sábado, 31 de mayo de 2025
jueves, 29 de mayo de 2025
lunes, 26 de mayo de 2025
EL LENGUAJE DE LA LLUVIA: Prólogo por Javier Das.
Se dice que Howard Carter dijo “Veo cosas maravillosas” cuando descubrió la tumba de Tutankhamon. A mí me pareció algo parecido la primera vez que entré en casa de José Ángel Barrueco (sin maldición de por medio, cosa que es de agradecer). La casa de Jab estaba hecha de libros, al menos revestida. Su mesilla de noche podía competir en las mismas ligas que algunas librerías de viejo, y por toda su casa eran varias las filas de libros superpuestas que robaban espacio al oxígeno. Si en la serie Friends, Ross y Joey construyen un fuerte con las cajas de cartón de una mudanza, nosotros podríamos haber hecho algo parecido con todos aquellos libros. Y en lugar de disfrazarnos de indios y vaqueros, habría tenido más sentido convertirnos, por ejemplo, en Cortázar y Bernhard.
Cuando en 2008 edité mi primer libro de poesía y me introduje en el mundillo poético de Madrid, José Ángel Barrueco ya estaba allí. Ya tenía un blog que era una referencia (lo sigue manteniendo actualizado a día de hoy), ya tenía libros editados que sólo se podían conseguir en librerías de viejo, ya formaba parte de esa literatura independiente que estaba a punto de explotar gracias, sobre todo, en nuestro caso, al Bar Bukowski y a una infinidad de editoriales que nacían con la idea de recoger esa vida en ebullición, aunque muchas de ellas cerrasen tras pocos meses, tras descubrir que el trabajo de editor supone un esfuerzo, en muchas ocasiones, titánico.
Recuerdo perfectamente el día que Marcus Versus contaba a David González que estaba pensando montar una editorial, y recuerdo también perfectamente la cara de sorpresa que se nos quedó a todos cuando nos dijo su nombre: Ya lo dijo Casimiro Parker. ¿Quién era Casimiro y qué había dicho?
Los que rodeábamos a Marcus no tardamos en mandarle nuestros manuscritos. Yo lo hice con Sin frío en las manos, y José Ángel Barrueco con Le aplastaré con mis versos. En conversaciones telefónicas nos preguntábamos sobre la respuesta de Marcus, convencidos de que, en caso de que uno de los dos editara con la nueva editorial, lo más normal es que el otro no lo hiciese, por una simple cuestión de probabilidad.
No hay camino al paraíso fue el maravilloso resultado que ninguno de los dos habíamos planeado. Un poemario a dos manos, dos libros independientes pero que se unían en la figura paterna, dos voces con dos mensajes diferentes unidos en un único proyecto.
Durante los meses siguientes compartimos bares, hoteles, cervezas, carreteras, recitales, más cervezas, más recitales, otros tantos bares. Fue allí donde nuestra amistad terminó de fraguarse, donde descubrimos que nos une un sentido del humor parecido, donde cada uno de nosotros se sirvió del otro para contener ese vértigo que supone subirse a un escenario y defender unos poemas frente a gente que no se conoce.
Fue también durante esa época cuando más coincidimos con otro de los nombres propios de la poesía independiente española: David González. Él fue el encargado de escribir el prólogo de nuestro libro, y con él compartimos también varias de esas presentaciones, otros tantos recitales cuando era David el que leía y, de nuevo, muchas cervezas, bares y emails.
2. El lenguaje de la lluvia
José Ángel Barrueco tiene ya 52 años, dos hijos, mucha literatura a sus espaldas, unos cuantos manuscritos inéditos en el cajón y un universo poético propio.
El lenguaje de la lluvia es el resultado de haber juntado todos esos elementos. Es poder ver desde un lugar más calmado que la literatura no te ha dado todo lo que querías, pero que casi todo lo que tienes se lo debes a ella. Es haber recibido el golpe de perder una gran referencia en ese mundo propio, aunque esa referencia fuese en muchas ocasiones una bomba a punto de estallar. Es haber tenido que destinar buena parte de tu tiempo a ser padre y llevar una casa. Es el resultado de sentir que has perdido tantas peleas con la literatura, que ya no sabes si al final te has hecho amigo de ese gran dragón que custodia un tesoro. Pero no os confundáis, El lenguaje de la lluvia no es un libro triste, no es un libro pesimista. Como he indicado, la experiencia y el paso de los años te da una posición más calmada desde la que observar, y desde ese punto de vista José Ángel Barrueco nos habla de aquellas cosas que le importan. Y nosotros tenemos el placer de acompañarle.
El lenguaje de la lluvia está formado por varios capítulos. Su comienzo y su final nos muestran a un José Ángel Barrueco en ese lugar del que hablábamos antes, analizando su presente, rebuscando en sus éxitos y fracasos, convirtiendo su rutina en un mar tranquilo en el que sumergirse. Me gusta mucho Cosas de familia, la última parte del libro. En sus poemas encontramos al José Ángel Barrueco más reflexivo, aquel que nos hace partícipes de su paternidad y de lo que conlleva, que nos invita a entrar con él a su casa y nos comparte sus pensamientos. Aquel con el que, momentos después, buscaríamos un buen lugar donde compartir una cerveza y conversación.
El resto del libro, en realidad el grueso más importante, está dividido en dos nombres propios: Thomas Bernhard y David González. Junto a José Ángel Barrueco y su mujer viajaremos a seguir los pasos del primero, seremos participes en la búsqueda de un escritor que no quería ser encontrado una vez muerto, que probablemente no habría aplaudido todo ese tiempo invertido en llegar a su tumba para rendirle homenaje. Merece la pena leer con tranquilidad esos poemas, buscar en Google los lugares que se nombran, incluso recorrer los mismos con las herramientas que ofrece la tecnología. Merece la pena ser un viajero más con todas sus consecuencias, y pese a hacerlo desde un sillón o una cafetería, llegar a formar en nuestra mente nuestros propios recuerdos, nuestras propias imágenes, dándoles forma con las palabras que José Ángel Barrueco hace también nuestras en sus versos.
Y dejo para el final el episodio, con toda seguridad, más doloroso del libro. En unos pocos poemas (y no hacen falta más), José Ángel Barrueco revive para nosotros lo que supuso para él la muerte de David González, el vértigo de escuchar y tener que asumir la noticia, y el vacío que el paso de los días hace crecer en su interior, sin tener nada con que volver a llenarlo. Si empezaba este prólogo hablando de mi relación con José Ángel Barrueco era en buena medida para poder dar un contexto a esta última parte. Yo tuve el desgraciado privilegio de ser el primero en darle la noticia, y seguro que como a él, a la cabeza me vinieron tantos y tantos momentos compartidos. A José Ángel Barrueco le destroza la muerte del poeta y amigo y lo comparte con nosotros. Y de paso, a su manera, seguramente de la mejor manera que podía hacerlo, con la literatura, le da un abrazo fuerte y solidario. Muchos de nosotros debemos parte de nuestro camino recorrido a gente como David. Te echaremos de menos.
3. Díselo con balas
Quiero acabar este prólogo con una sonrisa, con una de las mejores anécdotas que tuvo nuestro paso por Blanca, en Murcia, para presentar No hay camino al paraíso. Creo que fue la primera y última vez en que se nos pagó el transporte, el hotel e incluso se nos dio algo de dinero por acudir a una feria de literatura. Nos alojábamos juntos en una habitación del hotel La Casa del Conde. El día que tenía lugar la feria, tras la misma y tras pasar por alguno de los bares que ofrecía Blanca, volvimos a la habitación del hotel a eso de las 4 de la madrugada. No recuerdo el motivo pero decidimos encender la televisión (supongo que había que esperar que la habitación dejase de dar vueltas). A esas horas esperábamos anuncios de la teletienda, donde los seres humanos parecen seres retrasados que necesitan cualquier tipo de herramienta para su vida cotidiana. Pero para nuestra alegría y sorpresa, el directivo de alguna cadena de televisión había decidido que era la hora perfecta para emitir un capítulo de El Equipo A, y como si de un poema de Bukowski se tratara, el título del capítulo te obligaba a mantener la atención. Díselo con balas. Aun así el alcohol pesó más que la acción de los 80 y en pocos minutos ambos estábamos roncando.
Javier Das,
prólogo a El lenguaje de la lluvia,
de José Ángel Barrueco
(Páramo Editorial, 2025)
sábado, 24 de mayo de 2025
AMÉRICA PROFUNDA. CINE NORTEAMERICANO DE TERROR RURAL: Rocío Alés.
La idea de “América profunda” hunde sus raíces en los orígenes y la historia de Estados Unidos, configurándose paulatinamente a través de las aportaciones de la literatura y algunos géneros clásicos como el western y el melodrama. Este estereotipo, entendido como la materialización del reverso tenebroso de la cultura estadounidense, emprendería su destape definitivo durante la crisis social, política y cultural de la década de 1970. En este contexto, el género de terror moderno configuraría un catálogo iconográfico y temático expuesto por primera vez en películas como La matanza de Texas o Las colinas tienen ojos, continuado en la década de los ochenta en producciones como El día de la madre o El motel del infierno, y restablecido en producciones como La casa de los 1000 cadáveres o X.
AUTORA: Rocío Alés Fernández (Málaga, 1984) es Doctora en Historia del Arte. Compatibiliza su labor como profesora de Historia, con trabajos de investigación sobre la iconografía del cine de terror, el tatuaje y la fotografía, sobre lo cual ha publicado numerosos artículos en revistas y publicaciones colectivas. Ha organizado tres ediciones de los Encuentros sobre el terror, la ciencia ficción y lo fantástico, un congreso concebido para dignificar el estudio de estos géneros. Bajo el seudónimo de MissTerror, lleva a cabo una labor de divulgación sobre cuestiones relacionadas con el terror.
viernes, 23 de mayo de 2025
EL LENGUAJE DE LA LLUVIA: José Ángel Barrueco.
José Ángel Barrueco tiene ya 52 años, dos hijos, mucha literatura a sus espaldas, unos cuantos manuscritos inéditos en el cajón y un universo poético propio.
El lenguaje de la lluvia es el resultado de haber juntado todos esos elementos. Es poder ver desde un lugar más calmado que la literatura no te ha dado todo lo que querías, pero que casi todo lo que tienes se lo debes a ella. Es haber recibido el golpe de perder una gran referencia en ese mundo propio, aunque esa referencia fuese en muchas ocasiones una bomba a punto de estallar. Es haber tenido que destinar buena parte de tu tiempo a ser padre y llevar una casa. Es el resultado de sentir que has perdido tantas peleas con la literatura, que ya no sabes si al final te has hecho amigo de ese gran dragón que custodia un tesoro.
Javier Das
miércoles, 21 de mayo de 2025
martes, 6 de mayo de 2025
lunes, 5 de mayo de 2025
BARRANCO DE LOS COJOS por LLUIS PONS MORA
Cuando una nube tapa al Sol
todo se enfría y se oscurece,
y ya no pían las flores,
ni a nada los pájaros huelen,
ni los colores sonríen,
ni brota sombra del cerro.
Por mucho que sea una nube blanca.
Cuando una nube tapa al Sol
baja la nieve volando en viento,
y los podencos vuelven conmigo,
y los olivos buscan cobijo
—y las palabras el alimento
por la vereda baldía—.
La noche se para en el día.
Cuando una nube tapa al Sol
nace una cabra hecha de miedo,
cavo en la roca por si hay un verso;
Aún me pregunto, me intriga,
si esto clavado en el pecho
se llama flecha o se llama vida.
Y si debo sacarla, o dejarla estar.
todo se enfría y se oscurece,
y ya no pían las flores,
ni a nada los pájaros huelen,
ni los colores sonríen,
ni brota sombra del cerro.
Por mucho que sea una nube blanca.
Cuando una nube tapa al Sol
baja la nieve volando en viento,
y los podencos vuelven conmigo,
y los olivos buscan cobijo
—y las palabras el alimento
por la vereda baldía—.
La noche se para en el día.
Cuando una nube tapa al Sol
nace una cabra hecha de miedo,
cavo en la roca por si hay un verso;
Aún me pregunto, me intriga,
si esto clavado en el pecho
se llama flecha o se llama vida.
Y si debo sacarla, o dejarla estar.
Lluis Pons Mora
sábado, 3 de mayo de 2025
LA CARRETERA MUERTA en DIARIO DE LEÓN
Gabi Oca, la semana pasada en la cafetería de San Marcos,
durante la entrevista. Pacho Rodríguez
Gabi Oca: «León en los años 80 era un reguero de heroína»
El autor leonés rescata 'La carretera muerta' (Papelillo Editorial),
en donde narra de manera literaria los duros años 80
Pacho Rodríguez, Diario de León 30.04.2025 | 08:48
Esta historia no será como aquella canción de los años 80, veré a las chicas pasar... que cantaban Los Piratas, de Vigo, otra tierra sacudida a mansalva por la heroína y las drogas que representó casi como definición la generación perdida por el narcotráfico. Pero sí es la historia de los 80 en León en la que varios grupos de edad sucumbieron al caballo, se estamparon contra el sida y pocos lo pudieron contar. Uno de ellos lo contó y hasta lo escribió: Gabi Oca. Está ahora sentado en la cafetería de San Marcos y es un reposado conversador. Se libró de todo aquello pero ejerce la memoria como si fuera responsabilidad en la que quiere transmitir que ni ante la peor de las pesadillas la droga es opción, bálsamo o solución. Porque ya avanzado el encuentro cuenta este ejemplo revelador: «Llegó el sida. Lo llamaban el bicho. Sí, el bicho... Cayeron tantos que aquello frenó a muchos. Porque León en los 80 era un reguero de heroína, era una infección. Los que tuvimos suerte nos dimos cuenta de que eso era el final. Pero muchos aunque lo sabían, era tal el mono que tenían que les daba igual coger una jeringuilla de cualquier sitio y de cualquiera. Un día, a un amigo le dije: mira aunque sea por respeto a los que cayeron no uses esa jeringuilla. La había cogido del suelo. Perdí una amistad. Le pareció fatal. Me dejó de hablar y hasta hoy».
De todo esto ha escrito Gabi Oca. La carretera muerta (Papelillo Editorial) recoge seis historias que relatan las vivencias a finales de los ochenta del protagonista, Gabi, un buscavidas enganchado al caballo. «Genuino hiperrealismo sucio leonés, puro, sin adulterar», he aquí la definición que luego el propio Oca puede resumir en «éramos unos desgraciaos...». Textos autobiográficos y sin cortes, surgidos de la calle y de las entrañas de Oca Fidalgo. A pecho descubierto.
En definitiva, el otro León que coexistió frente al ochentero del Berlín, el Jazz y Nona, Century, el Equilbrio, Dimitri... cuando la noche de la ciudad era un lugar luminoso, florecían talentos artísticos y los crápulas pedían paso. Los Cardiacos, en la tele y el artisteo, ardía. A la vez, cuenta el autor, en Villanueva del Árbol se vende heroína en una roulotte como si no hubiera mañana. Y en Villaquilambre. O a las afueras de León. La realidad es lo que tiene, que no se pierde ni uno de los extremos. Y en medio, este Gabi Oca. Que va a ser un gran escritor pero todavía no lo sabe. Porque va a caer en el caballo como un jinete suicida, como tantos. Ansiedad, Una novela quinqui o este La carretera muerta, reeditado ahora por Papelillo (nueva editorial que merece un capítulo aparte) son su testimonio convertido en literatura. «Hay ficción y realidad porque ambas se necesitan para contar las cosas», afirma. Es el trabajo bien hecho de Gabi Oca, que resucitó entre los muertos que no fueron escritores. No sale la palabra yonqui en esta conversación porque, lo va dejando claro, eran personas. «Yo era un desastre, un chaval que no acabó ni la EGB. Aprendí a leer libros mucho tiempo después. Eso sí, los cómics del Víbora me los había leído todos. Era camarero. Lo narro bastante bien en Ansiedad. Yo empecé de camarero en el Plaza, lo que era el Cantábrico. Según entrabas a mano de derecha estaba la cafetería y a la izquierda, el salón de juegos, como en El Golpe. Iban abogados, médicos, el alcalde... Y de noche ya venía un grupo selecto a jugar al póker. Ahí jugaban mucho dinero. Yo pegaba la oreja y oía al día siguiente: pues fulanito ayer se levantó seis kilos...», prosigue. «En mi caso, mi caída es de cliché. Porros, tripis, caballo y catapún...», afirma sin ningún tipo de disculpa. «Lo que te digo: León estaba infectado de caballo como todas las ciudades de España». Gabi Oca va contando peripecias de esa época en la cafetería de San Marcos, en un confort en el que se le ve a gusto. No tiene nada que ver con ese pasado pero lo tiene siempre en la cabeza.
Recientemente, Gabi Oca ha hecho aparición en Un abrazo fuerte, libro homenaje al poeta asturiano David González y publicado en 2024 por Pregunta ediciones. Ahí comparte sitio con Vicente Muñoz Álvarez y Carlos Salcedo Odklas (representantes también del hiperrealismo sucio leonés), con el mismo Paco Gómez Escribano o con el autor Montero González entre muchos otros. Esos nombres de Vicente Muñoz y de Carlos Salcedo son fundamentales en la trayectoria de Oca, puesto que comparten cierto ideario literario y, como asegura el mismo autor de Una novela kinki, «Yo en realidad escribo pero no sé definir lo que escribo. Cuando Vicente me dice que es tal o cual, pues eso será».
Sobre el autor también comenta Gómez Escribano en el prólogo de La carretera muerta lo siguiente: «Valiente es Gabi Oca, por lo que escribe y por cómo lo escribe. Según declara, la literatura es Louis-Ferdinand Céline más Thomas Bernhard, y un tipo que declara esto es un elemento. Pero es que además su escritura recuerda a un Bukowski aumentado como si el americano hubiera sido un yonqui en vez de un borracho». En el caso del leonés, Vicente Muñoz fue el detonante para que aquello que escribía sin vocación de libro sea ahora el contenido de títulos de culto y que retratan un León que todo el mundo sabía que existía pero se guardaba bajo la alfombra. Con Gabi Oca emerge pero sin demagogia.
sábado, 26 de abril de 2025
EL DÍA QUE ME CRUCÉ CON CHARLES MANSON por ALEXANDER DRAKE
Domingo 15 de diciembre de 2019, 12:33 del mediodía. Cruzo el puente del Kursaal en dirección al Centro y justo en medio veo a un chico joven con pinta de hippie repartiendo unos folletos. Me ofrece uno, lo cojo y veo que se trata de un restaurante del que ya he oído hablar. Pertenece a una secta que lleva varios años instalada en la ciudad. Todos tienen una pinta de locos de la leche, y siempre que los veo me acuerdo de la Familia Manson. Miro aquel papel de color verde y me fijo en la tipografía del nombre del local. Sin duda se parece a las letras del “Flower Power” y toda esa movida. La época hippie de la California de los años 60 de regreso a San Sebastián en pleno siglo XXI. Arrugo el folleto y lo tiro a la primera papelera que veo. Sigo caminando hasta llegar al Boulevard y en mitad del gentío hay otro hippie de esos repartiendo los mismos folletos. Me fijo en él con detalle y veo que es la viva imagen de Charles Manson. Me quedo impactado por un segundo, y cuanto más me acerco a él más me parece estar viendo a Charlie. ¿Qué cojones hace aquí? ¿No salió de prisión para morir en aquel hospital de Bakersfield en 2017? De no haber muerto, hoy tendría 85 años, y el tipo que tengo delante rondará los 50, pero el cabrón es idéntico. Misma altura, misma complexión, mismo peinado, misma cara, misma barba, mismos ojos, misma mirada de psicópata… Lo único que le falta es la esvástica tatuada en la frente, por lo demás es EXACTAMENTE IGUAL. ¿Habrá hecho un pacto con Satanás? Si alguien ha podido hacerlo, sin duda sería él. “35 años más joven y ausencia de esvástica a cambio de seguir corrompiendo las almas de jóvenes vírgenes a las que convertir en asesinas”. Pues quizás sea cierto porque el tío está aquí mismo, en pleno Boulevard de San Sebastián, disfrutando del sol del mediodía y repartiendo esa publicidad junto con su puta familia de hippies renegados. Sigo avanzando hacia él, y cuando lo tengo a un metro Charlie extiende el brazo ofreciéndome uno de los papeles. Le digo que no con la mano mientras le verbalizo que no hace falta que me dé el folleto, que ya conozco el restaurante, que gracias. Entonces me lanza una mirada llena de rencor y odio y ansias de matar. Paso de él y sigo caminando, pero algo me dice que ese puto loco sigue mirándome fijamente, clavando su mirada en mi espalda como quien clava un cuchillo en el cuerpo de su enemigo. Me doy media vuelta para comprobarlo y veo que Charlie me mira con ojos de psicópata asesino. De hombre frustrado y abducido por su propia paranoia.
“Quisiste ser una estrella de la música pero no lo conseguiste. Aquel productor pasó de ti como de comer arena con cristales. No te preocupes, a Hitler le ocurrió algo parecido. Sus sueños de convertirse en un brillante pintor se esfumaron de inmediato cuando le denegaron el acceso en la Academia de Bellas Artes de Viena. Qué diferente hubiese sido todo si ambos lo hubieseis conseguido, ¿verdad? La frustración y la venganza fueron vuestros motores principales; y todos sabemos lo que ocurrió después...”
Yo me detengo y también clavo mis ojos en los suyos. El odio nos conecta por un instante. Es un duelo de perturbados. Estoy hasta los huevos de este tipo de gente. Yo también me puedo convertir en un loco. Yo también puedo jugar a su juego. Mi mirada se vuelve más dura y violenta por momentos y dice algo así como: “Ven aquí, cabrón. Te voy a despellejar vivo.” Él entonces gira la cabeza para otro lado y sigue caminando en dirección contraria.
“Siempre fuiste un cobarde, Charlie. Por eso mandabas a otros a cometer los crímenes. Tú ordenabas y ellos hacían el trabajo sucio. Pero un loco nunca desiste en su empeño, y mucho menos en su venganza. Seguramente otro día me vuelva a encontrar contigo, y entonces nuestras miradas volverán a conectar. Tan sólo es cuestión de tiempo…”
Alexander Drake
sábado, 19 de abril de 2025
LA CARRETERA MUERTA según MONTERO GLEZ
Para los adictos a la buena literatura, la que cuenta y la que nace de los adentros, el Gabi es un maestro; uno de esos tipos que uno lee y que enganchan; un cruce bastardo del Céline más guarro con la línea chunga de las viñetas de El Víbora, cuya colección el Gabi la atesoraba en su queli como merecen estas cosas.
elDiario.es /18 de abril de 2025
Louis-Ferdinand Céline dejó un reguero de hijos bastardos. Tal vez, el más conocido -aunque no el mejor- sea Bukowski. Para mi gusto, el colombiano Fernando Vallejo supera con creces al de Hank Chinaski. Y en este país de mucho escribir y tan poco contar, el que monda a todos y escribe con las mil leches bastardas del doctor Destouches no es otro que Gabriel Oca Fidalgo, el Gabi, como se le sema, dicho en germanía; un tipo duro, curtido en las calles de León, que chanela caló a la sombra del jaco con una puntita de perico, lo justo para alegrar el macarrón de la vena como bien sabía el Burroughs.
En ese plan, el tío se ha marcado un libro de relatos que se titula La carretera muerta, un volumen testimonial donde los personajes surgen como de una viñeta. Casi ná. El libro de marras tiene sus años, pero es que ahora lo reedita Papelillo Editorial con prólogo del Paco Gómez Escribano, otro que tal baila. A ver si con estas cosas, el Gabi corre con toda la suerte que merece en este país donde se promociona a moñas que fingen como prostitutas, dicho por lo fino, un país de macaneo cultural donde nos camelan con mortadela como si fuera jamón de bellota. Ojana. Porque el Gabi es un autor de pata negra, de los que escriben con un cuchillo entre los dientes; un amador de este oficio de putas, ahora por lo grueso, sobre todo por estar a la altura.
Me he leído sus relatos de una sentada, historias de la calle, de cuchara quemada y vinagre de manzana; buco, pota y el brazo como un colador de tanto viaje. Para los adictos a la buena literatura, la que cuenta y la que nace de los adentros, el Gabi es un maestro; uno de esos tipos que uno lee y que enganchan; un cruce bastardo del Céline más guarro con la línea chunga de las viñetas de El Víbora, cuya colección el Gabi la atesoraba en su queli como merecen estas cosas. Hasta que un buen día, o un mal día, según se mire, en un arranque de generosidad, el Gabi va y se la pasa a un colega que se está desintoxicando. Para que se entretenga durante el mono y no se rasque tanto la cabeza. Y va el colega y se la pule, sí, la colección de El Víbora del Gabi. Así lo cuenta en el primero de los relatos.
Luego hay otro relato donde narra lo que pasó una vez que se fue de acampada con los colegas, una historia con la que todavía me estoy partiendo la caja y donde se aprecia ese humor de trazo grueso que se gasta el tío, con esa mala leche de la que hace gala cuando toca contar cómo se cuelan en un cementerio a estudiar lápidas.
En fin, sólo queda decir que a ver si Rocío, la gachí que lleva lo de Papelillo Editorial, se tira el pingüi y se enrolla y saca más cosicas molonas de este tío que, junto a David González y a Vicente Muñoz Álvarez, forma parte de la Santísima Trinidad del realismo sucio de nuestras letras. A ver si.
Montero Glez
jueves, 17 de abril de 2025
WILLIAM HOPE HODGSON: LA VOZ DE LAS PROFUNDIDADES. Jesús Palacios.
William Hope Hodgson (1877-1918) es uno de los grandes creadores del terror moderno, contemporáneo de Machen y Blackwood, sus novelas y relatos de horrores marinos constituyen un monumento original e inigualable. En palabras del crítico Lee Weinstein: “…Hodgson fue un verdadero pionero. Utilizó de forma consistente la visión científica de nuestro universo para crear un nuevo tipo de relato de terror; un tipo de narración que Lovecraft retomará.” (1980). Jesús Palacios Trigo (Madrid, 1964), escritor y crítico cinematográfico y cultural, especializado en el género fantástico, traza aquí una rigurosa semblanza del escritor británico y su obra principal. Se incluye también en este volumen el extraordinario relato de Hodgson: Una voz en la noche (1907).
martes, 15 de abril de 2025
BAJO LA PIEL
Otra de esas películas capaces de volarte la cabeza y alterar, nunca mejor dicho, tu conciencia, como si de una droga psicodélica se tratara, Bajo la piel (Under the skin, 2013), de Jonathan Glazer (el director de la tremenda Sexy Beast, que asimismo os recomiendo) se ha convertido en poco tiempo en un filme de culto, pieza clave del cine de ciencia ficción del nuevo milenio, aplaudido por muchos y denostado por otros tantos, como suele suceder siempre con este tipo de películas: o se la ama o se la desprecia, no hay términos medios.
Yo estoy entre los primeros, sin duda, por muchos y muy diversos motivos: Scarlett Johansson, magnética e irresistible, que borda su papel de alienígena; una fascinante banda sonora (de Mica Levi) y fotografía; una historia enigmática y melancólica (inspirada en una novela de Michel Faber) abierta a múltiples interpretaciones; y el pulso narrativo del director, Jonathan Glazer, que con muy pocos diálogos consigue involucrar al espectador en la trama y seducirle con una hipnótica puesta en escena.
No me importa tanto el mensaje de la película, quizás excesivamente hermético (como critican sus muchos detractores), ni las influencias que tiene (Kubrick, Tarkovsky, Lynch), sino disfrutar de la atmósfera de ensoñación que recrea, gélida y decadente, ominosa y solitaria, la extrañeza de los actos de la protagonista y lo sorprendente de muchas secuencias.
Lenta y pausada, inquietante y poética, Bajo la piel se clava como una aguja envenenada en el subconsciente, dejando un montón de preguntas e imágenes centrifugándose en la cabeza y una rara sensación de tristeza al fondo del corazón.
Para mí, en suma, una maravilla de película: juzgad, cuando la veáis, vosotros mismos.
Vicente Muñoz Álvarez
viernes, 11 de abril de 2025
LA CARRETERA MUERTA: Gabriel Oca Fidalgo.
Si el realismo sucio fuera un crimen, con La carretera muerta nos enchironaban del tirón. Los seis relatos que componen este libro desprenden pureza e ingenio, vertidos sin filtrar desde las vísceras de Gabriel Oca Fidalgo, y retratan una cara de la sociedad relegada a los márgenes, barrida bajo la alfombra y privada de altavoz.
Oca Fidalgo narra con la experiencia de quien vive: no con la del que se documenta, lo recrea y lo plasma. Una lectura que derriba prejuicios y que aporta luz a las sombras de estos seis relatos, estas seis «aventuras» reales. Porque en La carretera muerta no es todo ruina y oscuridad, no faltan el humor y momentos que dan respiro y liberan la tensión de quien lee.
El poso de su escritura se define con un estilo rápido y directo (tan rápido que no le gusta que le toquen «las comas»), y con un vocabulario tan extenso que solo puede darse en alguien que ha mamado tanta literatura como calle (o más). Hiperrealismo sucio directamente desde León, si bien para esta edición también hemos contado con colaboraciones desde Canillejas-San Blas (San Blas-Canillejas, tanto monta monta tanto).
Por el lado de Canillejas: Paco Gómez Escribano se ha marcado un prólogo niquelao, que ya nos gustaría a nosotras ser capaces de escribir algo parecido para estas movidas de la web, la publi y esas vainas. A Gabi le flipa Paco y a Paco le flipa Gabi. A nosotras nos flipan los dos, y confiamos en que a la peña que los conozca, también. Menudo combo.
Y por el lado de San Blas, hemos contado con Albert Fetén (parte de la familia Papelillo) para la ilustración de cubierta. Ha bordao una cabina de las de entonces, que tanto protagonismo tienen en los relatos de Gabi (dando título a uno inclusive). Una imagen nostálgica, grabada en la retina como un icono de otro tiempo pasado (y no por ello mejor) que habrá desbloqueado más de un recuerdo entre el personal.
«La época de las pastillas y la farlopa. Una película esta que no ha molestado ni molesta, el bisnes que no desentona con su peña tan fardona, ¡su casta elitista con la ropa a la moda y el Focus de siete kilos! Otra cosa es la heroína y sus adeptos, a esos hay que meterlos en el gueto, viaje a la chabola en los trenes vigilados con destino al crematorio, ¡tiñalpas desahuciados con los dientes carcomidos por el vicio!».
La carretera muerta recoge seis historias que relatan las vivencias a finales de los ochenta del protagonista, Gabi, un buscavidas enganchado al caballo. Genuino hiperrealismo sucio leonés, puro, sin adulterar. Textos autobiográficos y sin cortes, surgidos de la calle y de las entrañas de Oca Fidalgo.
A pecho descubierto. Citando a Gómez Escribano en el prólogo que acompaña a esta edición: «No se anda con jodidos eufemismos el nota».
«De visita en las Barranquillas, como si el tiempo no hubiese pasado. Pero el tiempo había pasado sin duda: ahí estaba el metabús lo primero, a la entrada del poblado con una cola que ni te cuento. Y luego en el interior lo indescriptible: las chabolas con chapa de uralita, los coches destartalados, la procesión de adeptos entrando y saliendo sin descanso. Los corrillos y la peña, la basca que te entra y ese tío que no te deja, buscándose la vida, suplicando una limosna, comiéndote la oreja. La nueva generación de críos luciendo frescos como el rocío pero con la cabeza hecha migas por la farlopa. Y por supuesto que la gente de mi quinta, muertos en vida la mitad de ellos, deshechos con la factura que les ha pasado ese Madrid en el que te quitabas el mono con cien duros».
*
Gabriel Oca Fidalgo (León, 1965), escritor de literatura de supervivencia y subsuelo, ha publicado hasta ahora las obras Ansiedad y Una novela quinqui (en Lupercalia, 2014 y 2016 respectivamente), además de La carretera muerta (2008), *ambas descatalogadas.
Recientemente ha hecho aparición uno de sus escritos en Un abrazo fuerte, libro homenaje al poeta David González y publicado en 2024 por Pregunta ediciones. Ahí comparte sitio con Vicente Muñoz Álvarez y Carlos Salcedo Oklas (representantes también del hiperrealismo sucio leonés), con el mismo Paco Gómez Escribano o con el autor Montero Glez (muy del gusto de Oca Fidalgo y de estas humildes editoras), entre muchos otros.
Sobre Gabi, comenta Gómez Escribano en el prólogo de La carretera muerta lo siguiente:
«Valiente es Gabi Oca, por lo que escribe y por cómo lo escribe. Según declara, la literatura es Louis-Ferdinand Céline + Thomas Bernhard, y un tipo que declara esto es un elemento. Pero es que además su escritura recuerda a un Bukowski aumentado como si el americano hubiera sido un yonqui en vez de un borracho».
Así que, como veis, eso que ponemos en la solapa de «Quienes disfruten leyendo a autores como Bukowski, Henry Miller o —más de aquí– Mansilla o Cussà, cuyas vidas convulsas son inseparables de su obra, encontrarán en Oca Fidalgo otro escritor del que tirar» no somos las únicas que lo pensamos.
lunes, 7 de abril de 2025
ABRIRLO TODO por NURIA VIUDA
Si abres todas las puertas, y todos los cajones de tu casa, todos los armarios y todas las ventanas, comprobarás cómo el silencio te inunda los rincones. Un silencio de hielo, como el que siente esquilmado su feudo y sus asuntos. Su espacio y su intimidad. Una sensación de vacío y de océanos profundos, insondables y sin misericordia.
Comprueba cómo el tiempo se para y languidece; pues al abrirlo todo te quedas sin canciones, sin tiempo, ni esperanzas. Así, muy quieto, y observando los diques, sabrás lo que se viene cuando acecha la vida y es urgente tomar partido, posiciones, alertas. La intemperie que cubre teatros y estaciones. Será entonces que corras, presuroso, a ir cerrando las puertas, los cajones, los diques, las ventanas, los barcos, por si acaso la vida te sorprenda desnudo, sin norte ni comparsas.
Nuria Viuda
lunes, 31 de marzo de 2025
TEOREMAS DEL SILENCIO: Natacha G. Mendoza.
Un tratado de silencios hecho con palabras, que nos remueve, sacude e involucra emocionalmente. Nueve cuentos en los que la autora canaria salta entre estilos con gran solvencia. Nos confronta con el amor, el vacío existencial, la dulzura, la ausencia, lo fantástico y la realidad cruel. Nos vincula hábilmente con los personajes o con la propia voz narradora, sin permitirnos saber en qué momento hemos dejado de ser lectores para ser parte de la trama. Relatos unidos por la verdad que respira en lo más profundo del ser humano. Silencios que dicen más de lo que matemáticamente pueden contener unos caracteres: la verificación misma de la certeza de la existencia. Nunca lo callado fue tan elocuente.
domingo, 30 de marzo de 2025
CHAMÁN: Johnny Ray.
Chamán es una obra poética que sumerge al lector en una profunda introspección y exploración del ser interior. Invitándole a ejercer de chamán de la ceremonia de su propia vida. Johnny Ray invita a un viaje espiritual y emocional, desentrañando las capas de la existencia humana y la conexión con el universo.
El texto aborda temas de autoconocimiento, espiritualidad y naturaleza humana. Cada poema es una meditación sobre aspectos diferentes de la vida, desde la introspección personal hasta la interacción con el entorno natural y social.
La obra destaca por su profundidad emocional y su capacidad para conectar con el lector a nivel íntimo, proporcionándole herramientas para mirar dentro de sí mismo y reflexionar sobre sus propias experiencias y creencias. Es una llamada a la introspección y al reconocimiento de la propia voz interior como guía. Johnny Ray ha creado un texto que no solo es poéticamente rico, sino también espiritualmente estimulante, ofreciendo un refugio para aquellos que buscan comprensión y consuelo en el tumulto del mundo moderno.
sábado, 29 de marzo de 2025
DESORDENADA POESÍA por BEATRIZ BERNABÉ
Me pueden quitar la voz,
seccionar la garganta.
Pueden romperme en mil pedazos.
Hacer un nudo y morder mi lengua.
Pueden levantarse las piedras,
esconder todas las manos.
Arder los cimientos
y los centros de gravedad.
Puede detenerse el tiempo que me resta de vida,
y sufrir mis arterias una parálisis permanente.
Pero no me pueden quitar la poesía.
No pueden velar mi noche herida,
ni sacarme la ropa,
ni el sueño del hambre,
ni el amor de los pájaros.
No pueden perderse los malos tragos,
ni toda mi esperanza mansa.
No pueden callar a la bestia
que me devora por dentro.
Que me salva de todos contra todos,
que me eleva y me despierta salvaje.
Que me hace caer.
Poesía infección, poesía diseminada,
poesía metastásica,
arrítmica,
poesía de alterada pureza.
Desordenada poesía.
Poesía desmembrada y pública.
Poesía desnuda de credos,
de riendas y bocados,
de anestesia y tributo.
Poesía libre y sangrante.
Diferente frente al espejo y la carcoma.
Poesía sin obligatoriedad
de poesía,
sin la académica vara de medir.
Poesía de principios,
pero también de finales.
Poesía que late transparente,
que corre despiadada en busca
de su ser.
Poesía de las venas abiertas.
Poesía mínima,
intensa, febril.
Poesía consciente y de ojos cerrados.
Poesía revuelta y amotinada.
Poesía de los otros,
de los que tanto dicen sin poder hablar.
Poesía de manos y pies desnudos,
poesía atravesada por las balas.
Poesía vida.
Poesía milagro de ser poesía.
Poesía madre urgente
y moneda de cambio.
Poesía de todos,
poesía sin nada más.
No me pueden quitar la poesía.
No sin robarme el aliento
ni la hondura.
No me pueden arrancar las verdades completas,
ni las más rotundas mentiras.
No pueden quebrarme las piernas
ni detener la palabra.
Porque me hago muerte y cementerio.
Tierra quemada.
Campo de tiro.
Poema...
Sin más armas,
que la belleza escondida
en las entrañas de un verso.
Beatriz Bernabé
lunes, 17 de marzo de 2025
DONDE LOS ÁRBOLES CRECEN EN LLAMAS: David Argüelles ilustrador por Andrés Casciani.
Desde sus primeros libros, hasta hoy, la búsqueda de Argüelles nos fuerza a abrir los ojos, a no ser lectores “simples”. Es claro, por esto mismo, que no podemos reducir estos textos tan ricos a una fórmula, ni siquiera a los puros efectos de lo que se ha llamado “sentido”.
El mismo David oscurece sus textos para que no se abran sin más, como las flores antes de pudrirse en el jarrón. Porque, como él mismo escribe, la verdad ha sido saqueada y no sabemos qué cielo es el verdadero. Porque vivimos así, y cada mañana, al despertarnos, “todo ha vuelto a cambiar”.
David Argüelles (Valladolid, 1969). Es profesor de primaria en un colegio público de Valladolid. Crece de la mano de Oscar Wilde, Chaplin y Lennon. Tal vez porque lápiz y papel era lo que tenía más a mano, fue a lo que se dedicó con mayor empeño y en lo que aún sigue. En el año 2012 publica el libro titulado Guijarros con la editorial Pol•len. El mundo rural de estos relatos le lleva en el año 2016 a escribir y dirigir el cortometraje Viento con la productora navarra Enbuensitio. En el año 2020 publica el libro Criatura con la editorial El Gallo de Oro. A finales de 2021 publica Fisterra con la editorial La Vorágine. En febrero de 2023 publica Babel con la editorial Páramo.
lunes, 10 de marzo de 2025
HOMENAJE AL POETA DAVID GONZÁLEZ en POEX GIJÓN
Presentación de la antología Un abrazo fuerte.
Homenaje al poeta David González.
Coordinada por Patxi Irurzun y Nacho Tajahuerce (Pregunta, 2025).
Lectura de poemas en la que intervienen Patxi Irurzun,
Nacho Tajahuerce y autores/as locales.
Sábado 15 de marzo, Toma 3, 18.00 horas, GIJÓN
viernes, 7 de marzo de 2025
CHOLITA VOLADORA MARCIANA: Patxi Irurzun y Simonides.
En un futuro no tan lejano, Pamplona-Volkswagen —nueva denominación de la vieja Iruña— se ha convertido en un enorme parque temático sobre los sanfermines, en el que la mitad de sus habitantes trabajan como extras, representándose a sí mismos, mientras la otra mitad sobrevive a duras penas en los diferentes estratos subterráneos en que se amontona la ciudad (cuanto más distanciados de la superficie, más pobres).
En Bolivia-Txikia, uno de esos suburbios —nunca mejor dicho—, vive la joven Samy Grourgrourg Mamani, una mestiza hija de una emigrante boliviana y de un extraterrestre de segunda generación. Samy quiere matricularse en la prestigiosa Facultad de Periodismo Belén Esteban y para ello ahorra dinero trabajando como cholita voladora en los combates amañados de lucha libre. Tras verse envuelta en un caso de extorsión sexual, Samy inicia un viaje a los infiernos en el que se topará con guerrilleros ultras, policías racistas de todos los colores o un actor porno que aparece en las películas oculto tras una careta con el rostro de José María Aznar…
Ilustrada con casi un centenar de dibujos de Ernesto Murillo «Simonides», un histórico del cómic vasco, esta obra delirante y futurista de Patxi Irurzun, autor de Tratado de hortografía o Los dueños del viento, pone el dedo en algunas llagas del presente: el rechazo al diferente, el auge de la extrema derecha, la violencia machista, el turismo caníbal y la gentrificación o las redes sociales y las vidas vividas como un simulacro… o como una novela de ciencia ficción.
martes, 4 de marzo de 2025
LA SALSA DE TOMATE por HANNNS HEINZ EWERS
Un miércoles asistí a las peleas de gallos. Un pequeño anfiteatro circular, con gradas ascendentes. En el centro la arena, justo debajo de la luz cenital. Olor a populacho, chillidos y escupitajos... se necesita decisión para asistir a este espectáculo. Traen a dos gallos, parecen gallinas, ya que se les ha cortado la cresta y las plumas de la cola. Los pesan y luego los sacan de sus jaulas. Y se acometen, sin vacilar. Las plumas levantan polvo a su alrededor, los dos animales se atacan una y otra vez, se desgarran con los picos y los espolones, sin emitir un sonido. Sólo la bestia humana a su alrededor vocifera, apuesta y alborota. ¡Ah, el amarillo le ha sacado un ojo al blando, lo picotea en el suelo y se lo come! Las cabezas y los cuellos de los animales, ya hace tiempo desplumados, se balancean como serpientes rojas sobre el cuerpo. No se separan ni un instante, las plumas se colorean de púrpura; ya apenas se reconocen las formas, las aves se despedazan como dos sangrientas masas compactas. El amarillo ha perdido los dos ojos, picotea ciego en el aire y cada segundo golpea el pico del otro en su cabeza. Por fin se desploma; sin resistencia, sin un grito de dolor permite que el enemigo culmine su obra. Eso no se produce tan rápido; cinco, seis minutos necesita aún el blanco para conseguirlo, él mismo exhausto mortalmente por los cientos de espolonazos y picotazos.
Hanns Heinz Ewers,
de La salsa de tomate
(Valdemar Gótica, 2024)
HUMANIMAL: Emilio Picón.
La novela como género lleva mucho tiempo buscando su camino —o sus caminos— a través de la legión de escritores que la han practicado y que siguen practicándola. Emilio Picón, cuya alma de poeta reverbera en su prosa (igual que un anillo de oro brilla bajo el agua), ha ayudado a trazar una nueva ruta para lectores y narradores con humanimal, novela gestada en los engranajes de su mente que está a años luz de ser una obra convencional.
Esta es una obra donde se juega con la metanarración; es decir, donde la narración se mira en el espejo y se desnuda y se explora y se narra a sí misma, como el uróboros que engulle su propia cola. El autor desmonta su mecano ante nosotros para mostrarnos todas las piezas, pero luego, como experto relojero, vuelve a ensamblarlas con tanta coherencia narrativa como destreza.
sábado, 1 de marzo de 2025
viernes, 28 de febrero de 2025
jueves, 27 de febrero de 2025
LA CARNE DEL ABISMO por FELIPE J. PIÑEIRO
Arranco mis ojos para no verme,
pero la oscuridad me devuelve el reflejo.
Es una danza de sombras:
yo mismo devorándome,
gozando en el filo de mi propia condena.
La soledad me lame las heridas
con lengua de vidrio;
cada corte es un beso,
cada beso, un grito.
El pecho arde, un horno negro
donde cuecen los delirios:
rostros que se burlan,
manos que rozan y luego desaparecen.
Quiero morir de este placer amargo,
clavar mis uñas en el vacío
y sentir cómo el eco me escupe de vuelta.
El miedo, el maldito,
se ríe conmigo, se burla,
y juntos quemamos las reglas del alma.
Al final, sólo queda esto:
yo, la nada,
y el orgasmo eterno de mi caída.
Felipe J. Piñeiro, del poemario Susurros de un Alma Rota.
lunes, 24 de febrero de 2025
YA ES TARDE por JORGE M MOLINERO
cierran
cada día
un par de empresas
en este solar
de mi yerma ciudad
el taller
donde trabajo
pronto
se irá al tacho
también
y yo no sé hacer nada
mi trabajo
como dice Lamarck
lo puede desempeñar
un mono
de hecho
todos los trabajos
que he realizado
los puede hacer
un mono
soy un inútil
que no sabe hacer
nada
repito: un inútil
un inútil que
no sabe hacer nada
y ya es demasiado tarde para
a mi edad
prepararme unas oposiciones
a policía
Jorge M Molinero
jueves, 20 de febrero de 2025
ALGUIEN A QUIEN CURAR por MAXIMILIANO J. BENÍTEZ
Alguien a quien curar, por supuesto. Puede que esta sea la única finalidad de escribir ficciones o poesía, la mejor definición del sinsentido de narrar historias que germinan del tedio y la necesidad de trascender. Ese punto de fuga inalcanzable e inapelable. Alguien a quien curar como placebo, como inventiva y redoble del tiempo. Para revocar la jerarquía de la memoria en beneficio de una conciencia palpable universal que permita eludir el vacío, sobrevivirlo. Alguien a quien curar como sello y estigma, como aliento de los muertos, como gestos preliminares al reencuentro. Curar como quien vive la mayor de las mentiras seriamente, hasta el final.
Maximiliano J. Benítez
miércoles, 19 de febrero de 2025
SIÉNTATE Y ESPERA, PERO NO DEMASIADO por RAFAEL LÓPEZ VILAS
-Joder, tío
No sabes cómo me pones
Mañana me pasaré por tu casa
y voy a follarte
hasta dejártela en carne viva
Después de una semana
sin saber de ella
estaba escribiendo
cuando sonó el teléfono
-¿Estás enfadado?
¿Me has echado de menos?
Llevo toda la semana pensando en ti
Me muero por besarte
Por mirarte a los ojos
mientras me clavas
a la cama
Mañana a mediodía
paso sin falta por tu casa
No puedo esperar más
No podía esperar dijo...
Diez días más tarde
volvía del supermercado
y me la encontré esperando
sentada en las escaleras
sonriente bajo el sol de primavera
Nada más entrar
me embutió toda su lengua
en la boca
-Qué ganas tenía de verte...
-¿En serio?
-Venga. No seas cabrón...
Anda...Siéntate en la cama
Abrió la cremallera
de mis pantalones
y desenfundó en su boca
el pedazo magro
de carne sonrosada y babosa
que me cuelga
y así estuvo un rato
hasta que subió encima de mí
y me estuvo cabalgando
hasta que el río
dejó de escupir
dentro de ella
Al terminar
se vistió
sin dejar de sonreír
El sujetador
Las bragas
Los pantalones
Sujetó mi cara entre sus manos
besó mis labios
y me dijo
-Mañana sin falta vuelvo, cielo
y salió cerrando suavemente la puerta
Yo abrí las persianas
y descorrí las cortinas
Saqué una cerveza de la nevera
Pinché un disco de Coltrane
y sentado en el cadáver
de un viejo sillón de orejas
viendo a través de la ventana
dejé que se desparramara la música
Sabía que mañana
tampoco volvería
Rafael López Vilas
domingo, 16 de febrero de 2025
POESÍA PARA UN POETA: cinco leoneses participan en el libro en homenaje a David González.
Los escritores Silvia D. Chica, Carlos Salcedo, Gabriel Oca Fidalgo y Vicente Muñoz y el fotógrafo Alberto García Alix forman parte de 'Un abrazo fuerte', una obra firmada por más de 80 creadores españoles en homenaje al autor asturiano
Camino Diez Llamazares, La Nueva Crónica, 15-2-2025
Escribía Sergio C. Fanjul en El País, horas después de conocer la noticia de la muerte de David González, que el poeta «empezó a escribir cuando ingresó en la cárcel gijonesa de El Coto, condenado por participar en un robo a mano armada»; que «entró atracador y, tres años después, salió poeta».
De aquel obiturario y del fallecimiento del autor de San Andrés de los Tacones hace ya algo más de dos años. Aun así, los versos del poeta no han caído en el olvido y hace poco que un grupo numeroso de escritores, artistas y todo tipo de personajes del panorama cultural nacional se han dado encuentro en una publicación coral para rendirle tributo. Se titula ‘Un abrazo fuerte. Homenaje al poeta David González’ y la publica Pregunta Ediciones.
Fue en enero de este año cuando la publicación vio la luz de la mano de sus más de ochenta autores. Entre todos ellos, no falla la presencia leonesa. Silvia D. Chica, Carlos Salcedo, Gabriel Oca Fidalgo y Vicente Muñoz Álvarez forman parte de la nómina junto a nombres tan conocidos como Nacho Vegas, Enrique Villarreal ‘El Drogas’, Kutxi Romero, Doris Escarlata, Karmelo Iribarren, Miriam Reyes o Eva Vaz, entre muchos otros. De igual manera, el leonés Alberto García Alix es el autor de la imagen de la portada.
«El libro es un tributo al prolífico poeta asturiano, uno de los más influyentes de su generación, fallecido en febrero de 2023, a los 59 años», escribe el poeta, narrador y editor leonés Vicente Muñoz, que menciona a los coordinadores de la obra, Nacho Tahajuerce y Patxi Irurzun, para citar sus palabras: «Buena parte de las autoras y autores que participan en este libro de homenaje y reconocimiento fueron en algún momento compañeros de camino de David, otros muchos son escritores para quienes el descubrimiento de la obra de David fue un hito; todos, lectores, seguidores fieles de su obra y reivindicadores de la misma».
Así se presenta un libro que ya ocupa el espacio correspondiente en el estante de las librerías. El ejemplar hace las veces de obituario; escrito por poetas, lleno de poesía y dedicado al poeta que fue David González, «uno de los más notables de sus tiempos», en palabras de Muñoz. Un poeta que hizo escuela con el realismo sucio de Bukowski y Fante y que, en su última publicación, ‘La canción de la luciérnaga’ –un relato versificado de su cáncer de esófago–, dejó escrita unas palabras que denotan su forma de entender la poesía y, en definitiva, los ritmos poéticos de toda una vida: «Sólo la muerte, repito, tiene la última palabra. La palabra que cierre el último poema. Fin».
jueves, 13 de febrero de 2025
EL ABRAZO FUERTE DE LOS POETAS LEONESES A DAVID GONZÁLEZ
El asturiano, fallecido a los 59 años, mantenía una fértil relación con León
a través de Vicente Muñoz y otros autores
Pacho Rodríguez, Diario de León, 13-2-2025
Maldito o de culto, tal vez ninguna de las dos consideraciones le terminara de convencer, lo de David González (San Andrés de los Tacones, Gijón, 1964-Gijón, 6 de febrero de 2023) fue legendario en la ficción y la realidad. Puro carácter hasta el final, e impresionantes esos últimos videos de testimonio y despedida que hace poco recordaba Vicente Muñoz, autor leonés que, junto a otros, brindaron León a este autor underground para que diera a conocer su obra. El aún cercano seis de febrero se cumplieron dos años de su muerte, y el tiempo vuela como voló su vida, a la que no hace falta añadirle ingredientes para considerarla de película. Reza lo que sepas, Los equilibristas o La canción de la luciérnaga son algunos de sus títulos, que al final, valga la ironía, para ser un maldito voluntario consta de más de una veintena de referencias. Y León tuvo algo de territorio literario amigo para David González. Cuatro escritores leoneses participan en la antología colectiva Un abrazo fuerte. Homenaje al poeta David González. Silvia D. Chica, Carlos Salcedo, Gabriel Oca Fidalgo y Vicente Muñoz Álvarez aportan su visión sobre el poeta asturiano, junto a firmas como las de Nacho Vegas, Kutxi Romero (Marea) y El Drogas (Barricada). Si a ello se suma que la portada es una fotografía de de Alberto García Alix, también nacido en León, puede decirse que el homenaje leonés es el más mayoritario, prueba tanto del carisma de González como del impulso literario que de vez en cuando se produce en León
El libro, en el que colaboran más de setenta autores de todo el país, acaba de publicarse en la editorial zaragozana Pregunta Ediciones, coordinado por Patxi Irurzun y Nacho Tajahuerce, y es un tributo al prolífico poeta de San Andrés de los Tacones (Asturias), uno de los más influyentes de su generación, fallecido en febrero de 2023, a los 59 años.
En él participan, además de los cuatro escritores leoneses citados, amigos personales de David González, diversas personalidades del mundo cultural español, desde los citados Nacho Vegas, Kutxi Romero y Enrique Villareal «El Drogas», a Doris Escarlata, Kike Babas, Fee Reega o Ángel Petisme, a poetas y narradores como Montero Glez., Karmelo Iribarren, Miriam Reyes, Eva Vaz y Gsús Bonilla.
Los antólogos, Nacho Tahajuerce y Patxi Irurzun, que han estado dos años trabajando en este proyecto, dicen al respecto en el prólogo que no querían un libro póstumo, sino un homenaje al poeta David González con los guantes puestos.
Con los guantes puestos
«No queríamos que este fuera un libro póstumo. Surgió como un homenaje a David González cuando todavía tenía los guantes puestos, con la intención de ayudarle, de enviarle ánimos y fuerzas para continuar el combate con la enfermedad, aferrándonos a la idea de que tampoco este sería su último asalto. David siempre había estado ahí, partiéndose la cara, siempre había sido un referente (en su sentido más amplio (...) literario, sus libros, pero también en cuanto a su actitud, la honestidad y la radicalidad con la que se entregó a la poesía). Buena parte de las autoras y autores que participan (...) fueron en algún momento compañeros de camino de David, compartieron con él páginas, recitales, intercambios epistolares, antologías, afinidades electivas, lecturas, barras de bar…; formaron parte del mismo espectro generacional; otros muchos son escritores para quienes el descubrimiento de la obra de David fue un hito», avanzan los editores.
https://www.diariodeleon.es/cultura/250213/1844948/abrazo-fuerte-poetas-leoneses-david-gonzalez.html
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