viernes, 31 de julio de 2009

HANKOVER EXPERIENCE

EL TIGRE por David González.


Javi tenía tatuado
un tigre en el antebrazo.
Bueno, no sé si era
un tigre o un leopardo,
algo así,
y se chutaba en las pintas
de la piel del animal
porque de esa forma
no se le notaban las marcas.
Y así siempre.
Hasta que un día
el tigre se cansó,
y le comió el brazo
de un mordisco.

David González, de El demonio te coma las orejas (1997-2008). Poesía de no ficción (Glayíu Editorial, 2008).

http://perdonameperoteamo.blogspot.com/

UN DÍA EN LA VIDA DE IKER JIMÉNEZ by Javier Esteban.


Una turba radical de catedráticos de Semiótica —una minoría, por lo demás, no representativa de ese colectivo que tanto se caracteriza por su afición a autoinmolarse en prodigiosas ceremonias que apestan a pólvora china— quiso boicotear mi primera conferencia en el Paraninfo de la Complutense. Y eso que la organización trató de maquillar el acto sucesivamente con carteles de ‘recital poiético’, ‘presentación de la colección otoño/verano’ u ‘horario de recogida de basuras’. Mas ni por esas: según llegamos, ahí los teníamos. Apenas veinte o treinta, contando a los alumnos, estos los mas peligrosos de todos: los jóvenes no son otra cosa que una entusiasta calaña de alimañas que siembra de trincheras y de esvásticas los siglos que se llaman XX. Para la ocasión no se les ocurrió nada mejor que recurrir a los mordiscos. Así, sus mandíbulas se estamparon despiadadamente contra las cocorotas de los securatas y las gorras de una heroica pareja de policías nacionales que habían aparecido al minuto y medio de llamar mi representante y quienes fueron finalmente los que nos abrieron paso. A tiro limpio, como debe ser. En la sala sólo había seis personas. Sin problema: con toda seguridad yo no hubiera tolerado ni uno más. Es una verdad probada para mis innumerables seguidores que sólo confío en los vídeos del youtube y en el marketing viral para la difusión del Mensaje —y ‘predicar’, aunque pueda parecer lo contrario, es un verbo que se pega como el culo con mayúsculas. Tras un leve y cauto gruñido a modo de saludo, coloqué mi fiel bolsa de lona sobre la tarima y de ella extraje las cabezas de María Magdalena y de Ron L. Hubbard. Pulsé sus respectivos botones de play entonces y asistí con los brazos cruzados a un debate teológico trufado de intrincadas sutilezas, sinopsis de la última película de John Travolta y, sobre todo, el anecdotario completo del que acostumbra a rodearse cada uno los días en la vida de Iker Jiménez. De esta guisa pasaron las horas, los minutos, las eras geológicas —este reloj delató que estaba definitivamente en mi contra— y aún no habíamos llegado al momento del afeitado matutino, cuando las fotos de los niños muertos salen de sus marcos para darle el coñazo al buen Iker, cambiando la marca de su exfoliante y el adaptador de corriente por uno de Reino Unido... Salí fuera, ya aburrido. A mi audiencia no le molestó: me supongo que estaban, más que muertos, muy dormidos, como en el final de El Lago Azul. En el pasillo todavía me esperaban los semióticos. Les invité a todos a un café, me dije “les vendrá bien, después de haberse entretenido durante este lapso en devorar las cachas de los revólveres a los pobres agentes indigestos”. Pero invité también a los policías y a los securatas, y puedo dar mi palabra de que jamás hubo un séquito de esqueletos tan agradecidos en toda la historia reciente de la Universidad española.

Javier Esteban, inédito.

http://noblearte.blogspot.com/

¡TORERO…TORERO…TORERO!, por Koldo Campos Sagaseta

Lentamente me quité la capa, negra como la noche, y la puse a flotar sobre la arena en medio de la plaza. No sonaron timbales ni clarines, si acaso, los bufidos del animal escrutando las sombras, buscando a su enemigo.
Lo cité de lejos, mirando al tendido, y se vino hacia mí, ajeno a la suerte que el destino iba a depararle, decidido a embestirme con su hambre de gloria.
Tres verónicas más tarde, recorté sus urgencias con un oportuno afarolado y otra media verónica y un molinete más, antes de permitir que se alejara resollando su temprana frustración, buscando el burladero.
Cambié de tercio y, a falta de un caballo y su correspondiente picador, le asesté tres rejonazos que dejaron desnuda su ambición y tiñeron de sangre el redondel. Aquel blanco chorreao, de grana y oro, ya nunca sería el mismo.
Cambié otra vez la suerte y, uno tras otro, con maestría y gracia, le coloqué tres pares en lo alto. El primer par de palitroques en desagravio por los tantos toros muertos en siglos de festejos tan inmundos; el segundo par de banderillas, a la salud de la fiesta nacional; y el tercer par de garapullos, por si no comprendía el acertijo e insistía en llamar arte a la tortura.
El animal buscó las tablas, rumiando la inminencia del fracaso, mientras yo, chistera en mano, saludaba desde el centro del coso los desiertos tendidos, y un torero pasodoble rubricaba mi artística faena.
Muleta en mano acometí el último tercio en tandas cortas, medidas y elegantes.
Soltando gañafones y derrotes volvió hacia mí, buscándome la espalda. Lo recibí con un pase de pecho y otro más mirando hacia el tendido. Después un natural, cuatro redondos y un desplante maestro de rodillas.
Varié de mano para una nueva serie. Cuatro manoletinas en silencio, otro pase de pecho hasta cuadrarlo y, entonces, saqué el acero oculto en la muleta.
Ya estaba medio muerto el animal pero, irguió el testuz a falta de un respiro, como si me pidiera un nuevo aire, un imposible gesto de piedad.
Para que descansara la cabeza, puse a sus patas la bolsa del dinero, un titular glorioso a ocho columnas, un cortijo andaluz, un relicario, una tonadillera, un par de coplas, una mantilla negra… y cuando al fin, jadeante, reclinó su amenaza en busca de la fama, le asesté en todo lo alto una estocada que hizo rodar al torero por el suelo.
Después, a falta de un buen rabo, le corte los dos huevos y, yo mismo, me saqué a hombros de la plaza.




Este relato pertenece al libro Jack el destripador. Diario íntimo, recién salido del horno de la editorial Tiempo de cerezas, con dibujos de Kalvellido. En él, el famoso asesino, compinchado con Koldo Sagaseta, regresa para ajustar cuentas a unos cuantos indeseables.

jueves, 30 de julio de 2009

TORMENTA DE ARENA. Safrika


Nos sentamos sobre la arena - hace tanto viento-
había suspendido Paul Weller en el FIB, y nosotros cenábamos calamares
tras un cristal, mientras veíamos la arena deslizarse sobre si.
Después hiciste un comentario sobre el Sahara y la inmensidad,
fumamos algo, abrimos la petaca, yo no bebí porque no
me gusta
el whisky solo.

Con la luz encendida ya en casa, unos chicos que se marchan
del casco viejo miran hacia arriba y acabo de ducharme. Entran aquí con
los ojos y no me importa, mi casa está abierta, mi casa es una gran roca abierta,
- todo va bien, recuperaste la bicicleta robada-
sueño con helicópteros y con escribir en varanasi, una película fina de sudor
en la frente y el escote, es tarde, el viento ha parado,
pienso en Paco y en los astros, en accidentes de avión.
- todo va bien, es viernes y estás más delgada-
no hay enfermedades, no hay pobreza, sólo está este hilo
que te une con el resto, un hilo fino pero resistente, un hilo que estira
de la piel quemada por el sol en vacaciones.

Delhi, Jaipur, Agra, Varanasi. Un hilo y con la gente, Paul Weller no toca
por el viento, ¿qué temes?
- todo va bien, pronto nos fundiremos, hará tanta calor-
-todo va bien, mi amor. No hay nada de lo que
arrepentirse-


http://safrika.blogspot.com

LOS BESOS CENSURADOS (CINEMA PARADISO)




Tomado de http://onlymaryonly.blogspot.com/

LOS VIDRIOS QUEBRADOS

pincha & videa

ESTE AMOR NO ES PARA COBARDES. Nuevo libro de MARTIN ROLDÁN RUIZ


Siete relatos de juventud, pasión y búsqueda. En el escenario de estos cuentos, entre una clase política venida a menos, con una crisis económica aún latente, con los supuestos revolucionarios que por años pregonaban una aurora de justicia e igualdad, y solamente se dedicaron al terror, la
juventud post guerra interna encontró en los estadios y en las barras de los equipos de fútbol, esa identidad que un país destruido les había negado. El equipo de fútbol pasó a ser la religión en la cual creer y la barra, la patria por la cual luchar.

Este amor no es para cobardes se acerca a este mundo, que se nos hace tan cercano, pero que desconocemos en sus causas. Porque sus consecuencias solo se ven de un modo deformado por el amarillismo de los medios de comunicación. Con un estilo descarnado y sin concesiones estos relatos dan cuenta de la dinámica como organización, sus motivaciones, y maneras de pensar, son tan similares a como ha venido siendo el Perú desde sus inicios como República hasta lo que va del primer decenio del siglo XXI.

Este amor no es para cobardes, Grupo editorial Norma , Lima, 2009.

PRESENTACIÓN: Viernes 31 de julio a las 5.30 de la tarde, en la sala Blanca Varela de la Feria Internacional del libro. Vértice del Museo de la Nación (Avenida Javier Prado con Aviación). Lima.

Los comentarios estarán a cargo de los escritores Miguel Gutiérrez, Gabriel Ruiz-Ortega y del sociólogo Jorge Thierold. Habrá una representación del cuento "Ahora te mueres" a cargo de Johan Gamarra.

miércoles, 29 de julio de 2009

LAS RATAS. Josu Arteaga.



Si mis hermanas las ratas

Tuviesen la cola de pavos reales

Y no ese rabo pelado y frío.

Si viviesen en jaulas de oro

Y no en alcantarillas.

Si su grito fuera el canto del pajarillo

Y no el chillido inquietante.

Si cuidasen su pelo

Al modo de los felinos.

Si no oliesen mal

Ni odiasen al hombre.

Si fueran bonitas

Y amistosas con los niños...

Entonces, haríamos abrigos con su piel,

Alimento con su carne,

Dilataríamos sus ubres para ordeñarlas,

Las llevaríamos atadas por el parque

O engordarían con basura en las granjas.

Pero, por repugnar al hombre,

Están libres de explotación.

 

Seguid robando en las despensas

Arrancad los ojos de los retoños.

Os siento cada vez más cerca.


 De ANTIVERSOS TERRORISTAS

BESSIE Y EL DIABLO. Patxi Irurzun



El cielo se asemejaba a una enorme y lánguida vagina desperezándose tras una calurosa tarde de sexo mercenario y alcohol clandestino, al cual Bessie, agazapada tras un matorral, ofrecía la suya, elevándole los vapores de su orina. Durante horas no había podido, no le habían permitido entrar en ningún lavabo y al final su acompañante tuvo que detener el coche junto a un descampado. Desde donde se encontraba podía escuchar los carraspeos enfermizos del motor, confundiéndose con remotos rayos y truenos que un repentino viento arrastraba desde aquel horizonte violado.

Cuando terminó, coincidiendo con uno de los relámpagos, un pequeño escalofrío le recorrió la espalda como una culebrita de hielo. La ginebra le quemaba por dentro pero se derramaba gélida por los miles de diminutos volcanes que le habían erupcionado en la piel. El corazón sudaba debajo de su lengua.

Contuvo las nauseas, se subió la ropa interior e intentó volver a la carretera sin tambalearse. Ella era una dama. Tal vez no pudiera entrar en sus blancos lavabos pero no hacía mucho ellos se peleaban por abrirle los retretes ciegos de sus almas para que los desatascara con sus canciones.

El coche esperaba junto a un polvoriento cruce de caminos. En los carteles de madera carcomida se leía: Cohaoma. Ante ellos se cruzaban enormes bolas de maleza enredada. Parecía que en cualquier momento fuera a aparecerse el diablo.

-Piérdete, muñeco- le diría entonces Bessie.

Los clubs en los que ella actuaba se abarrotaban, y en la calle el tráfico se embotellaba, la ciudad, el paÍs entero se colapsaba, caía rendido ante su voz limpia y enérgica, como de otro mundo hermoso y mejor, tal vez el mismísimo infierno. Ella no necesitaba vender su alma al diablo a cambio del don del blues.

-Vámonos- dijo Bessie, al subir al coche -Me parece que va a caer el diluvio universal, papi.

Por un momento había olvidado el nombre de su acompañante. Por su vida habían desfilado decenas de hombres. La mayoría le habían traicionado, pero quizás aquel fuera un hombre bueno, porque ahora no tenía nada; o quizás no: todavía le quedaba su garganta.

En realidad ya le daba igual.

Cerró los ojos y dejó que el traqueteo del coche adormilara su borrachera. Soñó que era niña y patinaba sobre un enorme campo de algodón.

De repente su cuerpo se desequilibraba, y se escuchaba un estruendo metálico, cristales crepitando, finalmente un silencio sepulcral, sólo roto por el hormigueo de la lluvia goteando sobre chapas desvencijadas.

-Ay, papi ¿que ha pasado?

-Este cacharro, se ha vuelto loco... Ni siquiera a los coches les gustamos los negros en este Mississipi del demonio. ¿Estás bien, reina?

- No. Creo que me he arrancado un brazo.

Un hierro afilado, en efecto, había desgarrado el antebrazo de Bessie, como si fuera el de una muñeca de trapo. La sangre serpenteaba hasta su mano y se confundía con el esmalte de sus uñas, pero ella no sentía su caricia helada, ni era capaz de controlar los movimientos de los dedos.

-Sácame de aquí, papi- imploró.

Tenía miedo.

Bessie cantaba con su corpachón sinuoso, de pechos caudalosos y anchas caderas, inmóvil, aunque cualquier leve movimiento, un requiebro de su muñeca en el aire, resultaba insoportablemente voluptuoso, un regalo añadido a su voz milagrosa.

No quería perder el brazo. Cuando pensaba en él, y él no respondía, como si fuera una parte del cuerpo que no le perteneciera, la noria que hasta entonces la ginebra había hecho girar, pausada, regularmente, en su cabeza daba violentos bandazos.

-No te preocupes, nena- intentó tranquilizarla el hombre.

Comenzó a apartar los hierros retorcidos , hasta que abrió un hueco por el que introducir sus manos hasta las axilas de Bessie. Entonces estiró de ella delicadamente; es decir, con todo su alma.

De la garganta de la cantante brotó un alarido que parecía formar parte de la tormenta. El dolor empujó la noria en la que se balanceaba al corazón más turbio de ésta. Las ruedas de sus patines hacían saltar chispas, dejando tras de sí enormes bolas de fuego.

Cuando volvió en sí estaba en brazos del hombre, que caminaba renqueante bajo la intensa lluvia. Por su cara azulada zizagueaban gruesas gotas, que apartaba con sus jadeos.

-Déjame, en el suelo, papi- consiguió murmurar, al cabo de unos metros -Si no quieres que nos descalabremos los dos.

El hombre dejó a Bessie en el camino, con los tobillos hundidos en mitad de un charco, y se dobló exhausto sobre sus rodillas. Había anudado un rudimentario torniquete alrededor de su brazo herido. Ella, al verlo, se sintió más segura y aguantó de pie.

Cohaoma, la última ciudad por la que habían pasado, aparecía espectalmentre iluminada de vez en cuando por algún relámpago, a medio kilómetro. Caminaron a duras penas hacia ella. Cuando llegaron ya había anochecido. Continuaba lloviendo, con rabia, y por las calles embarradas no vieron a nadie que pudiera ayudarles. Detrás de las persianas se adivinaban ojos que acechaban. Finalmente encontraron un dispensario. Mientras su "papi" aporreaba la puerta, Bessie se derrumbó en el escalón de entrada. Un charquito de sangre se formaba cada pocos segundos bajo su brazo. La lluvia lo arrastraba pero volvía a dibujarse, cada vez con un color más oscuro.

-Ya, va, ya va- se escuchó tras la puerta una voz malhumorada..

Apareció una enfermera vestida de blanco.

-¿Que quieren?- preguntó, más amablemente.

Pero lo hizo antes de reparar en ellos.

El hombre señaló a Bessie, en las escalera.

Ella miró a le enfermera con sus grandes ojos cuajados de la tristeza y el dolor más profundos de cualquiera de sus blues, pero la enfermera los evitó como si se trataran de los de un animal salvaje herido.
De hecho, para ella, se trataba de eso.

-No puedo ayudarles- dijo, cerrando la puerta.

-¡Está herida, se está muriendo!- gritaba desesperado el hombre, aporreando de nuevo la puerta furioso, hasta que los nudillos se le despellejaron.

-Vámonos de aquí, papi, no quiero palmarla aquí, así...

Bessie consiguió ponerse de pie, sujetándose el brazo desgarrado, pero cayó desmayada sobre él.

Columnas de humo negro, sobre sus patines en llamas, cubrían el cielo, y los blancos algodonales se consumían bajo ellas. Luego, volvía a llover, y Bessie se despertaba otra vez en brazos de su hombre, bajo la tormenta, en los caminos enlodados, o en la sala de espera de otro dispensario, y siempre había una enfermera que decía:

-No puedo ayudarles.

Y entonces su hombre suplicaba:

-¿Pero no sabe quien es? Es Bessie Smith. La gran Bessie Smith. La reina del blues.

Y ellas respondían:

-Yo sólo veo una negra borracha.

Bessie murió desangrada , de hospital e hospital, en brazos de aquel hombre, sin saber que era un hombre bueno, que lloró por ella y por todo lo que moría con ella, por todos los hombres y mujeres que convertía en mujeres y hombres hermosos y mejores cuando cantaba.

Las lágrimas de aquel hombre bueno se disolvieron en la tormenta sin que a nadie le importara.

BUKOWSKI TRIO? VOODOO CHILE


www.myspace.com/bukowskitrio

V AGOSTO CLANDESTINO (LOGROÑO)


Martes, 4 de agosto. IRJ, 20.00 horas.
YOLANDA CASTAÑO
Presenta: Enrique Cabezón

Jueves, 6 de agosto. IRJ, 20.00 horas.
LUIS BAGUÉ QUÍLEZ
JOAQUÍN JUAN PENALVA
SOFÍA CASTAÑÓN

Presenta: Sonia San Román Olmos

Del 7 al 31 de agosto. Museum Pub&Café. 16.00-02.00 horas.
EXPOSICIÓN: MÚSICA PARA TUS OJOS
Diseño discográfico: Enrique Cabezón, Óscar Ortega y Víctor Zapata

Jueves, 13 de agosto. IRJ, 20.00 horas.
MARIANO PEYROU
MARÍA JOSÉ MARRODÁN GIRONÉS

Presenta: Odón Serón

Viernes, 14 de agosto. Santo Domingo de la Calzada (lugar por determinar), 20.00 horas.
PLANETARIO. SIETE POETAS DESDE EL PLANETA CLANDESTINO

Jueves, 20 de agosto. IRJ, 20.00 horas.
Viernes, 21 de agosto. Salón de Actos. Centro Municipal
de Cultura. Haro, 20.00 horas.
Sábado, 22 de agosto. Cafetería La Comedia. Calahorra, 20.00 horas.

EDUARDO MILÁN
EDUARDO FARIÑA

Jueves, 27 de agosto. IRJ, 20.00 horas.
BÁRBARA MINGO COSTALES
DAVID CÁNOVAS WILLIAMS

Presenta: José Luis Pérez Pastor

Viernes, 28 de agosto. Centro Joven (Arnedo), 20.00 horas.
ATADOS EN CORTO: POESÍA Y CINE
Proyección de cortometrajes y mesa redonda

Sábado, 29 de agosto. Biribay Jazz Club, 22.30 horas.
Fiesta de Clausura, en concierto:
ELCUARTOVERDE
ENBLANCO

martes, 28 de julio de 2009

HANKOVER GIRLS

pincha & videa

AHÍ FUERA, Pablo Casares


Ten en cuenta que esta noche,

a medida que vas construyendo algún verso,

intentando dar con la palabra justa, ésa

que capture con sentido el trance del tiempo,

ahí fuera,

no lo olvides,

están jugando a vivir



De 'Días prestados', Pablo Casares (Baile del sol, 2009)

AGUA DE LOURDES. Óscar Sipán


A la quinta botella de agua de Lourdes, me levanté de la silla de ruedas y luego perdí el conocimiento.

Desperté con una bendita resaca.

CUANDO VOLVAMOS A TRANSILVANIA. Nacho Abad.


Olía a lluvia seca y a incienso, que es como huele la tierra cuando llegan las primeras nubes de la tormenta. Y a lóbulo, a promontorio, a final de concierto. Ella olía un poco como el cierzo, a genocidio de dientes de león y gramíneas. A champú, a chicle de clorofila, a taquicardia postcoital. Y sin embargo no podíamos contar los miles de pájaros que volaban en su cabeza. No, no nos podíamos apiadar de todas las aristócratas de la carretera. No, pequeña. no, no podíamos ocuparnos de ti. No teníamos ni dinero, ni tiempo, ni ganas. Ella nunca besaba en la boca a sus clientes, pero conmigo, me dijo, haría una excepción. Luego le miré a los ojos, y eran unos ojos realmente bonitos. Sobre su ceja izquierda dibujé con el dedo una sonrisa. Y ella me preguntó si era gilipollas o es que quería enamorarme. Soy de Rumania. Soy de Transilvania. Como el conde Drácula. Él chupa sangre. Yo chupo pollas.

bibliotecainsolente.blogspot.com

lunes, 27 de julio de 2009

HIJOS DE SATANÁS

Compasión
.
pincha & videa

NINGÚN PROFETA by José Ángel Barrueco.


caminando por el chiado
me vienen a la cabeza
nombres de poetas
amigos y admirados

llevo en un bolsillo
el relato beatitud
de vicente muñoz álvarez
para guiarme en la ruta
por la ciudad blanca

me gustaría traducir
lo que veo y siento aquí
con la misma sobriedad
de karmelo iribarren

y al entrar en una librería
me acuerdo de
mi hermano david gonzález
y le compro un poemario
de josé luis peixoto

los nombres de los poetas
amigos me acompañan aquí
como si todo fuera literatura
como si supieran en secreto
que deben iluminar mi rumbo

en el tranvía abro al azar
un libro de peixoto y leo
un poema

el tren corre implacable
deslizándose hacia
nuestro futuro,
hacia la extinción

hacia la extinción:
porque será entonces
cuando
estos poetas y yo
seremos estimados.


José Ángel Barrueco, de Los viajeros de la noche (inédito).

Retrato de Pessoa by Almada Negreiros.

SUEÑO DE AMAPOLAS by Silvia D.Chica.

ELOGIO DEL PROXENETA


31 de mayo

De pequeño me narraban habladurías pintorescas de niños malos que se convertirían, a no tardar, en irascibles vagabundos. Veamos. Tuve la ocasión de resguardarme del peligro entonces, con sólo palabras dichas por mi abuela, o por padre cuando le acompañaba para acarrear en mi morral cientos de perdices. Recuerdo una leyenda en especial: un poblado en las montañas nevadas de León, un hombre recién llegado y misterioso, un muchachi­to que lo sorprende en algún acto contranatural, se trataba, creo, de una cabra, la pertinente denuncia por parte del muchacho a la Autoridad del día, el Concejo reunido y la expulsión a latigazos del hombre misterioso. En la Cruzada aquel extranjero regresó y de un tiro de pistola, soto voce una Astra 901 automática, ejecutó al otro, que ya no era un guaje. Años más tarde lo conocí. Se llamaba George F. y me acreditaba la repulsa radical por el ganado caprino. Hicimos juntos uno o dos mercados y se perdió en prisiones. Estos recuerdos los traigo a cuento porque últimamente me paso las horas, como un tonto, desentrañando mi trayectoria y, por si sólo fuese esa la rareza, además me asusta recordarlo, volverlo a vivir como si nada sucediera sin mi permiso en mi cerebro. Y es grave y estoy chiflado. Es lo que me asegura Virginia cuando viene. Y apenas viene la gran zorra.

Por la noche no tengo más remedio que enojarme. Tanto escribir en el cuaderno abreviaturas de mi vida que romperé, lo mismo que rompí los doscientos cincuenta y tres cuadernos anterio­res, y eso que eran bonitos y de una elocuencia majestuosa y sensible, me alcanzan noticias de C., el Don C. de tres al cuarto, que reclama reunirse conmigo en Sants. Si decido ir a su encuentro, ¿qué hacer ahora con mi cama nueva?, y si me niego, ¿qué con Clarita, su rehén precioso y maculado?

Luis Miguel Rabanal, de Elogio del proxeneta (Ediciones Escalera, 2009)

sábado, 25 de julio de 2009

SATAN PLACE

Against Babylon

MUTO by BLU

A wall-painted animation

1 POEMA de Carmen Ruíz Fleta.


La mujer más fea del mundo

me hablaba de tratamientos faciales gratuitos

mientras ponía en mi mano un folleto

con la mujer más bella del mundo.

Ha sido a las 10 de la mañana.

La mujer más fea del mundo

debe entregar 500 folletos diarios

de la mujer más bella del mundo

para ganar 587 euros al mes.

Nadie mira a la cara de la mujer más fea del mundo.

Nadie se atreve.


Carmen Ruíz Fleta, de 23 Pandoras: Poesía alternativa española. Selección & Prólogo por Vicente Muñoz Álvarez (Baile del sol, 2009).

jueves, 23 de julio de 2009

UN HOMBRE NEGRO DENTRO DE UNA MUJER BLANCA



Lucinda Willians, reina del rock country, compartió siendo niña veladas con poetas como Bukowski (el padre de Lucinda era el poeta y profesor de literatura Miller Davis). Aquí se marca una versión de Long way to the top, de AC/DC. ¿Que más se le puede pedir a una mujer que escribe letras como esta Dejaste una marca en mí, permanente, un tatuaje / Perfora la carne y hace que la sangre brote... Móntame por la espalda y aúlla hacia el techo?

LA RESACA DURA


Nuestro Resaca/Hank Over, el de papel, sigue dando coletazos más de un año largo después de haber sido editado. Durante estos últimos días lo han mencionado, al menos, en tres artículos. En 'Público', que ya colgamos días atrás y en estos otros dos que podéis leer pinchando sobre ellos:

Un montón de nada /Charles Bukowski, por Ricardo Hernández Delval, en 'Centro de inteligencia política'.

Bukowski, el gato y sus cojones, por Javier Márquez en 'Al otro lado del río y entre los árboles'.

RESACA/HANKOVER

pincha & videa

22-6-2009 by Carlos Gutiérrez Horno.


La dimensión
de las nubes
me absorbió...
me he dado
cuenta
de que toda
verdad
se basa
en la tierra, hombre&cielo
en equilibrio,
me da pena
ver a tantos
despojados
de la naturaleza,
y ahora comprendo
la teoría
de mis cuerdas,
la hipersensibilidad
no es nada
más
que la sensibilidad
de los tres
elementos
que conforman
la esencia,
se volvió
en contra
de mí
cualquier
chapuza
anterior
y no tuve
otra
que sonreír,
que dejar
crecer
mis uñas
como
si se tratasen
de una raíz,
que
en cierto
modo
es así,
soy tan planta
como el cactús,
soy tan
aire como el cielo,
soy tan
puro
y tengo
también
cuatro
dimensiones
como las
nubes
y la luz,
impasible,
esperando,
quizá
ya no beba
tanto
whisky/ginebra
sin hielo,
quizá
me dedique
a limpiarme
más,
ya no soy
aquel
joven
obsceno
y evasivo
de los viernes
y de su vida,
vivía
tan rodeado
de lágrimas,
de excusas
baratas,
de la necesidad
de mis pupilas
dilatadas
sin más,
sin ver más allá,
ya - ahora -
más en mí,
ahora mis
pies
contienen
arena,
mi corazón
lluvia
y mi mundo
espiritual
algo
de materia, - la esencia de lo que no pude bajar -
es mejor
callarse,
no comprenderían
todo
lo que conlleva
la actitud
de tener
en cuenta
al espíritu
en su fluidez
de mi existencia,
lo comprendo
nadie
les dijo
nada
de que viviesen,
que su fluidez
es mecánica, - si la hay en la cuna del ser humano -
forzada,
y he comprendido...
que no todo
lo bonito
es la verdad
objetiva
y todo eso,
tan natural
es el olivo
que conozco
como la
selva
que deseo,
y he comprendido...
que ambas
son tan necesarias
para
que yo pueda
crecer
en mí
mismo.

Carlos Gutiérrez Horno, inédito
.

http://percepcionesindebidas.blogspot.com/
.
Ilustración by Alex Grey.

LA CARRETERA MUERTA de Gabriel Oca.


Libro gratamente sorprendente, editado por Eclipsados. Las aventuras de un heroinómano, narradas en primera persona por él mismo. Un libro estructurado en seis capítulos. Un libro-vida, pues todo lo que se cuenta en el no son, ni mucho menos cuentos, sino la vida, la vida tan real y decarnada, tan cruda y tan bien hecha, tan dulce y tan puta. Un gran libro, si señores. Y que enseña muchas cosas. El autor ha de regalarnos con más y más de sus memorias. Mucho talento posee. Y sería una pena no volver a leer de él.

Andrés Ramón Pérez Blanco, del blog Kebran.
.
La carretera muerta
Gabriel Oca Fidalgo

miércoles, 22 de julio de 2009

ESCRITO EN LOS MÁRGENES. Patxi Irurzun



Yo tenía 13 o 14 años y aunque no sabía qué era un canon literario ni con qué criterio se establecían las listas de los libros recomendados (sobre todo en los suplementos culturales de los periódicos—bueno, eso sigo sin saberlo—) anotaba en un cuaderno todo lo relacionado con mi incipiente carrera de narrador: la fecha de cada cuento que escribía (unos dos o tres cada día), las ideas geniales para las novelas con las que asombraría al mundo y, también, los títulos de los libros que más me habían gustado y de los que echaría mano cuando, después de ganar el Premio Nobel, inevitablemente me preguntaran aquello de: ¿y cuáles son los autores que más han influido en su obra?
Hoy, dos décadas después, he asumido por fin que el Nobel no lo voy a ganar nunca —soy sólo un escritor de culto—y me doy con un canto en los dientes si escribo al año un cuento que merezca medianamente la pena, pero, al menos, la lista de libros que anoté siendo un adolescente soñador por fin sirve para algo.
Claro que hay un problema, siempre hay un problema: en lo que se refiere a escritores españoles, en la lista (en la que se mezclan Bukowski con “El pequeño Nicolás” o Jack London con Raúl Nuñez) sólo consiguen salir despedidos de ese torbellino de hormonas en flor y chupachús kojack, Miguel Delibes, Pío Baroja y Eduardo Mendoza (aunque, como veremos más adelante, aún hay más, no se vayan todavía).
De Mendoza siempre me ha admirado esa capacidad para alternar novelas en toda regla (o al menos en la regla decimonónica) como “La verdad sobre el caso Savolta” o “La ciudad de los prodigios” con artefactos gamberros del tipo “Sin noticias de Gurb” o “El misterio de la cripta embrujada”. Tal vez porque a mí me pasa algo parecido: los cuentos me salen o disparatados o algo melancólicos, amarilleados como fotos viejas algo truculentas. Aunque no sé qué fue primero si el huevo o la gallina, si esa esquizofrenia creativa es el reflejo de mi ánimo voluble o esos cuentos son tributarios de Mendoza.
Con Baroja me sucede algo parecido. Me unen a sus libros y a sus protagonistas, además del paisanaje y del carácter brumoso que imprime la meteorología lluviosa, ciertos rasgos de mi personalidad, unas veces descreída, abúlica, otras, nihilista y dinamitera (y siempre de anarquista en pantuflas).
En cuanto a Delibes reconozco que, aunque hace mucho que no lo leo, sus libros fueron para mí una especie de taller literario (en el que fui el más zote de los alumnos, como demuestra esta engorrosa proliferación de paréntesis, cuando de lo que se trataba era de cómo hacer de la sencillez una obra maestra).
La lista nació, pues, con vocación de convertirse en el canon de un futuro premio nobel y por eso me salió pulcramente académica, sin tachones (de hecho, todavía sigue vigente) ni anotaciones al margen. Hoy, sin embargo, dos décadas después, sé que en ella falta un buen número de influencias que si bien no son estrictamente literarias, han determinado tanto o más mi modo de escribir. Falta, por ejemplo, Maki Navaja, pegándole con la recortada de su jerga de barrio chino un trallazo al diccionario de la RAE o desgarrando con el sirlazo de su humor social esos manuales de literatura engordados con escritores sebosos, aburridos y pedantes. Falta el humor absurdo de Faemino y Cansado. Y la poesía callejera de Extremoduro. Faltan los dibujos demoledores de Juan Kalvellido. Y faltan todos los colegas que he ido conociendo por el camino, mis vecinos de papel en fanzines y ediciones alternativas, a los cuales no puedo dejar de citar, porque así está pactado entre nosotros y también porque son mis auténticos autores de cabecera, aquellos con los que me duermo y ronco el humo de los bares, la espuma de la cerveza de barril, los demonios de esta sociedad en las que quienes no aparecen en las listas de los suplementos literarios no existen.
Lean, en definitiva, a Delibes, a Baroja, a Mendoza, pero lean también, si se atreven, a mis compadres David González, Vicente Muñoz, Kutxi Romero, Josu Arteaga… Y ya puestos, léanme a mí, que soy un escritor de culto (es decir al que adoran un reducido número de fieles: mi madre, mi mujer y media docena de chalados y despistados) y estoy como loco por evangelizar a nuevos lectores. Amén.
(Este texto me lo pidió la escritora Nerea Riesco hace dos o tres años para un libro sobre libros y autores favoritos de diferentes autores y no tengo constancia de que haya sido publicado)

NUEVA SALVAJADA DE 'LA BANDA DEL ABUELO'

'La banda del abuelo', con el hijo de Satanás Josu Arteaga haciendo el indio en sus filas, presentará este sabado en Durango su disco "Malpaso". Y para la ocasión han editado un videoclip muy especial, montado con indios y vaqueros de plástico y planos robados de las pelis de vaqueros de la ETB. Y además imágenes de la banda en Las Bardenas, y túneles, viaductos, autopista y demás destrozos, todo ello para denunciar la velocidad y el progreso salvaje. Porque para salvajes con ellos ya basta.


Malpaso

MAN OR ASTROMAN?

Amazing Adventures
.
pincha & videa

LA CORRECTORA by Kike Babas.


Cinco días sin dormir poniendo tildes. Cinco días sin comer entre comillas. Cinco días más y cinco kilos menos. Y cinco gramos engordados puntuando el tercer día. No encuentra tiempo la correctora de poner punto y aparte con tanta línea seguida. Se agotan las bolsas, se raspan, pero no se acaban nunca las faltas de ortografía.

Hay tanto que pensar en la colocación de una coma, que cambia fuerzas y ataja, que despista o no despista. Al infinito se llega al poner bien los dos puntos, al pensar en cada acento, al ronronear, crick crack, tarjeta sobre tarjeta.

Larga noche la tuya, correctora, noche de tensión y plazo de entrega.

Se agotaba el plazo pero llegó tiempo, con sonrisa macabra, rostro bajo el pelo, minifalda de encías y peinadas ojeras. Si no falla la ayuda, no falla la entrega.

“El libro está corregido, la noche no fue tan severa”, se dice la correctora, se convence. “Ayer fue noche de curro”, se entusiasma, “hoy me toca noche alegre”.

.
Kike Suárez Babas, de Días de Speed a falta de Rosas. Ilustraciones by Ramone (Ediciones Bohodón, 2009).

Disponible en:

www.loskikes.com

AL LADO DEL CLUB NAÚTICO by Pablo Casares.


Alrededor de unas botellas de vino,
un grupo de vagabundos
charlan, vociferan,
y uno expone un minucioso plan
que hará reventar el planeta.
Los paseantes los observan con recelo,
porque saben que sus remendadas palabras
encubren una desnuda sensatez.

Pablo Casares, de Días Prestados (Baile del sol, 2009).

martes, 21 de julio de 2009

Cerveza Kilimanjaro para la sed del motero. Miquel Silvestre



La moto de nuestro hijo de Satanás más viajero sigue escupiendo fuego, esta vez por el continente africano, que ha atravesado desde el ecuador hasta Ciudad del Cabo, aplacando su sed con las diferentes cervezas de cada país que  Miquel Silvestre ha visitado.  Aquí va la crónica que escribió y que apareció publicada el sábado pasado en El Viajero, de El País.  La foto es de Álvaro Leiva

HIJOS DE SATANÁS

.
pincha & videa

AUTORRETRATO by Yolanda Castaño.


Pero yo, hija de mis hijas, he de desmantelar a golpe de deslumbramientos esta aciaga militancia de una yolanda emigrante de mí. Yo, la soberana estéril, la por desgracia egoísta. Debo tasar la dosis exacta de memoria y olvido. Así mi visión de la vereda es un rostro desde atrás. Todas las oscuras raigambres que se nacen en mí. No hay dirección que no me contenga, raza que no en mí se comience y filas de dígitos extendiendo para mí sus dedos ferales. Lo que interesa son mis pasos. Como un bosque de símbolos del que mi ignorancia es significativa. Mucho dejarse la piel pero yo no quise aprender a llegar. Jardín exiguo, viento cerrado de manos, infinita cuadrícula. Renuncio al lugar del aliento. Quiero aprender a salir.

Hace tiempo que un animal vive nutriéndose del olvido. Pero yo soy la ventrílocua, yo, la tirana loca, la analfabeta. Con el magnífico libro de las venturas agazapado en la vulva. La que no comprendió nada pero lo sintió todo. Soy la ventrílocua, la que corre cantando por los corredores de plomo, con voz de pizarra. Y abortar fue un deber, una grave necesidad, un desafío. Para cuando el pálido manto de mi memoria se va cubriendo de esta piel que yo seré. Que todas las noches con devoción escribo arrebatadoras cartas de amor y en las madrugadas panegíricos a esta yolanda mezquina, que sabe venderse, y conoce el final.

Soy yo en la cripta y mi nombre dentro dibujado de tiza. Habitaciones concéntricas. Que mi inteligencia no compre mi sentido. El tacto, el privilegio, las ganas de tirarse. Ni tampoco mi cabeza será esclava de mi orgullo. Yolanda la soldada, la comerciante. Porque yo soy la que ni aguarda. Soy el auriga del ardiente carro. La egoísta porque está sola. Que tanta calamidad me satisface, porque mi belleza fundará dinastías. Y entonces será ir con una minuciosidad de devota recogiendo esos minúsculos y dichosos pedacitos de espejo roto que yo soy. Yolanda me hará un hogar paupérrimo entre sus brazos de mundo y así aprenderé la inenarrable alegría de tener casa.

Y entonces vendrá ese postrímero adviento y la verbA se hará carne. Y diré: "Yo soy la de la única estirpe de Adnaloy, la que extenderá sus dedos flamígeros sobre el horizonte, la que bajará y después se despojará de su manto y vestirá un sayal, y luego se reclinará y dará de comer su corazón a las bestias".


Pero eu, filla das miñas fillas, hei desmantelar a golpe de deslumbramentos esta aciaga militancia dunha yolanda emigrante de min. Eu, a soberana estéril, a por desgracia egoísta. Debo tasar a dose exacta de memoria e esquezo. Así a miña visión da vereda é un rostro dende atrás. Todas as escuras raigames que se nacen en min. Non hai dirección que non me conteña, raza que non en min se comece e filas de díxitos extendendo para min os seus dedos ferais. O que interesa son os meus pasos. Coma un bosque de símbolos do que a miña ignorancia é significativa. Moito deixarse a pel pero eu non quixen aprender a chegar. Xardín exiguo, vento pechado de mans, infinita cuadrícula. Renuncio ó lugar do alento. Quero aprender a saír.

Hai tempo que un animal vive nutríndose do esquezo. Pero eu son a ventrílocua, eu, a tirana louca, a analfabeta. Co magnífico libro das venturas agochado na vulva. A que non comprendeu nada pero sentiuno todo. Son a ventrílocua, a que corre cantando polos corredores de chumbo, con voz de pizarra. E abortar foi unha obriga, unha necesidade fonda, un desafío. Para cando o pálido manto da miña memoria se vai cubrindo desta pel que eu serei. Que todas as noites con devoción escribo arrebatadoras cartas de amor e nas madrugadas panexíricos a esta yolanda mesquiña, que sabe venderse e coñece o final.

Son eu na cripta e o meu nome dentro debuxado de tiza. Habitacións concéntricas. Que a miña intelixencia non compre o meu sentido. O tacto, o privilexio, as ganas de tirarse. Nin a miña cabeza será escrava do meu orgullo. Yolanda a soldada, a comerciante. Porque eu son a que nin agarda. Son o auriga do ardente carro. A egoísta porque está soa. Que tanta calamidade me satisface, porque a miña beleza fundará dinastías. E entón será ir cunha minuciosidade de devota recolleitando eses minúsculos e ditosos pedaciños de espello roto que eu son. Yolanda farame un fogar paupérrimo entre os seus brazos de mundo e así aprenderei a inenarrable alegría de ter casa.

E entón virá ese postrímero advento e A VerbA farase carne. E eu direi: " Eu son a da única estirpe de Adnaloy, a que extenderá os seus dedos flamíxeros sobre o horizonte, a que baixará e despois se despoxará do seu manto e vestirá un saial, e logo reclinarase e dará de comer o seu corazón ás bestas”.


Yolanda Castaño, del blog Las afinidades electivas.

ANDY GOLDSWORTHY LIVE

Grizedale 1987

3 HOMBRES & UNA PEQUEÑA DAMA: Recital de Poesía.


el calor del verano ya ha llegado a Madrí, creo que no hay discusión alguna.
y hemos decidido refrescar el sol a base de versos desde el bar más cool de lavapiés.

Este jueves habrá un recital sin precedentes "3 hombres y una pequeña dama"
Isabel García Mellado estará rodeada por Javier Das, José Ángel Barrueco y Escandar Algeet.

Y luego vendrá todo lo demás.
el saxo de casimiro, las cervezas de miguel,

recital
3 HOMBRES Y UNA PEQUEÑA DAMA

Javier Das
José Ángel Barrueco
Escandar Algeet
Isabel García Mellado

lunes, 20 de julio de 2009

GRAN ESTACIÓN, Patxi Irurzun

Foto: Khao San Road (Bangkok). Patxi Irurzun


Siempre que entraba a la Gran Estación me dirigía a la ventanilla en que se leía 'Otros destinos': Tombuctú, San Cristóbal de las Casas, Órgiva... Sus nombres eran precipicios que me llamaban por mi nombre y hacia los que me arrojaba al oír las historias de los trotamundos que allá esperaban. Me gustaban aquellos tipos. Nunca mataban el tiempo: aguardaban la hora de partir entre risas y tragos de vino. Después, desaparecían. Pero cada vez que regresaba a la estación, los encontraba allí. Nunca tuve valor para acompañarlos, y sin embargo viajé con ellos a todas las esquinas del mundo.



http://ajustedecuentos.blogspot.com/

YARDBIRDS

Little Games

AZUL ELÉCTRICO: Cultura Subterránea.

Dentro de las actividades y conciertos de León es +, la publicación cultural leonesa azul eléctrico regresa a la actualidad presentando una nueva entrega dedicada estrictamente al terreno poético.

ESTA NO ES LA VIDA QUE TÚ QUERÍAS by Marcus Versos.


Esta no es la vida que tú querías
porque tú tampoco querías comerte el mundo,
y regalar flores a las tristezas
era un deber y no una necesidad

Esta no es la vida que tú habías soñado
porque como puedes ver
el desequilibrio es evidente
y mi casa una pocilga de colores,
porque guardo todos los papeles
por si acaso algún día me valen.

Esta no es la vida que tú querías
eso de sentarte en el suelo
y colorear nubes era una tontería para ti
pero a mí me parece la forma más sencilla de hacer feliz al cielo.

Ya sé que pensarás que todavía no he madurado
pero es que quiero ser mayor a mi manera
y no de la forma que me dicen
porque evolucionar no es tener 2 años
y una casa a las afueras de madrid;
evolucionar es aprender a ser feliz.

Esta no es la vida que tú habías soñado
así que no debe extrañarnos
que todo se fuera a la mierda
llevándonos por delante todo aquello que habíamos formado
aunque todo pareciera sacado del catálogo de El Corte Ingés

Esta no es la vida que tú querías
pero sí es la que yo siempre había buscado.