimos climas del polo
Que gimiendo mientras bajan rodando el monte Yaanek
En los reinos del polo boreal.

Nuestra charla había sido grave y moderada,
Pero nuestros pensamientos estaban paralizados y marchitos;
Nuestros recuerdos, inciertos y gastados,
Pues no sabíamos que el mes era octubre
Ni advertimos la noche del año
(¡Ah, noche entre todas las noches del año!)
No vimos el oscuro lago de Áuber
(Aunque ya habíamos bajado por allí).
No recordamos la húmeda ciénaga de Áuber
Ni el bosque embrujado de Áuber.

Y entonces, cuando la noche envejecía,
Cuando el cuadrante astral señala la mañana,
Al fin de nuestra senda,
Un lácteo fulgor nacido
Fuera del cual un milagroso creciente
Se alza con doble cuerno:
El creciente diamantino de Astarté
Claro y con su doble cuerno.
Y le dije: "Es más tibia que Diana:
Flota en un éter de suspiros,
Ríe en una región de suspiros:
Ella ha visto que las lágrimas no se secan,
Aquellas mejillas donde los gusanos nunca mueren,
Y ha pasado por las estrellas del León
Para señalarnos la senda de los cielos
De la paz leteana del Cielo;
Sube a pesar del León
Brillando sobre nosotros con su mirada confiada,
Sube sin temer el cubil del León,
¡Con amor en sus ojos radiantes!

Pero Psiquis, levantando su dedo dice:
"De esa estrella, oh mortal, desconfía:
De su extraña palidez yo desconfío.
¡Oh!, ¡apresúrate! ¡No meditemos!
¡Oh!, ¡vuela! ¡Ven!, huyamos; debemos hacerlo"
Aterrorizada habló, dejándome por el polvo.
Todavía ellos, apesadumbradamente, las arrastraban por el polvo.

Yo contesté: "Esto no es nada sino un sueño;
Sigamos su trémula luz;
Sigamos bañándonos en su cristalina luz;
En su sibilino esplendor está brillando
La Esperanza y la Belleza de esta noche.
¡Veo sus alas subir al firmamento a través de la noche!
Confiémonos en su resplandor
Y con seguridad nos llevará felizmente.
¡Confiémonos en un resplandor
Que no puede sino guiarnos con acierto
Cuando sube al Cielo en medio de la Noche!"

Así calmando a Psiquis, la besé,
Intenté alejar su melancolía
Y vencí sus escrúpulos y tristeza;
Pero estábamos parados a la puerta de una tumba;
Cerca de la puerta de una legendaria tumba.
Y yo dije: "¿Qué lees, dulce hermana,
En la puerta de esa legendaria tumba?"
Y ella dijo: "Ulalume, Ulalume.
¡Es la tumba de tu perdida Ulalume!"

Sentí mi corazón lúgubre y yerto
Como cuando las hojas se crispaban,
Como cuando las hojas estaban marchitas y secas.
Y yo grité: "¡Será seguramente octubre!"
Fue una noche idéntica, hace un año
Cuando viajé, cuando descendí hasta aquí..
Llevando una terrible carga.
¡Aquella noche, aquella noche del año!
¡Oh!, ¿qué demonio me trae hasta aquí?
Reconozco la ciénaga de Áuber
Y la región brumosa de Weir;
Bien conozco ahora que ésta es la ciénaga de Áuber
y aquél el embrujado bosque de Weir!


Edgar Allan Poe

sábado, 11 de agosto de 2018

APOSTATAR DE LA POESÍA por JAVIER VAYÁ ALBERT



Apostatar de la poesía
a b a n d o n a r l a
como se abandona lo amado
para no mancharlo de existencia.
Apostatar de la poesía
verla desde el retrovisor
menguar por segundos
con la tristeza de un martes de agosto
en las ventanas del geriátrico.
Renunciar a la poesía
como renuncia un poeta honrado al cargo público.
Negarla tres veces antes de que cante el gallo
regresar a casa encendiendo un cigarro
escuchar lejanas ajenas las sirenas
quitar el collar al insulto y el aplauso
"despertenecer" al escándalo
abjurar del verso
envainar la tinta
inmolarse en el espacio en blanco.
Apostatar de la poesía
a b a n d o n a r l a
berreando en la puerta de un convento.
Entrar en el programa de protección de testigos.
Encontrar a todos los perros perdidos en las fotos.
Ver desde mi piscina arder niños en autobuses
y que nadie sospeche jamás
que una vez fui poeta.


Javier Vayá Albert


viernes, 10 de agosto de 2018

AGNUS DEI por MARLUS LEON




Por la irreverencia de la carne
que quiere ser amada
por los sacrificios alejados del pensamiento
Amar sin dejar caer al fondo las lágrimas
Encontrar el camino de la redención en tus ojos
Y creer que uno se puede salvar en la luz
Resucitar con la cabeza aturdida
y el cuerpo inerme
Buscar la paz
levitando en el cosmos
y alejarse siempre del caos
que invade la nada de la indiferencia
Ser sublimes
A pesar
De
Esta
tierra

Marlus Leon


viernes, 3 de agosto de 2018

LA VOLUNTAD DE LOS ESCLAVOS: Carlos de la Cruz.




CANCIÓN CONTRA

Es contra el sol
la dureza de sus gestos
cuando roza la tierra con la palma de la mano abierta,
con gesto indiferente
como si estuviera de paso.

Es contra la savia cobarde
que arrastra los pies debajo de las piedras
y deja que la tierra se coma los filos
de las hojas de los árboles.

Es contra esta implacable necesidad de morder musgo
cuando me habla un desconocido;
la náusea de los nombres y los rostros,
el olor de la muerte en las vocales
y la necedad de las consonantes
que relinchan como bestias y bufan
cuando sujetas con la rodilla
sus cabezas contra el suelo.

Es contra el humo de las conversaciones
que se estira en puntos la lluvia.

Y no duele,
ni hace hueco en el pecho ni
siquiera puedo recordar
la última vez que duele
o que la luz amarilla de la bombilla rozó esta tierra
con la palma de la mano abierta
y la savia se me cuaja a la altura de los tobillos
y muerdo el musgo, huelo la muerte en las vocales,
mis rodillas se hincan en el cuello de un caballo
lleno de consonantes y llueve
porque de eso deberíamos hablar
cuando hablamos del dolor y de la muerte.


CANCIÓN DE LOS CHICOS CABALLO

Estar en ese lugar en el que todos
los rostros son el mismo rostro:
carne y hueso idénticos en un punto aleatorio
del espejo;
un ojo es un ojo este ojo
la mirada de otro,
la mano mi mano tu mano su mano las manos
sombras clavadas al cuero de un río vertical.

Sonidos que giran
suben y se deshacen frente al muro elástico
de la cuneta de una bombilla de 60 vatios.

Los fieles y los esclavos
la madre que espera con otras madres
frente a la comisaría
el hospital de la decencia y un quejido
que nace de lo más hondo,
cuerdos tartamudos y tullidos
pájaros de la inconsciencia
sembrados a un lado y otro de la carretera.

El trayecto intacto, el camino desierto
la luna en su sitio astillada, mordida;
un perro lleva su premio de hueso, pelo
y piel mechada
detrás de los juncos, entre las vías
donde juegan los chavales que son caballos
abrevando
y las estrellas pestañean
sobre las gotas de agua
que se balancean en la pelusa de sus belfos,
son hermosos
irrepetibles
la sangre sin madeja y los tendones
rítmicos y audaces
alrededor de la calavera.

Llegar al punto
en el que todas las muertes
parecen la misma muerte:
la muerte de otro
que camina despacio sobre la cuerda
de una ciudad en llamas
huesuda y destetada
perforada
vomitando cada tres minutos
un rosario de esclavos
idénticos a sí mismos.

Carlos de la Cruz, de La voluntad de los esclavos (La penúltima editorial, 2018).

https://www.facebook.com/La-Pen%C3%BAltima-editorial-515828045265515/

jueves, 2 de agosto de 2018

EL MONOPOLY ES EL INFIERNO, YO EL DEMONIO: Borja Navarro Sellés.




UN PSIQUIÁTRICO EN PRIMERA LÍNEA DE PLAYA DE LA ALBUFERETA

había bebido. el alcohol le hizo desarrollar una chulería que incomodaba al resto de pasajeros del coche.

me dejó en una gasolinera. allí hice una llamada y me recogieron. me llevaron directo al restaurante. invitó alguien, no sé quién. la cena costó un mes del alquiler de mi habitación.

a la mañana siguiente me desperté demasiado pronto. las olas tenían todo el protagonismo (en lo que al sonido respecta). luego volverían a llevárselo los coches.

pero antes de eso, bajé y anduve por la orilla descalzo. dirección san juan. por una ruta estrecha entre mansiones ilegales y el mar.

entre esas mansiones, también en primera línea de playa, encontré a juan. estaba al otro lado de la valla metálica. mirando el mar, pero sin mirarlo. como buscando almas. abría y cerraba la boca como las lubinas recién pescadas en una bolsa de plástico.

me acerqué, no quedaba otra, la ruta pasaba por ahí. me miró, como si también buscara la mía. luego volvió a lo de antes.

yo estaba fuera. él dentro. ambos en primera línea de playa. ambos separados por una valla finísima que, a él, un día, y sin darse cuenta, le hicieron sobrepasar.


LAS ESTRELLAS EN EL CINE

aparqué lo más rápido que pude y mal. no pensé que el parking de un polígono se fuera a llenar tanto.

la taquilla estaba cerrándose justo cuando llegué. perdone, perdone, grité. conseguí una entrada. no ponía número de asiento.

me entregaron un folleto, junto con la entrada, donde explicaba la programación del festival de cine.

habían habilitado una nave industrial y allí se reproducirían algunas películas.

un chico de gimnasio bien apañado con una camiseta de staff me dijo que me tenía que sentar allí (señalaba con el dedo uno de los peores sitios).

me senté, me acomodé y me dormí. me despertó el mismo chico de staff cuando ya no quedaba nadie en el cine. me dijo que entraba una consumición con la entrada.

me la tomé sentado en mi capó. mirando las estrellas, aunque no se veían en nuestro cielo. nunca se vieron.


DESDE UN RELOJ HASTA UNA PALABRA. AL OTRO LADO DE LA MURALLA DEL XXI

conduzco por una de las avenidas que forman la muralla contemporánea de valencia: perez galdós.

de aquí a las afueras se mueve la economía sumergida, valencia es otra. encuentras lo que perdiste, si vas dispuesto a ello.

aparco en el chaparral y me siento en un banco. desde aquí veo una de las canastas de la cancha que se conoce por el nombre de chapa.

cierro un ojo e introduzco, con gran habilidad, mi índice en la canasta, simulando un arco de tiro espectacular.

sé que está lo que busco por aquí. aunque sea de paso y temporal. con eso me conformo. lo siento como una victoria. aunque no vaya a mover un dedo más.


LOS APODOS COMO TERAPIA DE BAR

te diría que te levantaras más temprano. con el tiempo justo para bajar a la calle y ver cómo sube la persiana el jefe. lo que pidas es cosa tuya.

una vez entras en esa rutina, amigo, estás salvado. formas parte, sin darte cuenta, de una secta muy sana para nuestra situación.


el habas, el trucho, el cosa fina, el teniente, el junqueras, el popo; hasta tenemos a usain bolt, que es el cojo de los cupones.

al final hace callo. es como llevar garrafas de agua durante todo el día. al principio duele, luego se forma una capa de piel dura que no hay dolor que lo traspase.


EL MONOPOLY ES EL INFIERNO, YO EL DEMONIO

desplegamos el tablero y lo posamos sobre la mesa. sube un olor a encerrado. rápido me levanto y busco una cerveza por la nevera. no puedo ser dicaprio en the wall street sin ir por lo menos mareado.

compro todas las calles en las que caigo. compro la castellana, gran vía, lavapiés. compro cea bermúdez , avenida américa, bravo murillo. compro las estaciones de nord, goya, las delicias. compro todo.


empiezo a edificar. casa, casa, casa y casa. luego hotel. la gente me paga. mis billetes de quinientos se van multiplicando. entro en la cárcel y salgo más fuerte que nunca, crecido.

me imagino conduciendo mi cochazo, el mejor que hayas visto, por todas mis calles, saludando a mis inquilinos con más pasta, invitando a un buen almuerzo a los más humildes. sintiendo mi poder.

me imagino yendo al bernabeu de gratis, por contactos. sentarme debajo de florentino. presenciar una bonita goleada al sevilla después de haber comido un cocido importante que pago sin mirar la cuenta.

nadie me para en este infierno. soy el demonio vestido de borja. un imán del dinero y la buena vida. creo el mejor de los monopolios. no tiene fin este juego, no lo tiene.


Borja Navarro Sellés


cover by Miguel Ángel Martín

miércoles, 1 de agosto de 2018

LA VOLUNTAD DE LOS ESCLAVOS: Prólogo.



Nunca he confiado en los prólogos, así que espero no perpetrar uno en sentido estricto. Esto simplemente es una advertencia. Poneos a cubierto porque con el paso de las páginas la cosa se va a poner muy jodida. Este libro es poliédrico y peligroso. Ignición y onda expansiva. Entrópico y fronterizo. Un manual de instrucciones en 157 idiomas para forzar la Caja de Pandora. Sus canciones-poema respiran soterradas una pluralidad de voces que preconizan la muerte del ego y trascienden hacia el nosotros; son muchos Carlos de la Cruz dejándose la piel y es que lo único que importa a estas alturas es vaciarse a través de la escritura.

Este poemario (y seguramente esté equivocado y caiga en las garras del prólogo) va de la importancia de los muertos, de la casa-hogar como templo profano y cósmico donde cometer los mismos errores y distintas caricias, tal vez de la cotidianidad que peina a raya a nuestra insurgencia y del amor que pone delirio y relámpagos a ese páramo lluvioso del eje de abscisas. Carlos viene a desdecirse, a desdecirnos, a denunciar esa tendencia sonrojante de los esclavos de arrodillarse ante el holograma de un dios cualquiera. 

Carlos es un campesino. Sus manos grandes labran la tierra del poema y desenredan la soledad telúrica de los muertos, que duermen el mundo ocre y horizontal. Carlos es un carpintero que te invita sincero al fondo de su carpintería a beber en vasos traslúcidos y brindar por lo perra que es a veces la poesía. Carlos es un herrero de ojos tiznados que con su mazo incandescente atraviesa Tennessee en una vieja carreta, buscando esclavos para reventar sus cadenas y libertarlos. Carlos ha venido para quemar las plantaciones de algodón y las reales academias de la lengua mientras se brinda con vodka en la noche furiosa de todos los tejados.

Y os lo juro, en estos poemas hay una maldita bombilla de 60 vatios que ilumina algo que no sabría precisar, pero que es tierra de nadie. La tierra prometida es una estafa multidisciplinar. Camino sonámbulo hacia esa frontera-desierto de los otros donde las heladas de la noche nos harán recapacitar y desnudarnos en trance muy cerca del abismo. A la mañana siguiente no recordaremos nada. La madre de todas las resacas, pero nada tendrá demasiada importancia y en eso radicará su belleza. Después de releer La voluntad de los esclavos me imagino a César Vallejo estando muy orgulloso de ti, Carlos, y de tu destino de poeta valiente; sabes que el agua acabará llegándote al cuello pero sigues y sigues derribando los andamios gramaticales para llegar a ese lenguaje que tú solo pariste entre los escombros. Me imagino a Kerouac asintiendo con la cabeza y esbozando una sonrisa por el vértigo endemoniado de tus palabras.

Luego no digáis que no os lo advertí porque, cuando te asomas a estas páginas, lo menos que te puede pasar es una huida metaliteraria en la que, de vez en cuando, hay una breve pausa en el camino para enterrar poemas y tesoros en la habitación sin número de un motel de carretera. Cuando llegas a la última curva de este viaje poético, es otra vez el principio, un eterno retorno con una casa de una sola planta donde el “Señor Lobo” con un esmoquin impecable vuelve a llamar al timbre y nos habla de lo cerca que hemos estado del secreto y de esa larga noche que tenemos por delante. 


Roberto R. Antúnez