NO HA NACIDO TODAVÍA:
y ya los ojos o el paladar
Quién teme al lobo feroz, al lobo
al lobo
LOS TRES CERDITOS
y ya los ojos o el paladar
o cómo tendrá el pelo
si ancestral igual que mis antepasados
o beige
aproximado al año del hambre
acercaba el oído a tu vientre
y sentía el aullido de un lobo
otras veces
escuchaba rascar al otro lado de la pared
tan suavemente
que enseguida se me erizaba
el vello de los brazos
como un sollozo
que atravesaría
el nudo de tu ombligo
no sé
en qué rincón de tus entrañas
se esconderá de nuevo
pero siempre el mismo ruido
por mínimo que fuera
seguiríamos encadenado palabras
el resto de los días
y vistiendo muñecas de cuando tú eras niña
sacando parecidos al júbilo
y a las ambulancias
o clavándole alfileres
a la helada de mis muertos.
HOGAR
el destino es ahora un pie de página
y tiene apariencia de herradura
aunque nos hallamos descalzos
pensábamos en una caja de zapatos
o en un calcetín doblado;
así pues esto será tu casa:
el cuenco de nuestras manos
formando un nido
fragmentos
de la cáscara de un huevo
y una lombriz
POR DONDE SALE EL SOL
este
cortar las uñas
este
quitar pieles
este
remendar heridas
este
estado ventura
este despertar
de las anestesias
HUÉRFANOS
La felicidad era un trozo de carne aprendiendo a
gemir, una manada de pequeños lobos hincando sus hocicos negros en ella; poco antes habrías
sido parida con toda la liturgia de los hospitales
del primer mundo, sobre un rosal. Tu llanto eran
espinas y desconcierto; qué hacer en ese calvario
de sábanas, que otra cosa que unirnos a la orgía
e invocar otro olor a tierra mojada, y esperar la
lluvia y permanecer en silencio, abrazados y callados, mientras, llegaba nuestro turno, lento y
cansado, como un viejo caracol; descorazado, desahuciado y sin ánimo de nada, arrastrando otra
lucha perdida más; desnudo, exponiéndose a la
burla, que nos llevó a olvidar a la madre, palpándose el pecho, hasta dar con el corazón
y extraerlo y echarlo todo entero y que sirva de
alimento para las bestias.
LA NIÑA:
crece deprisa, como la leche cocida de más, que
supera la olla y rebosa; una consciencia que habrá
venido de mañana, igual que una espuma blanca
que ha llenado la bañera y nos sorprende; es el
agua jabonosa la que aporta una nueva claridad.
eres casi anciano cuando te molesta un pato, el
pez rosa o algo parecido a una gallina, todos son
de goma y no se hunden; ella se deschocha de la
risa cuando los sumerge y tocan fondo e inesperadamente alcanzan, una vez más, la superficie;
cosas de muñecos, me digo, también me da la
risa, y escribo como puedo, para mí, este poema.
la madre inédita se une a nuestra fiesta, también
está feliz, aunque casi pierde el útero en la última
batalla, pero sigue con fuerza y escupe mariposas
y luciérnagas; diría que en su vientre hay capacidad de sobra para otro ejército de ladrones o para
un cofre con más monedas; sin embargo, no hay
sitio para las arañas; tampoco nuestro baño es el
de un palacio y la vida hace tiempo que ha dejado
67
de ser un cuento, ojalá que mueran las princesas
y más reyes; la niña aplaude de alegría, huele a
biberón, yo vuelvo vomitar sapos, y recuerdo que
está pendiente sobre la mesa.
UN APUNTE SOBRE LOS CUENTOS
al lobo
LOS TRES CERDITOS
que quién teme al lobo feroz al lobo
al lobo…
mi hija
mi hija malditos cerdos.
SUPERHÉROE
confía en mí
como quien pones sus labios
secos y agrietados
en la estampa de un santo
o en el mármol frío de la peana
del mismísimo
dios
así es su fé
como la de un empresario gordo
en un político afín
como la de éste
en un banquero podrido de dinero
como la de todos ellos
en un hombre corpulento y uniformado
armado sin alma
adiestrado, ciego y sumiso
confía en mí
nada más porque soy su padre
y eso es mucho y nada
y más grande que yo, para ella
no hay nada ni nadie
y todo lo demás que no sea yo
está por debajo
de sus apenas noventa centímetros
de altura
y confía en mí, sobre todo
porque tengo las manos suaves
y los pies calientes
confía en mí
aunque todavía no sepa
que el miedo que tengo es
a que si se le escapa el globo
yo no lo pueda alcanzar.
Gsús Bonilla, de Anna (Capital Semilla) (Editorial Mankell, 2023).
No hay comentarios:
Publicar un comentario