martes, 30 de noviembre de 2021

LAS HISTORIAS QUE PROMETÍ NO CONTAR: Rafael Sáenz de Cabezón.




ESPANIS SICO: David Benedicte.




Al monstruo es imposible no verlo. Se presenta ante
nosotros tal y como es en toda su crudeza, en cada una
de las rugosidades que le definen como esencialmente diferente
(recordemos que monstruoso únicamente significa:
aquello que no está en su propia naturaleza). De
otro modo, un monstruo apela al significado profundo
de la propia mirada. Hasta su más absoluta y brutal desnudez.
Si cada época tiene su monstruo, la nuestra, con
sus evidentes incertidumbres y sus melodías apocalípticas,
los posee a todos ellos. Los monstruos funcionamos
a la vez como metáfora y como hipérbole. La exageración
sirve para desnudar los gestos más escondidos y
diminutos de la infancia. Lo que importa no es tanto la
turbia y repelente superficie del engendro sino su interior.
Lo relevante no es tanto la brutal naturaleza de lo
extraño como la sucia certeza de lo propio. El monstruo
eres tú. Lo monstruoso está en tu yo.

David Benedicte, de Espanis Sico (Matraca Ediciones, 2021)


lunes, 29 de noviembre de 2021

CHÚPAME LAS TETAS por JOAN CASAVILLA



Salpicado por la humedad, me había sentado a esperarla en una terraza y me estaba tomando una cerveza mientras contemplaba el boato gótico de la noche malagueña: la amplia calle ensangrentada de orines caninos e incoherentes reflejos de faros, perfiles bragados de gente con ropa de abrigo inadecuada e irreales andares nocturnos, la lúgubre luz de las farolas estrellada en la acera, susurrándole sombras al bordillo.

Mi vida estaba en un fase de rotación demencial, el viernes aún me sentía joven y ligero e imparablemente vital, y al lunes siguiente, viejo, maniático, quebradizo.
Ese viernes había quedado con Sofi en el PonTotra. Ella había llegado tarde, como siempre. Y yo también. Se sentó y me miró con sus ojos estrábicos, escrutándome. Sofi tenía alrededor de 30 años, era bajita, menuda, achaparrada, latina, con el cabello bruno orlado de rizos y la piel morena, reluciente, fragante como el pan recién hecho. Poseía un carácter fuerte, soberano, y unos ojos atezados que despedían un tierno y adorable bizqueo.

La había conocido a principios de octubre, cuando me descargué por primera vez en el móvil una app de citas. Los dos éramos unos novatos en esto, así que chateamos durante unos días antes de animarnos a quedar. Recuerdo la inquietud al conocerla, pensé en la posibilidad de que hubiera creado un perfil falso y que tras él se ocultara una sociópata, una chica pervertida y depravada ungida de venéreas que me drogaría con burundanga, o mucho peor aún, que no me drogara con nada; o quizás fuera un hombre, un psicópata violador y sodomita que, además de esposarme, me cortaría en pedacitos para hacer un estofado en la cocina de su madre, de cuerpo presente y disecado.

Pero resultó ser ella. Y me gustó desde el primer momento: irradiaba frescura, era inteligente y de ágil conversación y tenía una sobria belleza infantil que, a veces, alimentaba con una pose desdeñosa, provocativa, desconcertante, como traída de un remoto paraje silvestre y ascético. Su actitud turbiamente altiva se acompasaba a menudo de una dulzura encantadora, y de un mohín de reproche de nebulosa hosquedad podía emanar de forma quirúrgica una sonrisa cándida y envolvente.

Velados por la incandescencia de una primera cita sin asesinos en serie, seguimos quedando y queriéndonos de una manera un tanto atolondrada, como cuando recuerdas en el último momento que tienes que ir al súper a por huevos y leche.

Sofi sentía un odio categórico por los testigos de Jehová y una devoción desmedida por los manga “boys love”: esos cómics de temática gay que exponen las tribulaciones de jóvenes o adolescentes melodramáticos de aspecto mórbido que se enculan románticamente. Invertía gran parte de su tiempo libre descargando y viendo estos mangas en el móvil, generalmente en el idioma original, y aunque no entendía ni un ápice de japonés, a veces captaba el significado de alguna palabra suelta. Me decía que lo más importante eran las sensaciones que transmitían las imágenes, su fuerza expresiva. Con frecuencia, Sofi fantaseaba con la idea de cambiar de sexo, de ser un chico y poder sodomizar a otros hombres. En cambio, a mí nunca me dejó penetrarla analmente, por mucho que insistiera, que lo hice. Manteníamos unas relaciones más bien canónicas: el preceptivo sexo vaginal agotador racheado de vaporosos lapsos de fruición oral. Cuando estaba con ella, me encantaba descender por esos sedosos y pardos montículos montañosos suyos, agarrarme a ellos hasta que el abrupto pezón ya enardecido señalaba las seis o las doce en punto y presenciar cómo su bizquera se acentuaba o prácticamente desaparecía mientras se me arremolinaba el vaho caliente de sus gemidos, que en ocasiones desprendía una sutil fragancia de limón.

A principios de noviembre Sofi y yo dejamos de vernos.

Ahora estamos de nuevo en un bar. Hemos vuelto a encontrarnos. Ya sabéis, cosas de la rotación. Acabo de pedir otra cerveza para mí y una radler para ella. Probablemente luego bailemos un poco de salsa o bachata o cumbia, no las distingo. Y sé que tarde o temprano me pedirá que le chupe las tetas.

Joan Casavilla

domingo, 28 de noviembre de 2021

CUANDO BEBER VINO ERA VISTO COMO UNA COSA DE PERDEDORES por JOSÉ PASTOR GONZÁLEZ



beber vino en un bar de abuelos

de esos bares desangelados y fríos como lápidas de mármol

de camareros ojerosos vino barato carajillos y copas de 103

esos lugares donde ahogar o sacar a flote

el dolor o los demonios -que se llevan dentro muy dentro-

y donde:

bebedores broncos de esos que culpan al resto de los mortales de sus desgracias

bebedores solitarios silenciosos casi invisibles que evitan hablar para que no se le escapen las lágrimas y los mocos

bebedores pegajosos y molestos como moscas que hablan y hablan para espantar a manotazos su mediocridad

bebedores nerviosos afilados inquietos incansables que creen tener todavía una oportunidad

compartíamos la misma imposibilidad de levantarnos

y nos sobraban las mentiras hermosas para seguir bebiendo vino

y donde moríamos todos los días

para seguir viviendo


José Pastor González, del poemario "antes que olvidáramos como volar"

la fotografía es de Patrice Molinard

sábado, 27 de noviembre de 2021

HÍBRIDOS 2021: Última Jornada: EL TRUENO SOBRE EL LAGO



LOS JUEGOS DEL ALAMBRE & REMAINING LIFE

Juventudes Musicales de León y Producciones Infames presentan el proyecto EL TRUENO SOBRE EL LAGO, en el que confluyen e hibridan el nuevo proyecto de José Noise REMAINING LIFE, la improvisación dodecafónico estocástica del ensemble de Los Juegos del Alambre, formado por Lucia Aguilar Mateos, Alvaro Garcia Trobajo, Víctor Núñez Guzmán y Víctor Manuel de Prado Jimeno, violines, y Ernesto Turienzo Durán, violoncello, de la Orquesta JJMM-ULE, y la voz y la performance de la actriz y música, Andrea Soto Vargues.

Sábado, 27 de noviembre, a las 20 pm,
en el Salón de Actos Alfonso V. Ayuntamiento de León

Entrada gratuita


viernes, 26 de noviembre de 2021

HÍBRIDOS 2021: Cuarta Jornada: EL CULTIVO DE LA SINGULARIDAD



Bonilla y Castiñeiras se entregan al cultivo de la singularidad

L.N.C. | 26/11/2021. POESÍA Y MÚSICA

Híbridos presenta sus dos últimas propuestas en forma de recital poético-musical y de experimentación sonora, con un cierto nivel de improvisación en ambos casos

El programa cultural y multidisciplinar ‘Híbridos’ entra en su recta final con la celebración este viernes y el sábado de sus dos últimas propuestas que se desarrollarán a partir de las 20:00 horas en el salón de actos del Ayuntamiento de León con entrada libre hasta completar el aforo.

La de este viernes reúne la voz y poesía del jardinero y poeta Gsús Bonilla (Badajoz, 1971) junto a la guitarra clásica de José A. Castiñeiras, en ‘El cultivo de la singularidad’. Una actuación poético musical basada en los textos del libro ‘El mundo florece para ser escrito’ de Bonilla, quien extiende su ejercicio poético a través de diarios, cuadernos de campo y artículos que exploran su peculiar relación con el mundo vegetal.

El acto se perfila como una forma de enhebrar la ceremonia y arte de la jardinería desde la perspectiva de un poeta, sumando una partitura improvisada que entregará al público el cultivo de la singularidad. Oficio y profesión conforman un traje escénico que se mostrará como un no lugar.

El sábado es el turno del ensamble Los juegos del alambre, experimento dodecafónico estocástico de improvisación de la formación Juventudes Musicales de León, que se unirá al proyecto ‘Remaining Life’ del músico leonés José Noise, presentando ‘El trueno sobre el lago’. La actuación está promovida por Producciones Infames y contará con la voz y performance de la actriz Andrea Soto Vargues, además de los violines y el violoncello de los jóvenes de JJMM-ULE.

jueves, 25 de noviembre de 2021

EL OUTSIDER: Antonio Javier Fuentes Soria.



Antonio Javier es un mirón sensible, un crítico, una concidencia con patas, un paseante de calles, un habitante de tabernas con el suelo lleno de serrín de pino y urinarios llenos de frases soeces, un ilustrador de aceras, un puñetero zarandeador de personajes rutinarios, un poeta de lo cotidiano, y lo cotidiano no es lírico, ni bello, ni de enfermos de opacarofilia.


miércoles, 24 de noviembre de 2021

HÍBRIDOS 2021: Tercera Jornada: ZAPATOS SIN CORDONES



Julia Navas Moreno ha escrito el que, sin duda, es su mejor y más contundente poemario hasta la fecha, Zapatos sin cordones (Chamán Ediciones, 2021), emotivo, tremendo y real como la vida perra, pero lleno también de esperanza y ternura.

Y vendrá a presentarlo hoy al Gran Café con un dj de lujo: Doctor Medicina (aka Juanjo da Silva), que pondrá la banda sonora ideal para la ocasión.

Una noche de lujo, que por nada en la Tierra deberíais perderos:

El miércoles 24 de noviembre, a las 21:00 horas, la programación se trasladará a la segunda planta de El Gran Café (C/ Cervantes, 9) para acoger la presentación poético musical del poemario ‘Zapatos sin cordones’ (Chamán Ediciones), de Julia Navas Moreno (Avilés, 1966).

La autora asturiana recitará poemas de su libro, ambientados con una banda sonora cuyos temas estarán íntimamente relacionados con los versos declamados.

Dr. Medicina, alias del DJ Juanjo Da Silva (Avilés, 1964), dará la réplica a la poeta, subrayando el contenido emocional de su libro, que habla sobre cómo se trastoca todo cuando una enfermedad mental entra en una vida y de los daños colaterales que ello conlleva, así como del poder sanador del amor, la escritura y la esperanza.

Miércoles 24 de noviembre, a las 21:00 horas,
en el Gran Café de León (C/ Cervantes, 9: segunda planta)
Entrada gratuita



lunes, 22 de noviembre de 2021

ANTONIO ESCOHOTADO

HÍBRIDOS 2021: Segunda Jornada: SINFONÍA DE CUERDA & VIENTO PARA EPICURO



Meraki, del griego μεράκι, se refiere a “el alma, creatividad o amor puestos en algo; la esencia de uno mismo puesta en el trabajo”.

Meraki Cía. es una compañía emergente de danza contemporánea y urbana de origen asturiano con base en España, formada por bailarines procedentes de diferentes disciplinas, cuyo objetivo es la búsqueda e investigación de un lenguaje común. Desde 2017, la compañía se encuentra en residencia permanente en la sala gijonesa Espacio Escénico El Huerto (Zig Zag Danza).

Sinfonía de cuerda y viento para Epicuro narra los hechos acontecidos durante la glamourosa gala de entrega de “Los Premios Epicuro”, donde una variedad de artistas musicales serán galardonados con diferentes premios como reconocimiento a su trayectoria musical. La pieza gira en torno a la música, y los instrumentos de cuerda son el principal protagonista.

Ficha artística: Duración 40 minutos.
Intérpretes: Fernando Brignardello y Lucas García. Voz en Off: David Ayán.
Musica: Manuel Rocha y varios autores.
Foto: Lucía Fernández.

Fernando Brignardello. Comenzó a bailar en el 2011 Bboying (break dance). Su formación se ha nutrido por otros estilos, como bailes de salón o danza contemporánea. Actualmente trabaja como docente impartiendo Bboying en varias escuelas: Academia Mares, Academia Marisa Fanjul, Academia Danza Vanessa y Alma Funky. En su trayectoria en las danzas urbanas ha ganado competiciones tanto en el ámbito nacional e internacional. En el año 2020, comienza su carrera como intérprete trabajando en Meraki Cía, formando parte de la creación de la obra "Sinfonía de cuerda para Epicuro" o en "Play Again" de Proyecto Piloto.

Lucas García Álvarez (Mieres, 1994). Co-director de Meraki Cía. Performing Arts. Vinculado desde 2009 con las danzas urbanas (bboying). Posteriormente estudió danza contemporánea en Zig Zag Danza, completando su formación con clases y talleres en The Place (UK), Impulstanz (AT), La Caldera (ES), Marameo (DE), Alonzo King Lines (USA) o Danza180. Ha trabajado con Dana Raz Dance Projects, Izadora Weiss/BTT (Polonia), la Zarzuela del Teatro Campoamor o la Opera de Oviedo y en diferentes spots de TV y ha sido uno de los bailarines del programa de televisión Fama A Bailar 2019. En la actualidad, trabaja como intérprete en Cía. Nishelma (Barcelona) bajo la dirección de Nía Torres y colabora con el coreógrafo catalán Roberto Gómez para la creación de "Genzai" con el apoyo del Centre Civic Baro de Viver (Barcelona).

Lunes, 22 de noviembre, a las 20:00 horas, en el Salón de Actos del Ayuntamiento de León (C/ Alfonso V). Entrada gratuita



INSTRUCCIONES PARA LLEGAR A MARTE: Tomás Soler Borja.




Un día cualquiera en la Tierra. Otro más

.―En qué piensas ―me pregunta.
―En Pablo ―le contesto y de vuelta a mi mutismo.
―¿Quién es Pablo? ―insiste.
―Mi hermano gemelo ―Y una vez más a lo que estaba.
―¿Tienes otro hermano y no me lo habías dicho nunca?
―Sí, somos gemelos por parte de padre, aunque de distinto año, él uno menos; y en verdad supongo que debe de ser imaginario.
―¿Qué? ―Parece muy sorprendida.
―Pienso a menudo en él: qué será de su vida, cómo le irá, ¿seguirá por esos mundos tan suyos? En fin, nada de otra galaxia, esas cosas.
―Me superas ―me dice y suspira.― Cada día más marciano pareces.

No hay quien entienda nada. ¿Lo entiendes tú? Quién podría. Y por eso mismo, aquí la historia, su historia: nuestra épica, maravillosa, increíble aventura hasta donde yo sé, puedo o quiero contarla.


Tomás Soler Borja (Águilas, Murcia)

Autor de los libros de poemas: Papel, lápiz y soledad (Groenlandia, 2014); A la contra (Ediciones En Huida, 2017); Un día en las carreras (Versátiles Editorial, 2017); y Cash (Versátiles Editorial, 2021).

Instrucciones para llegar a Marte es su primera novela.

sábado, 20 de noviembre de 2021

LAS SETAS en LA NUEVA CRÓNICA


El autor Vicente Muñoz Álvarez. | MARLUS LEON

José Ignacio García | La Nueva Crónica 20/11/2021

‘Las setas y otros relatos de la Era Pulp’ / Vicente Muñoz Álvarez /Versátiles Editorial

Narrativa breve, 208 páginas, 15,00 euros

Emplea Vicente Muñoz Álvarez, como epílogo a la treintena de cuentos y microrrelatos reunidos en ‘Las setas y otros relatos de la Era Pulp’, una cita de Jack Kerouac en la que el controvertido novelista estadounidense aseguraba que las personas «nos lanzamos hacia delante en busca de la próxima aventura disparatada bajo el sol».

Y eso es lo que hace el autor leonés. Lanzarse a tumba abierta –y las tumbas, por cierto, y sus descompuestos habitantes abundan en el inframundo de estas doscientas páginas– en busca de aventuras disparatadas, que unas veces ocurren bajo el sol y otras veces suceden amparadas por una complicidad lunar o lunática; pero siempre cuajadas de violencia, sexo, drogas y rock and roll, como él mismo nos previene cuando, al final de su introducción, nos advierte, tachándonos de «queridos drugos», de que «sangre, sexo, ultraviolencia, amor y desamor y crueldad y ternura» es con lo que nos vamos a topar en el libro. Y no falta a la verdad en ese apercibimiento. Porque esta recopilación de cuentos, escritos en distintas épocas creativas, no serían aptos para lectores de vísceras delicadas, si no fuera por la ingente calidad literaria que atesoran, además de por esa ternura a la que alude el narrador y que, no en todos los casos (eso sí), dulcifica algunas escenas o conflictos que se debaten entre lo espeluznante y lo paranormal.

Vicente Muñoz Álvarez es un escritor poliédrico y de largo recorrido, miembro destacado de esa generación de narradores leoneses del siglo XXI, surgidos a rebufo de maestros de la talla de Antonio Pereira o de José María Merino, pero ungido por un estilo característico que le hace inconfundible y especial, incluso cuando –como es el caso– su prosa se torna, en apariencia, más ligera, cruda y contundente; o cuando los temas que aborda resultan más trágicos, terroríficos o escabrosos de lo habitual.

Podría decirse que ‘Las setas y otros relatos de la Era Pulp’, haciendo honor a su título, es un libro de dos rombos; aquellos dos rombos limitadores y prohibitivos que lucía como emblema la televisión estatal y monopolística del siglo pasado, y que los más jóvenes tratábamos de eludir para descubrir el primer beso de tornillo de una pareja hollywoodense o la primera teta que alguna actriz nativa, jamona y desvergonzada dejaba al descubierto en un ‘Estudio 1’ monocromático.


Podría decirse también que este compendio de aventuras desasosegantes son un racimo de historias para no dormir, inspiradas por la serie homónima de Chicho Ibáñez Serrador en la que colaboraba el profesor Jiménez del Oso, ese Íker Jiménez del pleistoceno televisivo. Y no lo digo por decir: además de provocar ficticias pesadillas y crisis insomnes y de ansiedad, en algunos de estos relatos aparecen el enigmático guionista, habano entre boca y barba, o el parapsicólogo que dio origen a tantos programas de oscuros misterios, resueltos o sin resolver.

Pero además de esos personajes reconocibles o de los cameos de actores épicos como Bruce Lee y sus mortíferos nunchacos, que abrieron el apetito capitalista de algún amigo del autor, en ‘Las setas y otros relatos de la Era Pulp’ aparecen, cercanos y tangibles, el último habitante de la Tierra o niños que convierten un juego en una tragedia o vagabundos desheredados incluso de la esperanza y la dignidad o policías que sucumben al placer o maniquíes que se van de fiesta o enfermos que critican a los médicos y a la sociedad o presos lusos que tienen bastante de ilusos o preadolescentes que en el ardor del verano huyen despavoridos ante la perspectiva de una primera experiencia sexual que en nada se parece a la que habían soñado para estrenarse en las lides del amor o poetas callejeros disfrazados de voyeristas mercenarios o voces aquejadas de remordimientos eternos que suenan a maullidos de gato o maridos que agreden y violan a sus resignadas esposas o psicópatas incurables que despellejan a sus víctimas o peleles que dudan entre elegir el aburrimiento celestial o las diversiones picajosas con que los seduce el infierno.

Los relatos incluidos en ‘Las setas y otros relatos de la Era Pulp’, variables en extensión, aunque breves en su inmensa mayoría, son como punzadas lacerantes o bofetadas inclementes, unas veces provocan dolor y otras espabilan las conciencias atrofiadas de los lectores más acomodaticios; están escritos en una primera persona inmediata y transcurren entre la narración –a veces de un solo párrafo corrido– y el texto dialogado, sin que ninguna de las técnicas se resienta o muestre fisuras respecto a las otras.
Son, además, textos que apestan a esperma, a vino peleón, a sudor rancio; pero también a miedos inconfesables, a alucinaciones, a recuerdos de niñez y juventud, a sueños incumplidos y a cobardones que siempre están deseando huir, pero que nunca se atreven a dar el primer paso.

Al final, queda la huella candente de relatos como el que protagonizan una pareja de niños en un coche abandonado o el de un vagabundo urbano o el que discurre al anochecer en un bar de barrio obrero o el que personifica un matrimonio en el salón de una casa modesta, durante la cena, después de que los hijos se hayan acostado o el del opositor que sobrevive en un mundo inmovilizado por lo cotidiano. Pero sobre todo queda, más allá del dolor, de la crispación o la tristeza que provocan muchos de estos relatos, la sensación de que el lector ha emprendido un viaje disparatado, a lomos de un vehículo desbocado y sin frenos, bajo los rayos hirientes del sol o arrullado por los brazos de la luna, ocupando el asiento del copiloto y escuchando en la voz viva y sugerente del conductor historias, no sé si para no dormir, pero que al menos, para bien o para mal, ha soñado más de una vez, y que no ha sido capaz de escribir. Porque para eso, como le ocurre a Vicente Muñoz Álvarez, hace falta una pizca de mala leche, bastantes suelas desgastadas por el asfalto erosivo de la vida y, principalmente, dosis inagotables de talento.

José Ignacio García es escritor, crítico literario y coordinador del proyecto cultural ‘Contamos la Navidad’.




jueves, 18 de noviembre de 2021

PACO GÓMEZ ABRE EL VIERNES LA NUEVA EDICIÓN DE HÍBRIDOS



El fotógrafo, escritor y editor conversará en torno a su más reciente publicación ‘Wattebled o el rastro de las cosas’, en el que, como ya sucediera con su autoedición de culto ‘Los Modlin’ (2013), se embarca en una investigación en la que estira la realidad hasta llegar a la ficción.

Por sexto año consecutivo, el programa cultural ‘Híbridos’ regresa para mostrar y demostrar que los límites entre las diversas disciplinas creativas son difusos y cada vez más frecuentes las interrelaciones entre sus distintos lenguajes. Del 19 al 27 de noviembre, el festival multidisciplinar reunirá en la ciudad de León, a través de cinco citas, a artistas destacados de todo el país que combinan en sus creaciones varios lenguajes artísticos, mediante un espíritu versátil y alternativo, que es el que siempre ha caracterizado a este programa.

Organizado por Silvia D. Chica y Vicente Muñoz Álvarez, ‘Híbridos’ cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de León a través de la Concejalía de Acción y Promoción Cultural y mantiene entrada gratuita para todos sus actos hasta completar el aforo. En palabras de la propia Silvia, se trata de «dar continuidad a un festival que se muestra del lado de la cultura, que trata de dar a conocer a gente verdaderamente interesante que se encuentra fuera de los circuitos de lo ‘mainstream’ o convencional».

Vicente Muñoz, por su parte, recuerda que el año pasado resultó muy complicado sacar adelante la quinta edición de ‘Híbridos’ a consecuencia del Covid, que sigue muy presente entre nosotros pero que por suerte no ha afectado tanto al programa de este año, salvo el hecho de no haber facilitado una mayor dispersión de las distintas propuestas que conforman el cartel de este año. «La pasada edición tuvimos que cambiar el programa a última hora y traer a gente de León porque los de fuera no podían ni venir debido a las restricciones de movilidad entonces vigentes. En esta sexta edición, como la movilidad entre las provincias está abierta, hemos podido mantener el espíritu de ‘Híbridos’, que es traer gente de fuera y de hecho en la convocatoria de este año casi todo el mundo es de fuera de León», destaca Muñoz, que se lamenta de que el Covid haya alterado la ubicación de los actos previstos. «Como sabes, antes se hacían muchas actividades en bares y ahora mismo, como la situación todavía resulta complicada, solo hemos recuperado El Gran Café para un día y el resto de propuestas se llevarán a cabo en el salón de actos del Ayuntamiento en Ordoño II. Esperemos que de cara al próximo año podamos recuperar la actividad en los bares, que a nosotros nos gusta mucho para ciertos actos que propician un tipo de contacto directo con una cerveza en la mano, sin mascarilla y con un ambiente digamos más lúdico y festivo».

Vicente Muñoz cree que el espíritu de ‘Híbridos’ se mantiene y es deudor de lo que desde 1996 ha venido haciendo Vinalia Trippers, «que era trabajar con un tipo de cultura underground, subterránea, alternativa. En su día lo hacíamos con nuestro sello, independientemente, y ahora tenemos este minúsculo programa del Ayuntamiento, porque contamos con un presupuesto muy limitado, pero sí que nos da para traer a las tres o cuatro figuras que a nosotros nos interesan y que llevamos rastreando todo el año», señala el coorganizador de ‘Híbridos’, para quien lo más reseñable de la sexta edición del festival que comienza este viernes es la presencia del autor madrileño Paco Gómez, «que nos deslumbró muchísimo tanto a Silvia como a mí con el libro ‘Los Modlin’ (2013), que es un híbrido total por la mezcla de fotógrafo y escritor, por ser un editor independiente que se autopublica, además con campañas de crowdfunding, y sobre todo por haber convertido, pese a todo, en libros de culto y en pequeños ‘best sellers’ sus proyectos», destaca Muñoz.


Precisamente será Paco Gómez quien abra este viernes el programa de ‘Híbridos 21’ con la actividad ‘El rastro de los Wattebled’, donde el escritor, editor y fotógrafo conversará a partir de las 20:00 horas en torno a su última publicación, titulada ‘Wattebled o el rastro de las cosas’ (Fracaso Books, 2020). Un libro en el que, como ya sucediera con su autoedición de culto ‘Los Modlin’ (2013), «se embarca en una investigación en la que estira la realidad hasta llegar a la ficción».

Visitante asiduo del Rastro de Madrid, en el otoño de 2019 Paco Gómez compró unas cajas de negativos en placas de cristal de principios del siglo XX, las cuales contenían fotografías familiares de gran calidad tomadas por un fotógrafo francés desconocido. Con los únicos datos de su dirección en un sobre y un papel electoral, Gómez conseguirá localizar la identidad del autor de las imágenes, maestro de escuela y fotógrafo amateur, hilvanando un proyecto con el resultado de sus investigaciones, que se resume en un fotolibro que puede ser leído como libro de aventuras, diario o ensayo homenaje a la fotografía familiar. Un intento por rescatar del olvido las pasiones de otros.

Vicente Muñoz reconoce que esta edición de ‘Híbridos’ ha salido más literaria que otras anteriores, «porque de los cinco actos programados tres son presentaciones de libros que irán acompañadas de actuaciones musicales, etc, pues nuestra intención es que un escritor se junte con un músico para una presentación un poco más versátil al formato, que es de lo que intentamos beber», señala el poeta y gestor cultural.

El programa continúa el lunes, 22 de noviembre, en el salón de actos del Ayuntamiento con la actuación de la compañía emergente de danza contemporánea y urbana de origen asturiano Meraki Cía, que a las 20:00 horas presenta ‘Sinfonía de cuerda y viento para Epicuro’. Formada por Fernando Brignardello y Lucas García, bailarines procedentes de diferentes disciplinas pero unidos en su búsqueda de un lenguaje común, la pieza que traen a León gira en torno a la música, gracias al protagonismo de instrumentos de cuerda, y narra los hechos acontecidos durante la gala de entrega de unos premios que reconocen la trayectoria de una variedad de artistas musicales.


El miércoles 24 de noviembre, a las 21:00 horas, la programación se trasladará a la segunda planta de El Gran Café (C/ Cervantes, 9) para acoger la presentación poético musical del poemario ‘Zapatos sin cordones’ (Chamán ediciones), de Julia Navas Moreno (Avilés, 1966). La autora asturiana recitará poemas de su libro, ambientados con una banda sonora cuyos temas estarán íntimamente relacionados con los versos declamados.

Dr. Medicina, alias del DJ Juanjo Da Silva (Avilés, 1964), dará la réplica a la poeta, subrayando el contenido emocional de su libro, que habla sobre cómo se trastoca todo cuando una enfermedad mental entra en una vida y de los daños colaterales que ello conlleva, así como del poder sanador del amor, la escritura y la esperanza.


El viernes 26 de noviembre, el salón de actos del Ayuntamiento de León acogerá, a las 20:00 horas, la voz y poesía del jardinero y poeta Gsús Bonilla (Badajoz, 1971) junto a la guitarra clásica de José A. Castiñeiras, en ‘El cultivo de la singularidad’. Una actuación poético musical basada en los textos del libro ‘El mundo florece para ser escrito’ de Bonilla, quien extiende su ejercicio poético a través de diarios, cuadernos de campo y artículos que exploran su peculiar relación con el mundo vegetal.
El acto se perfila como una forma de enhebrar la ceremonia y arte de la jardinería desde la perspectiva de un poeta, sumando una partitura improvisada que entregará al público el cultivo de la singularidad. Oficio y profesión conforman un traje escénico que se mostrará como un no lugar.


Por último, el sábado día 27, a las 20:00 horas, el grupo de ensamble Los juegos del alambre, experimento dodecafónico estocástico de improvisación de la formación Juventudes Musicales de León, se unirá al proyecto ‘Remaining Life’ del músico leonés José Noise, presentando ‘El trueno sobre el lago’.


La actuación, que tendrá lugar en el consistorio leonés, está promovida por la empresa leonesa Producciones Infames y contará con la voz y performance de la actriz Andrea Soto Vargues, además de los violines y el violoncello de los jóvenes músicos procedentes de la orquesta de la Universidad de León.


miércoles, 17 de noviembre de 2021

CORAZÓN DE LA MEMORIA por GEMA FERNÁNDEZ MARTÍNEZ



Me sueño, tengo cinco años,
el músculo cardiaco
aún desanudado,
en la boca el imperio
de un abrupto lenguaje,
solvente y disolvente,
robándole terreno a todos los
silencios.

Tengo cinco años,
el futuro en oferta,
la piel por amueblar,
el cianotipo de los helechos
tiñendo mis costillas,
el firme monopolio
de la palabra azul
temblándome en la punta
del colmillo.

Camino en círculos
y memorizo el perímetro
de la tristeza
para no rebasarlo.
- Que no se me olvide,
que no se te olvide-
me repito.

Volar es un imperativo innegociable
y soy una minúscula expresión
kinestésica
de eso que llaman vida.
Me sueño, tengo cinco años
y todavía no conozco el miedo.
Su/mi rostro es el resumen de la niebla
sumándole las sílabas al viento,
me trasciende, cultiva la paradoja
en la peonza tibia de mi ombligo,
exhuma de uno en uno
los huesos de la infancia,
me retorna, me remonta,
me recorta el camino recorrido.

La miro, me miro,
somos una granada de mano
directa al corazón de la memoria.

Entre sueños,
con una contagiosa fiebre lírica,
me pide que le crea,
que me crea de nuevo,
contra la muerte, contra el silencio,
contra la fe, contra la verdad misma

y que escriba,
aunque ya no haya nada,
aunque ya no haya nadie,
aunque ya ni yo misma...
que escriba.

La poesía, me dice,
es una hermosa
e implacable toxina
en el frágil organismo
de la desesperanza.


Gema Fernández Martínez


LOS CUADERNOS NEGROS por CARLOS SALCEDO ODKLAS



Alex es un transportista en paro aficionado a la música que está atravesando un mal momento. Su reciente ruptura sentimental, así como su situación social y laboral, le han sumido en una profunda depresión, haciendo que caiga en todo tipo de excesos y llevando su mente al borde mismo de la locura. En este libro asistimos a un viaje de tres semanas en la vida de su protagonista, siguiendo su lucha desesperada por mantener la cordura y buscarle un sentido a la existencia.


martes, 16 de noviembre de 2021

HÍBRIDOS 2021



El programa cultural ‘Híbridos’ regresa para mostrar y demostrar que los límites entre las diversas disciplinas creativas son difusos y cada vez más frecuentes las interrelaciones entre sus distintos lenguajes.

Del 19 al 27 de noviembre, el festival multidisciplinar reunirá en la ciudad de León, a través de cinco citas, a artistas destacados de todo el país que combinan en sus creaciones varios lenguajes artísticos, mediante un espíritu versátil y alternativo, que es el que caracteriza a este programa.

Organizado por Silvia D. Chica y Vicente Muñoz Álvarez, ‘Híbridos’ cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de León a través de la Concejalía de Acción y Promoción Cultural y mantiene entrada gratuita para todos sus actos hasta completar aforo. En palabras de la propia Silvia, se trata de “dar continuidad a un festival que se muestra del lado de la cultura, que trata de dar a conocer a gente verdaderamente interesante que se encuentra fuera de los circuitos de lo mainstream o convencional”.

Estirar la realidad hasta la ficción desde la fotografía familiar

El programa comenzará el viernes 19 de noviembre, a las 20:00 horas, en el Salón de Actos del Ayuntamiento de León (C/ Alfonso V) con la actividad ‘El rastro de los Wattebled’, donde el escritor, editor y fotógrafo Paco Gómez (Madrid, 1971) conversará en torno a su última publicación, titulada ‘Wattebled o el rastro de las cosas’ (Fracaso Books, 2020). Un libro en el que, como ya sucediera con su autoedición de culto ‘Los Modlin’ (2013), se embarca en una investigación en la que estira la realidad hasta llegar a la ficción.

Visitante asiduo del Rastro de Madrid, en el otoño de 2019 Paco Gómez compró unas cajas de negativos en placas de cristal de principios del siglo XX, las cuales contenían fotografías familiares de gran calidad tomadas por un fotógrafo francés desconocido. Con los únicos datos de su dirección en un sobre y un papel electoral, Gómez conseguirá localizar la identidad del autor de las imágenes, maestro de escuela y fotógrafo amateur, hilvanando un proyecto con el resultado de sus investigaciones, que se resume en un fotolibro que puede ser leído como libro de aventuras, diario o ensayo homenaje a la fotografía familiar. Un intento por rescatar del olvido las pasiones de otros.

Danza contemporánea en busca de un lenguaje común

El lunes, 22 de noviembre, el Salón de Actos acogerá, a las 20:00 horas, la actuación ‘Sinfonía de cuerda y viento para Epicuro’, de la compañía emergente de danza contemporánea y urbana de origen asturiano Meraki Cía. Formada por Fernando Brignardello y Lucas García, bailarines procedentes de diferentes disciplinas pero unidos en su búsqueda de un lenguaje común, la compañía toma su nombre de un término griego que refiere al alma, creatividad o amor puestos en algo.
La pieza, que gira en torno a la música gracias al protagonismo de instrumentos de cuerda, narra los hechos acontecidos durante la gala de entrega de unos premios que reconocen la trayectoria de una variedad de artistas musicales.

Presentación poético musical en El Gran Café

El miércoles 24 de noviembre, a las 21:00 horas, la programación se trasladará a la segunda planta de El Gran Café (C/ Cervantes, 9) para acoger la presentación poético musical del poemario ‘Zapatos sin cordones’ (Chamán ediciones), de Julia Navas Moreno (Avilés, 1966).

La autora asturiana recitará poemas de su libro, ambientados con una banda sonora cuyos temas estarán íntimamente relacionados con los versos declamados.

Dr. Medicina, alias del DJ Juanjo Da Silva (Avilés, 1964), dará la réplica a la poeta, subrayando el contenido emocional de su libro, que habla sobre cómo se trastoca todo cuando una enfermedad mental entra en una vida y de los daños colaterales que ello conlleva, así como del poder sanador del amor, la escritura y la esperanza.

El arte de la jardinería desde la perspectiva de un poeta

El viernes 26 de noviembre, el Salón de Actos del Ayuntamiento de León acogerá, a las 20:00 horas, la voz y poesía del jardinero y poeta Gsús Bonilla (Badajoz, 1971) junto a la guitarra clásica de José A. Castiñeiras, en ‘El cultivo de la singularidad’. Una actuación poético musical basada en los textos del libro ‘El mundo florece para ser escrito’ de Bonilla, quien extiende su ejercicio poético a través de diarios, cuadernos de campo y artículos que exploran su peculiar relación con el mundo vegetal.

El acto se perfila como una forma de enhebrar la ceremonia y arte de la jardinería desde la perspectiva de un poeta, sumando una partitura improvisada que entregará al público el cultivo de la singularidad. Oficio y profesión conforman un traje escénico que se mostrará como un no lugar.

Un experimento dodecafónico de improvisación musical

Por último, el sábado día 27, a las 20:00 horas, el grupo de ensamble Los juegos del alambre, experimento dodecafónico estocástico de improvisación de la formación Juventudes Musicales de León, se unirá al proyecto ‘Remaining Life’ del músico leonés José Noise, presentando ‘El trueno sobre el lago’.

La actuación, que tendrá lugar en el Salón de Actos del consistorio leonés, está promovida por la empresa leonesa Producciones Infames y contará con la voz y performance de la actriz Andrea Soto Vargues, además de los violines y el violoncello de los jóvenes músicos procedentes de la orquesta de la Universidad de León.


lunes, 15 de noviembre de 2021

UNA VEZ, HACE TIEMPO... por RAFAEL LÓPEZ VILAS




CAFÉ, VERSOS, COSAS QUE PASAN POR MI CABEZA
Oh, sí, amigo
Puedo ver
cómo se desordenan
las palabras en mi cabeza
sin sentir nada
sin necesidad de hacer nada
simplemente dejando
que el azar se ocupe
de elegir el camino
Soy capaz de estar sentado durante horas
tomando café sin parar y vomitando versos
que florecen sin sentido
Puedo verlos
extendiéndose sobre el papel
Profanando las tierras conquistadas
de la hoja en blanco
atravesando el fuego y el resplandor de la muerte
que me espera y te espera
cuando el cielo tiña sus labios de carmín
y el sol se meta en las bragas del último ocaso
y mi frente se bañe de lágrimas
al contemplar mis dedos abordando las teclas
saltando y sin red sobre las letras
incapaz de contener las cenizas
el río que me lleva y se vierte
tan usual y espantoso
como las noticias de ayer que resuenan
en una radio apagada
y veo mis pasos ante mí
sin saber dónde acaba el camino
de los versos y la vida
que no he escrito todavía
Sin saber cuántos poemas
cuántas hojas
mujeres locas
lugares equivocados y ruido de cristales rotos
quedan por delante
Y recuerdo a veces
aquellos cuadros
tanto viaje aquél
y tanto camino
los años de duro trabajo
esbozando a duras penas
el poder de la fantasía
el gran asalto
en que todavía no ha sonado la campana
siempre fajándome
apoyando los pies
en las cuerdas que encontré
peleando a la contra
sin esperar la calma del aplauso
la tempestad y la gorda
las librería vacías
a las que no llegará mi nombre
el subsidio del paro
la decadencia
la decadencia
la decadencia

Y aquí sentado
entretengo mi verbo incontrolado
improvisando canciones
que ya no saben a amor
rescatando palabras
que pululan inertes y gastadas
olvidadas en el aire por la gente que pasa
tratando de obviar las conversaciones
de un aquelarre de mamarrachos
que viven resignados
en un mundo de ilusiones perdidas
mientras juego a la ruleta rusa con mis recuerdos
y me revuelco
en un albañal de lugares comunes y obviedades
dejando que la trivialidad más mezquina
fluya como la espuma
en esta marea de tinta
que no acaba
alejándome de las rimas cantarinas
y ese dulzor programado y métrico
que han formulado los químicos
de la poesía universal
poemas
en los que lloran y sufren y se duelen
cantándole a las musas
al amor y a los dioses griegos
enfatizando cada sílaba
agravando la riqueza
de cada palabra
sentados en su atalaya
de originalidad y estilo
tratando de capturar la gran ballena blanca
de todas las metáforas
que les reporte su minuto de fama
Que les haga ser
Que les haga estar
Figurar
Trascender en un cubalibre
de olvido y basura
y mientras
aquí sentado
contemplo el ocaso de este día
y las mesas del bar van quedándose
tristes y vacías
este poema y yo
cerramos las puertas
quizá solamente
por el día de hoy

Rafael López Vilas


domingo, 14 de noviembre de 2021

DIARIO DE COREA por PABLO CEREZAL



En este diario de Corea me ha pasado igual que en otros libros de Pablo, vuelvo a las emociones primigenias de un ostión; tiende a dejar sin aliento, y vuelvo a quedar maravillado con su capacidad de hechicero y escribidor, con esa fuerza suya tan característica y propia de zarandear, de coger por la pechera al lector y llevarlo de imagen en imagen hasta quién sabe el dónde de los mundos posibles que ofrece…

Gsús Bonilla


jueves, 11 de noviembre de 2021

PERSONAJES QUE RONDABAN ACERAS por NURIA VIUDA



Cuando éramos pequeños, casi jovencitos, en esa edad dorada que existe entre la infancia tardía y la pubertad, en esa edad cuando el mundo se presentaba ante nuestros ojos como un telón a medio deslizarse, en ese escenario que apenas habíamos vislumbrado, en esa edad, ocurrían hechos que asumíamos como cotidianos porque se relataban en patios vecinales, en calles concurridas de barrios "perriféricos", en tiendas de ultramarinos muy céntricas. Historias de hombres con cara y nombre conocido que pululaban por parques escondidos y urinarios públicos, por tabernas y bares de amarilla iluminación.

Recuerdo al pelirrojo que siempre paseaba en coche porque era un cobarde y un mierda, al anciano obeso y alcohólico que frecuentaba los portales oscuros en busca de niñas pequeñas que llevarse al saco, al enjuto calvo y vicioso con aire de haber leído a Novokov y al que le encantaba apostarse a la puerta de los kioscos: sonreía siempre dispuesto a correr con la cuenta de las chucherías y los helados de niños y jovencitos que empezaban a fumar sus primeros pitillos. En esta cotidianidad terrible, esta fauna de acera y escalón marmóreo, era aceptada y vivía sin remordimientos. Todos lo sabíamos y a todos nos enseñaron a callar, a guardar un silencio tan pobre como desquiciado porque las gentes decían que no existían certezas, se trataba de rumores, de posibilidades de "puedequesíperonolopodemosasegurarasíquecallaynolodigasanadie"

Urinarios públicos con olores reconcentrados de orina y acoso. Parques solitarios por los que teníamos que pasar de puntillas y a toda velocidad. Calles que eran invadidas por tipos pelirrojos en furgonetas blancas que gritaban obscenidades a las mujeres jóvenes y huían entregados a su mezquina y procaz cobardía de reptiles con negocio conocido.

Escenas cotidianas que asumíamos como algo probable y vecinal, como la condecoración del miedo que jamás se denunció.

Personajes que rondaban aceras, bares y quioscos, que compartían casa y cama con mujeres respetables o ancianitas encantadoras de pelo blanco y miradas azules que olían a jabón de lilas y les gustaba la repostería.

CALLAD.

Nuria Viuda, de Crónica de los días que pasan.


lunes, 8 de noviembre de 2021

RESIDENCIA KAFKA por RUBENSKI PEREIRA



En las paredes
donde Kafka rompió
las barreras del tiempo
escribo bajo la alucinación
y el delirio oscuro
de mis manos,
la energía del fuego
de los ojos de Franz.
Las voces estallan
detrás de mí,
la piel hormiguea
y se desprende
en giros violentos.
Destellos
se extienden
en las manos.
Recuerdo inaudito
de la terrible esperanza.
La pluma
recorre veloz
historias de sombra,
ensangrentadas.
Las fotografías recuerdan
el proceso doloroso
de la metamorfosis
hacia la muerte y la enfermedad.
Malsana tuberculosis
encumbró sus cuarenta años
hacia la fuga y la inmortalidad.
Amada mía,
te escribo en esta casa
de obras manuscritas,
soledad y dolor.
Kafka al oído me habla,
me cuenta el secreto
de las torres y los números.
El castillo abre sus puertas,
mi fe se obscurece.

Rubenski Pereira, de Latido izquierdo Chamán Ediciones, 2018).


domingo, 7 de noviembre de 2021

LA FELICIDAD TAMBIÉN SE AGOTA por NATACHA G. MENDOZA



Ella amamanta a su bebé, apenas dos meses de vida y tiene tanta hambre. Sé que está cansada, porque sus ojos no logran mantenerse abiertos. Tiene otro hijo, unos seis años, corretea cerca del banco donde está su madre. El parque desierto, la tarde revela un otoño necesario, sin él, este escenario sería dantesco. Siempre bajo con un libro, pero es un pretexto. Lo que realmente me gusta leer es a la gente. El niño de seis, insiste entre los castaños, se agacha y grita. Llora mientras agarra su mano. Alguien debió de advertirle sobre la crueldad de una castaña vestida. Su madre lo mira sin sobresaltos, alarga el brazo para que se acerque, el pequeño obedece mientras gasta sus últimas lágrimas, ella las seca dulcemente y le besa en los dedos heridos. Supongo que no es feliz. Es madre, está sola, habrá algún padre... pero, no es feliz. La felicidad también agota. Me encantaría revelarle eso, quitarle un poco del peso que lleva en sus hombros. Quizá así, deje de buscarla dentro de sí misma. Hoy he bajado un libro de Schopenhauer, lo tengo abierto, hago que me interesa, y en ese acto me escondo. La mujer se guarda el pecho, coloca al bebé en su regazo, da unas leves palmaditas en la espalda del pequeño. El otro niño, mira atentamente a su madre, como si deseara ser él el atendido. Regresa a su mano herida y al llanto. Ella lo consuela con caricias en el pelo. Todo ocurre rápido, incluso el otoño, que se empeña en cerrar la historia haciendo caer varias hojas en la falda de la madre. El hijo de seis, sonríe, ella lo acompaña. Me gustaría advertirles que... la felicidad también puede ser peligrosa.

Natacha G. Mendoza


sábado, 6 de noviembre de 2021

PRE-POSICIONES por JOSÉ MALVÍS



No
hay liguero ni mirar que sean antojo.
No
hay densidad que desprecie el silbato.

No hay uniforme
no hay botas, calcetines
ni tabla de tolerancias.

Sin guía, volante o timón:
sin ti.

Sin ti
pero con este cabe contra
con desde y hasta
con y
y entre
con la máquina de papel
rasurando el espejismo
bajo según
qué universo.

Sillas de colores planeando
y césped verde.

No hay capricho
No
hay
proposición.

¿Dónde...
              dónde estoy?

José Malvís


Photo: Alberto Martín

jueves, 4 de noviembre de 2021

VACUIDAD por MARÍA JESÚS MARCOS ARTEAGA



Observo desde hace tiempo cómo cambia la intensidad de la presencia de mis contactos en FB, mudando del horror vacui al minimalismo o del debe al haber en abundancia. Unos cuantos que en otro tiempo acumulaban cientos de amigos y aplausos, apenas se asoman ya por aquí o, si lo hacen, han visto muy menguado su club de fans. Viceversa también. Me fascina cómo puede uno mantenerse en el candelabro semanas, meses, años...de modo casi ininterrumpido. Porque permanecer interesante es agotador y obliga a estar atento a tus reflexiones, mantenerlas ordenadas, nutrirlas, presentarlas debidamente para no resultar cansino. Vamos y vais, venimos y venís, vienen y van según la estación vital o emocional de cada cual...pero me maravillan, repito, los que durante mucho tiempo pueden o podéis hacer reír a vuestro público, conmovernos, ilustrarnos o incluso hartarnos. No sé si es que uno se cansa hasta de su sombra, pero el silencio es a veces el mejor de los descansos en medio de un maremágnum donde ya no aciertas a seguir de continuo a casi nadie y encima sientes que de algún modo los traicionas. Estar en el candelabro llorando cera y con la mecha prendida, quema. Aunque seas luz, calor y guía. Precisamente por eso. Volver a hibernar, qué descanso, en el dulce anonimato de lo invisible y lo callado, pero no por ello inexistente. En lo pequeño, sutil, discreto y analógico...para observar desde tu mullido rincón lo que sí y lo que no: tan poco lo uno y tanto lo demás.

Elegir despertar mientras otros duermen. Rodar solitario como bola del desierto entre selvas tropicales y manglares. Preferir tu bronca o tu abrazo como juez implacable de ti mismo. No atreverte ya a juzgar a nadie, opinar en alto sobre nada ni aconsejar. Volverte subterráneo o aéreo pero jamás superficial. Huir de etiquetas de moda como inclusivo, genérico y diferenciador, porque no hay nada más estéril que parir o adoptar las doctrinas del momento: excluyentes por pretender adoctrinar y esclavizantes por imponer criterios pueriles de diferenciación.

Osea y para resumir: hacerte yerbajo y rodar, desprendido de la raíz por el viento, atrapando en tu interior plumas de cuervos y buitres, ratones diminutos, mudas de lagartos, cactus y alacranes, mientras Curro Savoy silba entre buenos, feos y malos y tú prosigues tu rodaje estepicursor, tintin-tiruriruriruriiii... soltando semillitas entre balas perdidas y botellas vacías.

Fuera hace frío, abrigaos bien por dentro.

María Jesús Marcos Arteaga


miércoles, 3 de noviembre de 2021

MALOS TIEMPOS: Edición desahucio.



Siempre he escuchado que no conviene volver atrás, que siempre hay que ir hacia adelante, hacia nuevos horizontes. Y aunque en la vida es difícil no caer varias veces en errores del pasado, es un lema que sigo bastante a rajatabla en lo que respecta a mi literatura. Cuando escribo algo me obsesiono bastante con ello. Lo leo y lo releo, lo corrijo y lo vuelvo a corregir, y no hay nada más que eso en ese momento. Pero una vez creo haberlo acabado, o cuando ya ha sido publicado, lo olvido totalmente, me centro en lo siguiente y no vuelvo nunca más allí. Así ha sido siempre.

Hasta ahora.

Han sido varios los motivos que me han llevado a romper mis propias normas y volver sobre mis pasos, hacia este primer libro de relatos que se editó en el año 2014. Recuerdo cuando lo tuve en mis manos por primera vez. Yo estaba en una nube. Ahí estaba mi opera prima, mi pequeño retoño amorfo. Un libro que, pensaba, iba a causar un enorme revuelo en el panorama editorial underground. Un libro que iba a cambiar vidas y destinos y, de paso, sacarme de la indigencia poniendo mi nombre en grandes letras doradas brillando cual soles en el horizonte literario. Mi confianza en el libro era bastante fuerte e inocente pero, aún así, había cosas que me chirriaron desde el principio. La edición de Malos Tiempos nunca estuvo planeada, y llegado el momento todo el proceso fue un poco veloz e improvisado.

Siempre me ha atraído el rollo de escribir historias, de pequeño dibujaba comics y escribía relatos para la escuela, incluso llegué a ganar algún concurso, pero creo que fue en torno al año 2008 o 2009 que me lo empecé a tomar más en serio. Lo intenté con una novela, pero vi que la tarea me quedaba grande, así que me lancé a los relatos cortos. Escribía historias pulp, crudas y violentas, y se las pasaba a los colegas para alegrarles el día con una buena dosis de pesimismo. Poco después cree un blog para tener mis relatos en el ciberespacio, al alcance de cualquier incauto que pasase por allí y se dejase ensuciar. Escribía algo, lo subía al blog y me entretenía con los comentarios. Mis aspiraciones no iban mucho más allá, nunca pensé en recopilar esos relatos para publicarlos ni nada parecido, era consciente de estar en una etapa de formación y no resultaban más que divertimentos para ir cogiendo callo. El plan era ir puliendo mi estilo para, más adelante, embarcarme en la creación de una gran novela que cambiase el rumbo de la historia o alguna chorrada similar. Así que seguí escribiendo.

Mi vida personal pasó por diversos cambios y me vi en una situación peculiar. Podríamos decir que estaba en la mierda: no tenía trabajo, no tenía dinero, comía de la beneficencia, vivía en un chopano, bebía mucho y me pasaban cosas raras. Mi vida cada vez se parecía más a la de mi escritor favorito, Charles Bukowski, al que devoraba con ansia a la menor ocasión. Lo vi todo tan claro que decidí copiarle el estilo y escribir un rollo más autobiográfico, intentando sacar algo útil de toda la miseria que me estaba rodeando. Gracias a la crudeza de las historias y la morbosidad de los lectores fui ganando adeptos para la causa. El blog recibía más visitas, la gente hacía más comentarios e incluso un par de relatos fueron publicados en fanzines y webs de literatura underground y de baja estofa. Entonces fue cuando apareció ese tipo.

Se llamaba Ricardo Moreno Mira y también era escritor. Me pasó algunas de sus cosas y me resultaron muy interesantes. Se ve que al hombre le faltaba un tornillo, y eso para mí siempre ha sido un punto a favor. Me comentó que había montado una editorial para publicar sus cosas, y que ahora quería engordar el catálogo con obras de otros autores, gente que él consideraba estaban haciendo las cosas más interesantes dentro del panorama underground. Me preguntó si tenía alguna novela por ahí, le dije que una a medias, pero que era impublicable. Él estaba empeñado en sacar un libro mío, así que me comentó la idea de hacer un recopilatorio de relatos con el material que tenía en el blog y lo que pudiese tener por ahí inédito. Al principio me negué, no me atraía demasiado la idea, pero me endulzó los oídos y acabó por convencerme. Así que cogí un puñado de los que consideraba mis mejores relatos, los dividí en secciones y se los entregué para su publicación junto con una foto del pasillo del piso en el que vivía a modo de portada. A Ricardo le encantó y lo sacó tal cual. Así que ahí estaba, mi primer libro. Y aunque estaba encantado con él ya he mencionado que algunos detalles me chirriaban. Quizás me emocioné demasiado y entregué material de más, había altibajos en la calidad de los relatos y el libro era demasiado extenso. Supongo que pensé: «igual no vuelvo a editar un libro en la vida, así qué, ¿por qué no meter un poco de todo?».

Como es lógico el libro no supuso el terremoto literario que pensaba, ni puso mi nombre en letras doradas en el firmamento. Pero bueno, tampoco le fue mal, se vendió toda la tirada, que debió de ser de unos 600 ejemplares o así. Ni que decir tiene que tampoco me sacó de la indigencia, para nada, ahí sigo. Aprendí que en el mundo editorial el escritor es el que se lleva el porcentaje más bajo, eso si llega a ver algo de pasta. Yo vi algo, pero más por mi pericia negociadora que por otra cosa. Intuyendo un poco cómo iba a ir el tema me aseguré de poder tener la opción de comprar mis propios libros a precio de coste y revenderlos por mi cuenta. Gracias a eso saqué algo de pasta intentando vender mis libros a cualquiera con quien me cruzase en un bar, pero no dejaban de ser propinas ocasionales que procedía a gastarme en más cerveza. De derechos de autor no vi ni un céntimo.

Pero bueno, dejando de lado el patente fracaso en el intento de alcanzar la fama y la fortuna, lo cierto es que el libro me dio otras satisfacciones. Una vez estaba en un bar tomándome un café y noté que una señora mayor, que podría ser mi madre o incluso mi abuela, no paraba de mirarme. En un determinado momento se acercó a mí y me preguntó: «disculpe, ¿es usted Carlos Salcedo Odklas?». Yo dudé, no sabía bien qué contestar mientras en mi mente hacía acopio de recuerdos por si había cometido algún delito recientemente. Al final confesé que sí. Me dijo que se había leído mi libro y que le había gustado, aunque le pareció «un poco duro y deprimente» y me pidió permiso para darme un abrazo. Yo contesté que desde luego. No sé, fue muy bonito, y era la última persona que me imaginé habría podido leerme. Joder, casi me echo a llorar ahí mismo. Ha habido gente que se me ha acercado o me ha escrito para decirme que han disfrutado de la lectura, y es una de las mejores sensaciones que hay, transmitir algo que le llegue a alguien. En otra ocasión me escribió un mejicano. Me habló de mi libro y lo elogió, yo le di las gracias. Continuó escribiéndome sin parar, todo el puto día, mensajes cada vez más extraños, preguntando cosas más y más personales, contándome su vida. Se cabreaba si me veía en línea y no le contestaba al momento a cada uno de sus desvaríos, como si fuese una novia zumbada y ultra posesiva, al final tuve que bloquearle, pero lo hice con una sonrisa: ya tenía mi primer fan psicópata. Me escribió más gente de Sudamérica, y eso me llevó preguntarme cómo coño se habían podido leer el libro si este no tenía distribución allí. Me enteré entonces que circulaban versiones pirata por la red. Me parece bien, me resultó un bonito detalle, al fin y al cabo se trata de que la gente lo lea y, a poder ser, que lo disfrute. He conocido gente estupenda a raíz del libro, y hay un bar en el que han puesto de nombre Malos Tiempos a uno de sus chupitos en mi honor. ¿Qué más puedo pedir?

Un par de años después de la publicación del libro la editorial echó el cierre y a Ricardo se lo tragó la tierra (¿qué habrá sido de él?). Eso significa que no va a haber más ejemplares de Malos Tiempos. Si tienes alguno guárdalo como oro en paño, quizás algún día valga dinero, dependerá de como me trate el destino en cuanto a relevancia literaria. Todavía hoy hay gente que me pregunta por el libro, y aunque seguramente quede alguno en alguna parte, la cosa está tirando a jodida para hacerse con un ejemplar en papel, y no parece que eso vaya a cambiar de momento.

Como dije cuando escribo algo lo olvido, y así fue. Tras Malos Tiempos me puse con otra cosa, una novela titulada Los Cuadernos Negros que me ha llevado seis años escribir. En todo este tiempo no he vuelto a leer estos relatos. Pero cuando acabé la novela me dio por echarles un vistazo movido por la nostalgia. Fue desastroso. Veía mogollón de fallos aquí y allá. Entonces se juntó un poco todo. Se me ocurrió la idea de darle un lavado de cara al libro y hacer una nueva versión mejorada que estuviese al alcance de todos de manera gratuita. Como digo la gente aún me pregunta por el libro, a lo que les recomiendo buscarlo por Internet y bajárselo. Pero ya que su primer contacto va a ser con una versión digital pirata, ¿por qué no darles algo un poco mejor? También pensé que sería un buen método de promocionar la novela, lo típico: lee el primer libro gratis, y si te gusta compra el siguiente, mamón.

Me gustó la idea y me puse con ello, pero tampoco quería obsesionarme demasiado. Como he dicho en mi primera toma de contacto tras todos estos años lo que vi no me gustó, ahora soy un escritor distinto (¿mejor?), muchos relatos los abordaría de otra forma, algunos no creo ni que los escribiese ya. Quería cambiar muchas cosas, pero ese tampoco era el rollo, no se trataba de reescribir el maldito libro de nuevo. Además, aún con sus fallos, son el reflejo de un momento, de un periodo en mi vida. La crudeza, e incluso la torpeza, de algunas de estas historias son también lo que da un cierto encanto al conjunto. Así que me he limitado a pulir superficialmente algunas aristas, rollos de escritor, que si los signos de puntuación, cambiar palabras demasiado recurrentes, cosas así. Pensaba que eliminaría varios relatos, pero al final sorprendentemente solo me he cargado uno, y he incluido a cambio dos relatos posteriores que no estaban en la versión original. Sigue habiendo altibajos en la calidad, pero aún así no he encontrado ninguno que me resultase tan malo como para cargármelo, todos tienen su gracia a su modo.

La verdad es que he disfrutado más de lo que pensaba con esta revisión. Algunos relatos los tenía totalmente olvidados y he podido disfrutarlos casi como un lector más. Me parece que es un libro entretenido y divertido, con sus fallos y altibajos, pero una buena lectura al fin y al cabo si te va el rollo sucio, urbano, pulp y underground.

Si es tu primera vez con Malos Tiempos te indico. Se trata de tres habitaciones y un retrete. En la primera habitación encontrarás principalmente mis rollos autobiográficos, miseria cotidiana al estilo del espeso aliento bukowskiano. En la segunda habitación hay un rollo más pulp y gore, historias inventadas que siempre acaban mal. La tercera son una especie de ensayos, es la habitación que menos me gusta, pero tiene sus cosillas. Y en el retrete un poco de todo, los residuos y el aroma a orín. No olvides tirar de la cadena, y antes de que me lo preguntes: no. No he matado a ninguna chica con una mancuerna de 15 kilos.

Espero que disfrutes de este viaje, y si te gusta ya sabes: compra la jodida novela. Se titula Los Cuaderno Negros y es un libro con el que, ¿lo adivinas?, pretendo causar un enorme revuelo en el panorama editorial underground. Un libro con el que pretendo cambiar vidas y destinos y, de paso, salir de la indigencia poniendo mi nombre en grandes letras doradas brillando cual soles en el horizonte literario. En fin.... Ya veremos a ver qué pasa. Todo esto es solo otra historia por escribir.

Gracias por tu atención amigo. Disfruta del libro.


Carlos Salcedo Odklas