lo acuchillaron a plena luz del día, vino calle arriba
cogiéndose las entrañas con las manos, manchando algo de rojo
la acera.
ninguno de los que aguardaban haciendo cola dejó el sitio
para ayudarle.
llegó a la entrada de la misión y se vino abajo en el
vestíbulo donde el portero gritó: - eh, tú,
hijoputa, ¿ qué haces ?
luego llamaron a una ambulancia pero el tipo ya había muerto
cuando llegó.
vino la policía y trazaron círculos
con tiza blanca
en torno a las manchas de sangre en la acera
lo fotografiaron todo
y preguntaron a los que aguardaban el almuerzo dominical
si habían visto algo
si sabían algo.
todos contestaron que "no" a ambas preguntas.
mientras los policías se paseaban de uniforme
los otros acabaron de meter el cadáver en la ambulancia.
después los vagabundos liaron cigarrillos
mientras esperaban la comida
hablaban de lo ocurrido
soltaban pedos y humo
mientras disfrutaban del sol
sintiéndose
famosos.
Charles Bukowski, de lo más importante es saber atravesar el fuego. Traducción de Eduardo Iriarte Goñi ( La Poesía, señor hidalgo, 2002 ).
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