lunes, 24 de enero de 2022

78 rpm FAKE: José G. Cordonié.



Con una prosa rítmica y fluida, sincopada y llena de recovecos y flashbacks, regresiones y divagaciones, salpicada de profundos y bellísimos haikus, y heredera de la mejor novela negra y pulp norteamericana, José G. Cordonié nos lleva de la mano al fin de la noche, esa encrucijada donde convergen todos los caminos y se decide si vender o no el alma al diablo. 

Si es que existe el alma y existe el diablo, claro.
Y si es que realmente hay camino:
Hagan sus apuestas.

Vicente Muñoz Álvarez


viernes, 21 de enero de 2022

POSOLOGÍA DEL INFIERNO por SERGIO MAYOR



Soy un hombre nuevo, sobrio, iluminado. La resaca santifica. La resaca ilumina. La resaca ofrece un sentido exacto de la muerte. Todos los sobrios debieran ser sometidos a terribles resacas. Sabrían de su pequeñez, su contingencia. Joseph Roth hablaba de un santo bebedor. Nicolás de Bari se emborrachaba para callar los rumores crecientes de su santidad. La resaca es una experiencia de mortificación. El hombre que la conoce alcanza un grado de conocimiento superior. Sabe quién es. Se ha humillado suficiente. Ni una sola vanidad le es posible. Sé lo que digo. Soy un erudito de las resacas. Habría sido un buen escritor de no ser un hombre fuertemente alcoholizado. Pero el hombre que conoce la resaca, trasciende la escritura, que es una frivolidad. El hombre que conoce la resaca, la resaca brutal, la resaca después de cinco días sin comer, ese hombre conoce el infierno, que es el destino de todas las cosas. Una cosa: estuve en el cielo unas cuantas veces. Un lugar placentero, desde luego. Y sin embargo, muy alejado emocionalmente del infierno. Recomiendo una posología del infierno, no les coja desprevenidos: beban mucho y sufran miles de cruentas resacas. Como esta de hoy, la más lancinante.

Sergio Mayor


jueves, 20 de enero de 2022

LAS SOMBRAS DE LA VIGILIA: Esteban Maldonado.



VELA

Te vas apagando
en tu fría soledad.
El dolor se adormece.


CORAZÓN

Fuiste dejando tu vida
en las páginas del libro.
Aún siento los latidos.


    Esteban Maldonado,
de Las sombras de la vigilia
(Kristal Editorial, 2021)


viernes, 14 de enero de 2022

UN POEMA de LUIS COLDER



todo poema es un ejercicio póstumo;
y qué más da, quizá solo palabras
-arte-factos- que amontona al fondo
de la soledad de alguno de tus instantes

buscador de certezas en el contenedor
orgánico del número con el algoritmo
y su letra. el objetivo es que accedan a ti
de forma sencilla, estar juntos en los archivos
oficiales de la forma, los dos letrados
como aquel neón silente en la noche

ser siempre una lengua minorista,
una instalación en la que juegan
las ninfas

quince años no es nada,
imagínate casi sesenta;
de cuando el tiempo
no solo es verbal

Luis Colder

https://www.facebook.com/abadiax

Fotografía: Frank Delautre

jueves, 13 de enero de 2022

BUSCANDO LO SANGRIENTO por PE TER



Hay niños caníbales
Que muestran sus carnes
Para atrapar a otros
Hay niños santos
Siempre salmodiando
Su pureza
Hay niños malos
Muy malos
Que solo saben sonreírle
A las cámaras
Y decir a los otros
Lo que quieren
Hay niños que se vuelan
La tapa de los sesos
Que se lanzan de rascacielos
Que se pinchan el brazo
Hasta estallar
La verdad es que nadie
Ha logrado crecer
Estamos aquí
Muriendo de infantilismo
Jugando siempre jugando
Buscando lo sangriento.

Pe Ter


miércoles, 12 de enero de 2022

DIARIO DE COREA por PABLO CEREZAL



Madrid, 4 de mayo

Una mariposa de esperma se ha posado en tu barbilla. Viene de batir alas en la atmósfera inconclusa de tu paladar. Viene de batirte batidos en la garganta como en una polinización confusa de veranos y apetito. Porque la mariposa, al fin, sirve para polinizar, procrear, y solo es bella cuando inútil, como todo, como ahora, ya fallecido su vuelo sobre tu barbilla.

Ha fallecido el vuelo de la mariposa y, de paso, me ha sobrevenido un desfallecimiento del que tú intentas rescatarme con un salvavidas en que solo se salvan la mariposa y tu saliva. Tu lengua como salvavidas, tantas veces, y hoy lamiéndole las alas a una mariposa que no puede batirlas, por mojadas.

Después me besas, y juntos hacemos el boca a boca a una mariposa.

La mañana se atraganta con un festín de gorriones y yo te devoro de nuevo, Corea, dejando a nuestro alrededor, esparcidas entre los pliegues de mantel en falsas nupcias con que se engalanan las sábanas, migajas de lepidóptero como sobras de un banquete primaveral o un picnic a la luz de las luciérnagas que aún no han hecho acto de presencia. Porque es primavera, no sé si lo había dicho. Siempre es primavera en ti, amor, aunque suene a propaganda de grandes almacenes.

Pablo Cerezal,
de Diario de Corea
(Versátiles, 2021)


lunes, 10 de enero de 2022

SICALÍPTICAS: Gloria G. Durán.



Diosas del placer, eléctricas, dadalizadas, epilépticas y futuristas en España. Cuando arrancó el siglo XX en España tuvimos que inventar un mundo, y con él nos tocó también inventar términos acordes con los cambios sociales, como la sicalipsis: ese batallón de damas galantes, las sicalípticas, diosas del placer y reinas de templos de varietés, teatros, teatruchos, tugurios, salones y music halls. Excéntricas y gozadoras a manos llenas de escándalos que dejarían a los futuristas como auténticos principiantes. Poetas de vaselinas lúbricas que anularían al mismísimo Tzara. Heroínas de la modernidad, diosas bastardas y eléctricas, toda una galaxia de perdición y cosmopolitismo castizo. Mujeres independientes, sindicalistas convencidas, bolcheviques temporales, políglotas intermitentes. Temidas como diablesas capaces de contagiar de independencia a todas las mujeres españolas, portadoras del virus de la perversión, de la fornicación y de la perdición del hombre.

La Chelito, la Fornarina, la Cachavera, Raquel Meller, la Polaire, la Bella Dorita, Yvette Guilbert, la Bella Otero, Adelita Lulú, Tórtola Valencia, la Goya, Amalia de Isaura y muchas otras transitan esta colosal e ilustradísima obra erudita, divertida y fascinante donde también circulan escritores indeseables, enemigos de los unamunos, demonios epilépticos, mujeres dandificadas, figuras de la bohemia, castizas chulescas, peinados cubistas, chulaponas con bastón y bastoneros con chichón, marqueses gangosos, diseñadores aniñados, altares laicos, noches eternas en zonas sin ley ni tiempo. Ellas, que dieron la batalla para transformar a esa España aún oscura, cambiarán nuestro país a ritmo de machicha, de cakewalk y de foxtrot. Protagonistas reales de nuestra historia cultural y anuladas en cualquier relato al uso por hacer esa cosa que llaman «baja cultura». Abrir cualquier revista o periódico de la Edad de Plata es encontrar a miles de mujeres que han desaparecido del relato oficial. Todas sicalípticas.

¡Gloria eterna a la sicalipsis!


sábado, 8 de enero de 2022

SOBRE EL MERODEADOR



El merodeador es un itinerario a los mundos de las psicopatías, neurosis y obsesiones, de las que, en mayor o menor medida, solemos ser víctimas la mayoría de los que hoy habitamos un mundo preñado de ansiedades, propicio a generarlas... La maestría de la que hace gala el autor en el empleo de diversas técnicas literarias, permiten que este libro fantasmal se convierta a los ojos del lector en una pequeña joya literaria que se lee, quizás con desazón, pero de un tirón.

Franciso Martínez Bouzas

En 114 páginas y 18 ‘capítulos’ nos encontramos un universo mágico en el que caben todas y cada una de esas, cómo diría, cuestiones raras que muchas veces nos asolan: manías que una y otra vez vuelven a nosotros, angustias sin sentido y sin explicación, temores a esas voces que creemos oír, todos tenemos algo de hipocondríacos, muchos pensamientos que nos asaltan pero no nos atrevemos a expresar en voz alta… Pues bien, todo esto lo encontramos en El merodeador; escrita con firmeza, con fuerza y con voz alta y diáfana. Vicente Muñoz tiene la habilidad de transmitirnos todo un conjunto de angustias y zozobras que, a medida que vamos leyendo, somos capaces de somatizar.

Paco Marín

El merodeador: literatura funámbula entre la locura y la calma, de continente helado e interior infernal, que se lee de una sentada y permanece con nosotros —igual que los maullidos de esos gatos abandonados— durante mucho tiempo.

Elena Medel

La primera vez que leí El Merodeador de Vicente Muñoz Álvarez algo estalló en mi cabeza. En ese libro estaban reflejados mis miedos, mis neuras, mis dudas, mis desengaños, mis incapacidades… Aunque todas esas experiencias eran de Vicente, tuve la impresión de que estaba hablando de mis propios sentimientos. Y es que Vicente consigue transmutarse en el lector que le está leyendo, creando una simbiosis perfecta entre ambos, un baile pactado en el que los bailarines se acoplan con refinamiento y elegancia. Leer este libro fue una experiencia fabulosa que siempre he guardado con especial cariño.

Pepe Pereza

El merodeador es un libro inquietante, angustioso diría yo, en el que, relato a relato, se va resolviendo un puzle que conforma una obra coral, casi una novela. A medida que avanzan las historias en el libro, aumentan las pulsiones, el desencanto, la melancolía, la locura. El mundo obsesivo de un escritor se muestra con la crudeza natural de la realidad vivida, porque ese mundo obsesivo, es el mundo según la cabeza del propio autor... El poder de su descripción, profusa y lenta, consigue imágenes que el lector no podrá borrar de su cabeza jamás.

Esteban Gutiérrez Gómez

Es quizá su obra con más capas, la que más nos permite proyectarnos como lectores, apoyándonos en el nervio de sus páginas para construir nuestro propio nervio. Entre la autobiografía y la ficción, los relatos de El merodeador son la descripción de la quiebra mental de un escritor, un recorrido peligroso por ese filo de lo imposible que los creadores solitarios deben atravesar para alcanzar la autonomía creativa.

Inma de Arcos

Hoy he empezado El merodeador, a esa hora de comer cuando no se tiene hambre y no se distingue mucho si el sol sube o baja... si la luz entra o huye. Y me atrapó completamente, no lo solté hasta las últimas palabras "resuenan sus pasos dentro, atravesando lentamente el pasillo" y oí ese crujido penetrar desde las montañas y las grietas de ésta vieja casa e instalarse aquí y volver a pasar las páginas de El merodeador en una especie de atemporalidad y lava.

Mareva Mayo

Un libro poderoso, que conmociona, que entrecruza los estados de ánimo del autor y el lector, con toda la naturalidad del sentimiento, real o ficticio, que más da. Tremendamente interesante.

Ramón Guerrero

Alrededor de El merodeador crecen enredaderas que desde nuestros pies ascienden hasta lo más profundo de nuestro cerebro y corremos el riesgo de que se mantengan allí mucho tiempo, tirando de nosotros hacia el suelo primigenio de nuestros más ocultos miedos y fobias.... Un libro muy recomendable de uno de los adalides del underground literario en España. La oportunidad de leer buena literatura alejada de los ya ajados caminos del mainstream, literatura en estado puro, como un golpe directo a la mandíbula.

Pablo Malmierca

El lector de El merodeador, de Vicente Muñoz, se va a ir sumergiendo, sin apenas darse cuenta, en ese desasosiego inmanente que vive el protagonista de este magnífico libro, para convertirse en observador de quien se siente observado.

José G. Cordonié

Vicente Muñoz Álvarez. Literato de los que construye, día a día, desde hace muchos, el vocabulario anímico y sensorial de toda una generación. El merodeador. Una de sus más jugosas obras. La Ilíada del creador actual. La Odisea del escritor contemporáneo, en lucha continua con sus propios fantasmas con la sola intención de alcanzar algún día esa Ítaca en que, sueña, le espera la calma del abrazo amado. Vicente logra, una vez más, tocar con cada palabra la cuerda de las emociones, para arrancarle arpegios de vida.

Pablo Cerezal

Antaño me parecía éste el mejor libro de Vicente Muñoz y, releído hoy y aunque es difícil escoger entre su obra, me sigue pareciendo el mejor, el más personal.

José Ángel Barrueco

Este pequeño libro encierra algunos de los relatos más inteligentes, sensitivos y maduros que ha dado la literatura independiente nacional de la mano de Vicente Muñoz. Acercarse a El merodeador es hacerlo a toda una tradición de la literatura que él conoce tan bien, la de la angustia, el miedo atávico y el dolor de existir. Reivindico como receptor y apasionado lector esta colección introspectiva de relatos fantasmales que es El merodeador.

Julio César Álvarez

Tras leerlo, ese merodeador me recuerda al "infierno son los otros" de Sartre, pues ese "merodeador" no deja de ser " el otro", el que deambula a nuestro alrededor y que en ocasiones se confunde con "el infierno soy yo mismo ". Una lectura recomendada, donde el ser es la Nada y el Todo, la esencia de lo que se es y de lo que permanece en nosotros.

Pedro Gascón

¿Por qué maldito motivo no leo a autores contemporáneos?. Es lo que me recrimino cuando llega a mis manos un libro como éste. En estos tiempos de novelas "al peso" de no menos de 900 páginas, aquí un buen ejemplo de contenido contra continente. Pequeña pero contundente obra de un gran desconocido. Desconocido porque los grandes van solos por el desierto o la penumbra.

Max Benítez

Lo sublime de los románticos, el misterio de Poe, el martirio continuo del narrador... Relatos cortos que inquietan, que sobrecogen, que atrapan... Una catarata de sentimientos con forma de dietario para una novela de introspección y búsqueda de respuestas.

Josu Bustinzulu

El merodeador nos deforma la cara al vernos en el espejo, pero también nos enseña la puerta de salida, nos acerca al abismo para atraparnos y abrazarnos al último momento. Nos hace más humanos que nunca y a la vez nos saca del mundo. Vicente parafrasea acertadamente a Omar Kayyan: “el Cielo y el Infierno están en ti”. Cada uno hará su propia lectura. La mía, particularmente, ha sido de un 10.

Estelle Talavera Baudet

El merodeador es uno de esos libros en los que el lector puede verse reflejado, en él puede sentir que observa tras una ventana las aventuras y desventuras vividas por el protagonista del mismo, como si de un mirón se tratara, sintiendo el corazón palpitar a cada instante ante la siguiente página. Ese reflejo se deriva de una sensación que le recorre de principio a fin, como si reconociera con claridad el tono, como una canción que conoce y no puede dejar de tararear, un grato aroma que reconforta, una canción que dice amor (y desamor), desasosiego (y paz) y ternura (y desolación).

Ignacio Escuín Borao

Tercera edición revisada,
ya la venta en LcLibros:



viernes, 7 de enero de 2022

EL PRIMER DÍA por ISABEL MARINA



Escribo esta fe de erratas
de lo que un día fue,
de lo que hoy es
mi vida.
Reflejándome en el estanque,
junto a las piedras rosadas,
me veo envejecer.
Me atraviesa la furia
de esas canicas de colores,
las postales de tiempos pasados,
donde aparezco en una esquina,
como en un cuadro de Balthus,
como quien no quiere estar,
quien aún no se ha descubierto
y tiene los labios transparentes
y los ojos blancos.

Tres, dos, uno,
comencemos.
A los cincuenta y tres años,
hoy es mi primer día.

Isabel Marina

https://www.facebook.com/isabel.marinavaldes.5

martes, 4 de enero de 2022

GENTES DEL BRONCE: Booktrailer.

GENTES DEL BRONCE: David González.



El decir de David González que es un poeta maldito, no es en absoluto sorprendente. Lo que quizás sea más novedoso es el redescubrir al David González en su faceta más clásica, a través de algunos de sus relatos contenidos en esta obra, Gentes del bronce, en los que se advierte también su faceta más universal. Y es que a través de esta narrativa, sin perder la idiosincrasia que caracteriza toda su obra, se entronca con la tradición picaresca y en ese atrayente fluir discursivo de lo autobiográfico, surge, paradójicamente victorioso, el inolvidable antihéroe de barrio, que de forma sincera y valiente se enfrenta siempre a cualquier hostilidad.


lunes, 3 de enero de 2022

CORDONES PAREADOS: Paco Huelva.



La ficción -y no me he vuelto loco- aporta una imagen más nítida y precisa de lo que somos, que la realidad que se nos vende. Pero, esto no es nuevo, Cervantes ya sabía que la grandeza estaba en la locura de Don Quijote y no en la sensatez de Sancho.

Este libro, junto con los que le seguirán, pretende realizar un acercamiento a lo que el narrador que firma imaginó y pergeñó a lo largo de un tiempo determinado, sosteniendo todavía pese a todo, que no se considera un escritor sino un lector que de vez en vez escribe.

Espero que disfruten de la travesía.

Paco Huelva