martes, 30 de julio de 2019

PERRA SUERTE por MAYA MUKTI




Te vengo persiguiendo como un perro
desde el día en que me puse,
embrujado, el collar que me ofreciste.
Eso cambió el sortilegio.
Y mi suerte.

Un perro encantado siguiendo
a un perro durmiente
dónde va a llegar.
Dando vueltas y vueltas,
nervioso, mordiéndose el rabo.
Ladrando y a veces mordiendo
por que el otro despierte.
Y devuelva el bocado.
Y vuelta a empezar.


Maya Mukti


lunes, 29 de julio de 2019

LA REDENCIÓN por SAÚL LOZANO BELANDO




Mamá besa vírgenes y cruces
pidiendo la salvación familiar
la redención
con el metal de la fábrica en su carne
yo beso a las muchachas como queriendo redimirme
salvarme
del hachazo continuo.

Debe haber un lugar donde corran los ciervos
los brillantes ciervos los brillantes ciervos y la pureza.

Cuántas veces hemos hundido la cabeza en la bebida y lo sintético
como queriéndonos redimirnos
salvarnos
del hachazo continuo
destrozados inmaculados

yo sé del fondo antiguo del lago antiguo
el lodo santo y el agua
el agua el agua
quiero estar ahí desnudo y puro y ligero
donde el agua donde el agua donde la carne de pez

Hace años había un loro en casa
en las antiguas broncas familiares
en la cocina
yo me quedaba junto al loro y su jaula y me sentía mejor casi
fui el primero en verlo muerto
sus alas estaban extendidas y el pico lo tenía enganchado a los barrotes
lo mató el frío la congestión la presión interior
murió intentando escapar el loro aquel.

Cuántas veces arañamos esto cada día el cemento el óxido el número
buscando la pureza cristalina buscando
cristalina desnuda.

Debe haber un lugar donde corran los ciervos
los brillantes ciervos los brillantes ciervos y la pureza.

Todos nosotros tenemos derecho a salvarnos
bien lo sé
todos nosotros tenemos derecho a salvarnos
a salvarnos
todos nosotros
bien lo sé.


Saúl Lozano Belando, de Made in: La Bestia (Boria Ediciones, 2017)

https://boriaed.com/producto/made-in-la-bestia/

martes, 23 de julio de 2019

TRES POEMAS de SIMULACRO por JULIA NAVAS MORENO




CIEN MUJERES

Desdoblada en las mujeres que soy,
imperfecta en cada una,
especialista en nada,
equilibrista en todo...

Qué abandonar
para ser una súper mamá,
una escritora no mediocre,
una mujer independiente,
una amiga disponible,
una amante a tiempo completo,
una administradora eficiente...

La sensación de fracaso
es como el cielo gris de mi ciudad:
el paisaje adjudicado
del que no puedo escapar.


ANVERSO Y REVERSO

Mi rostro es el anverso,
la coraza fraguada
a golpes de vida.
Mis pensamientos, el reverso:
la historia de cada martilleo.
Los versos son los vasos comunicantes
que dan sentido a lo que soy.


QUERER

Quise olvidar mi pasado
barriendo las esquinas,
pintando sobre paredes amarillentas
de tantas noches de risas y nicotina.

Quise odiarte, enviarte a otra dimensión,
y borrar todos los días  celebrados
en nuestro calendario.

Pero estabas en cada lunes,
cada domingo y en cada día de mi vida.
Estabas en los ojos de mis hijos
y en los surcos de mis arrugas.
Estabas en la ternura de las sábanas
y en las mantas despechadas por el ardor.
En cada lágrima vertida.
Estabas, estás y estarás
porque no hay nada de mí que no sepas.
Y tanto esfuerzo
merece otra vida.
                                              A Juanjo         


Julia Navas Moreno, de Simulacro (Canalla Ediciones, 2019)

https://www.canallaediciones.com/poes%C3%ADa/simulacro/

sábado, 20 de julio de 2019

COSAS QUE PASAN EN JULIO QUE NO VERÉIS EN LAS CIUDADES por JOSÉ PASTOR GÓMEZ




es época de brevas y de moras (de moral)
de chumbos y ciruelas
y de la huerta en todo su esplendor
hay hortalizas y hay legumbres
para dar/tomar/compartir/embotar
hay pimientos hay pepinos hay berenjenas hay judías
hay patatas y hay calabacines
hay melones y hay sandías
y los primeros tomates
y florece la flor azul de la genciana y la enigmática flor del beleño
y los oréganos y las mejoranas
y las mentas y las poleas
hay tormentas de verano y hay incendios
hay festivales y hay verbenas populares
hay cine de verano y hay piscinas
hay turistas y hay curritos
hay canciones republicanas y hay convites
hay siesta y hay noches al fresco
hay sexo
y hay poesía
hay un volver a los recuerdos de la infancia
a ese país del nunca jamás
donde hay bicicletas
y hay utopías.
y las chicharras
siempre las chicharras
incansables
y el sol inclemente
sobre el pescuezo
de hombres y mujeres
que están segando
o cogiendo tomates
o en el andamio
o en la sierra de pastores
o barriendo las calles
o repartiendo el correo
hombres y mujeres
que buscan la sombra
para no hacerse invisibles


José Pastor Gómez

Cover by José Manuel Juárez


jueves, 18 de julio de 2019

LOS BARES DEL DIABLO: Natacha G. Mendoza.




Estoy cansada de ver las mismas caras. Cada día, al abrir esta reja que separa mi bar del mundo, entra, sin mirar, la misma gente de siempre, a las mismas horas, sin nada nuevo que decir. Este lugar se ha transformado en un maldito templo de la saciedad. Prostitutas que terminan su jornada, escritores fracasados que utilizan los rincones más oscuros como oficina, hasta un cura, que por error de cercanía viene a tomar café. Da igual lo que yo sirva, da igual si no enciendo las luces, el local es una cueva húmeda, plagada de trogloditas sin estímulo alguno. Para colmo hoy es miércoles, hace gris, cala los huesos, la madera, hasta el hierro cala. La madre soltera busca otra presa. Jacinto, el viudo, regresa a por otro litro de soledad. Las historias se amontonan debajo de los manteles que, aún, no he querido cambiar. Dejo morir este antro, llevo años, suicidándolo, pero estos imbéciles regresan cada día, en silencio, a los gritos me miran, me zarandean con sus mierdas, me insultan al pagarme. Esperaré, quizá mañana, alguno, dé el primer paso. 


Natacha G. Mendoza, 
de Los bares del diablo 
(Ediciones Escondidas, 2019)

miércoles, 17 de julio de 2019

CRÓNICA DE LOS DÍAS QUE PASAN por NURIA VIUDA GARCÍA




Las noches de sopor y las verbenas amenizan este verano de contradicciones y batallas perdidas.
Nunca la mañana regaló más trino de pájaros cansados.
Sobrevivir, a lo Robinson Crusoe, entre los juncos del río o en los portales de lujo de una casa vacía. Bañándose en las fuentes públicas cuando todos duermen. Refrescar el olvido. Hundir la memoria entre cartones y farolas. Así transcurre el tiempo entre los desentrenados...
¿Quién ha dado la estúpida orden de podar los árboles en plena calima veraniega? 
Lo imperdonable: apartar la sombra y el frescor que nos regala la hoja en todo su esplendor protector, casi maternal y paradisíaco. Interrumpir el ciclo de la vida que se esconde entre las ramas condenando a las aves que habitan en ellas, y allí formaron hogar y nido ,pertenencia y arraigo, a un exilio ignominioso y desnaturalizado. Su dicha estrellada en el asfalto. Los huevecitos estallados como pequeñas bombas.
Los entrenados... Los entrenados contra natura.
Toda enfermedad engendrada a posta contra los habitantes del mundo posee sus víctimas pero también se cobrará su venganza.

*

El vuelo de las aves y su trino rescata la intensidad del verano. Está en las sombras. Permanece escondido entre ráfagas de lluvia fresca. Los pájaros lo saben. Su canto es decisivo y alegre. Sus alitas planean prometedoras y fugaces.
Verano -¿Estás ahí?-
Prométenos que la nube no nos apartará de ti pues te necesitamos más que nunca.
Lo saben las aves.
Lo sabemos.
También la persistente lluvia.

*

Noches de tormenta.
Trombas de agua que no son otra cosa que metáforas de la vida.
Septiembre en Julio.
La tarde ayer se replegó en su palco contemplativo y vi a la gente correr, saltar los charcos, escupir la rabia contenida igualándose a la furia celeste.
Pareciese un verano a punto de concluir. Como si el tiempo se hubiese adelantado y tragado por la alcantarilla los soles que nos quedan a la par que el granizo. Todo diluido en nada como el agua en un colador. Metáforas del desaparecer.
¡Madre tierra que te equivocas al parir a tus hijos a destiempo!.
Gestación subrogada que da frutos prohibidos para serte arrebatados sin conmiseración, dejándote yerta y exhausta. Ahora, para parir los hijos que te corresponden por natura: sol, calima, reverbero del agua en las marismas, olas amables, brisa marina; te costará un esfuerzo indescriptible. Dolerá, como duele a una mujer parir hijos por encargo para perderlos en las sombras del tiempo. La cicatriz de su útero como estigma y dolencia más allá de lo soportable.


Nuria Viuda García,
de Crónica de los días que pasan.


martes, 16 de julio de 2019

1 POEMA de ALBERT SIHOD




no he escrito una
palabra en los últimos dos meses.
con el inicio de este poema
rompo esa mala racha.
llegó el mes de julio, han comenzado
las lluvias, los días—y por qué no—
también las noches me son agradables.
no escribía porque no tenía tiempo
para nada, nunca me había pasado.
escribo este poema—como siempre—
sin grandes expectativas y lo hago sólo
porque extrañaba escribir un poema.
si a ti, lector, te gusta éste poema
creo que habré logrado algo.
si por el contrario lo detestas por su
sencillez y poca relevancia literaria
también lo habré conseguido

Albert Sihod

lunes, 15 de julio de 2019

CISNE NEGRO por SUSANA BARRAGUÉS SAINZ




Es imposible que lo improbable no suceda jamás.
Una probabilidad de uno entre un millón obliga a construir de nuevo el arca de Noé.
Lo potencialmente posible es sencillamente muy posible.
El beso entre la predicción y el tiempo tiene por hija la consecuencia irreversible
y yo me pinché el dedo del pie con la aguja en el pajar.
La frecuencia con que ocurren los sucesos insólitos
se ajusta como un guante a la función de Emil Julius Gumbel
que sentado en una silla de dos patas suponemos tuvo la gran revelación:
“Sólo es cuestión de esperar”. En el infinito ocurre todo.
La aparición de lo inédito, lo extraño, lo increíble,
las crisis que anunciaban los oráculos babilonios, minoicos, aztecas
-kronos frente a kairós-, los cisnes negros
nacen de los huevos que nacieron de otros huevos idénticos
pero que llevaban la posibilidad del contrario en su centro.
Conocimiento que, instintivamente, ya tenemos.
Puede ocurrir que un rayo nos entre y salga por los pies.
Que una roca se desprenda desde el acantilado, mientras tomamos el sol.
Que se produzca el encuentro con un ser remoto, que justamente,
era idéntico a ti en la curvatura y el espesor de las cejas.
Crecidas de ríos, tormentas, ráfagas de viento extremo.
Combinación de estrellas ganadora en el boleto del bolsillo.
Somos hijos de lo fortuito, llevamos la marca del uno sobre el cero en la frente.
Si no nos sucede algo increíble, en algún lugar rocambolesco,
en algún momento frenético, presentimos que el universo
se está conjurando para la siguiente carambola.
Una pieza de titanio se desprendió del avión
que precedía al Concorde 4590 París-Nueva York
y perforó un neumático de la aeronave
que hizo saltar un trozo de caucho
que golpeó el depósito de combustible
que rompió un cable eléctrico que produjo una chispa
que incendió el ala izquierda que precipitó al avión contra un hotel.
Y algo dentro de nosotros asiente, en conformidad.
Los cacahuetes de cabina eran como los de todos los días.
El blanco dental del piloto lucía igual que igual.
Pero la fortuna había desplegado su vela maestra al viento revés
y el azar estaba mareado. El azar con sus dos caras,
incluyendo la posición de canto en la moneda.

Algunos llaman Dios al caballo de la sorpresa
cabalgando sobre la pradera de la suerte.


Susana Barragués Sainz, de Poemas para mi Hermano Álvaro, 2018.


viernes, 5 de julio de 2019

EL ORGULLO DE LA SANGRE ROJA por RAFAEL LÓPEZ VILAS




No cabe duda. Me he dado cuenta nada más verte. Así que eres español. Llevas puesto el equipo completo. Tu pulserita con la bandera de la tienda de chinos o la que compras a los negros que se saltan las concertinas de la valla que vienen a quitarte el trabajo. Tu polo camisero con la bandera enroscada al pescuezo que ha fabricado un taiwanés de Taiwán. Al retrovisor del coche, junto al viejo Elvis y el rosario en tu coche alemán. En la cartera, de cuero marroquí. Te entiendo. Tienes miedo a perderte. A perder la cabeza y que la gente no sepa de dónde eres. Tu nacionalidad. Lo pone en tu carné de identidad. Hasta en tu declaración de hacienda. Pero no es suficiente. Eres español, qué cojones. Estás orgulloso, aunque si te preguntan por qué, quizás no sepas explicar muy bien el motivo de tanto orgullo. Naciste aquí, como pudiste hacerlo en Zambia o en Mongolia. Igual. Resulta interesante, no creas. Algunos te dirán que algo así no es para estar demasiado orgulloso. Otros te dirán que sí. Que mucho. Por ejemplo, esos españoles que aman las mamandurrias y el dinero que hurtan al resto de contribuyentes. Ya sabes. Los de la cesta de manzanas podridas. Los de los casos aislados y los brotes verdes que salvaron la patria del suicidio perroflauta. Los que prefieren que la sanidad pública no sea tan pública y que los colegios sean un poquito más privados, porque la educación y la salud no puede ser para todos. ¡Paga, coño! Los españoles de bien lo hacen. Españoles que prefieren pagar menos impuestos que el resto de los españoles. Les encanta el sistema tributario español, pero sólo para que se lo apliquen a los demás. Son españoles de paraíso fiscal. Que tributan en el extranjero, lejos de su amada España. Españoles que no quieren que el resto viva por encima de sus posibilidades. Para eso ya están los grandes empresarios. Los de las concesiones de las autopistas. Los constructores que hinchan la burbuja. Los comisarios de las cloacas y los jueces que los protegen. Españoles que aman España y sus puertas giratorias, que anhelan con toda el alma una España próspera y grandiosa. Así lo explicaron en 1939. Después, otros cuarenta años de explicaciones. De educación. De desaparecer españoles en las cunetas. No puedes negar que eres uno de esos que matarían por haber estado en el gran funeral de la Plaza de Oriente. El del Generalísimo, Caudillo de España, por la Gracia de Dios y de la Santa Madre Iglesia, apostólica y romana, sí, pero sobre todo, muy española. En noches claras y de luna, todavía puede escucharse a su emérita majestad ulular su juramento de fidelidad al dictador y al movimiento nacional. Está todo atado. Atado y bien atado. Eso fue lo que dijeron.

Sí. No cabe duda. Son españoles. Españoles que adoctrinan. Que mandan callar. ¡Sentarse, coño! La España del señorito se ha desmonterado y salta al ruedo ondeando sus moqueros rojigualda y sus tricornios. La transición silenciosa no les cortó la coleta. Había que amnistiar. Amnistiar y olvidar. Olvidar los crímenes. El genocidio. La lesa humanidad. Ahora, una España alza de nuevo el brazo. Como Mussolini. Como los hitlerianos de Hitler. Entretanto, la otra España supervive. Supervive y calla. Calla y se abstiene mientras el aguilucho o el charrán de la bandera ondean la sombra de la patria sobre su eterna pobreza. Pero, no te lamentes por ellos, querido español. La culpa es suya. No trabajan. No se esfuerzan. No como buenos españoles. Igual que esas mujeres que gritan igualdad. Marimachos, feminazis que no quieren parir ni cocinar o que los hombres, ¡bendito sea el señor!, no les peguen. Y no es que lo diga yo. Lo dicen en los periódicos, y los periódicos no mienten, ¿verdad? Son españoles, ¡dios santo! Llevan la patria muy adentro. Por eso hacen lo que hacen. Con la rotunda razón del porque sí, con la del porque no o con la de que los cojones de un español de pura cepa nunca se equivocan. España y verdad no son siempre lo mismo. A veces, ni siquiera se parecen. Eso lo saben bien los dueños de los medios. Son españoles, sí, pero también ricos, y les agrada la idea de preservar la salud de su riqueza. Ellos te cuentan lo que hace la ministra. El presidente. Los desaprensivos bolivarianos de la oposición. Los que quieren romper España. Esta España tuya. Esta España vuestra. Te lo dirán las veces que haga falta. Hasta convencerte de que lo que dicen es cierto ¿Cómo sabrías lo que hacen si no? Es un asunto delicado. Imagínate que se les diese por mentir. Por manipular la verdad. Es casi imposible. Ni te imaginas cuánta españolía riega las venas de toda esa gente. Españolía y sobres. Sobresueldos de contabilidad B. Pura Marca España. Capitalismo off-shore y amnistía fiscal para amigotes. Lo que no se escribe no existe. Lo que nadie ve. Lo que nadie escucha. 

No cabe duda, amigo. Eres español. Un español que nunca volvería a llamar a un fontanero o a un electricista que haya robado en Su casa, pero que, bueno, si se trata de un tipo con traje y una buena colección de estampitas, no dudarás en volver a otorgarles tu confianza porque, si algo te han dejado bien claro mientras desahuciaban cientos de miles de familias, o precarizaban tu trabajo o robaban de las arcas públicas o recortaban tus derechos, es que sí, que cuando llegue la hora y vuelva a romper el alba, sonreirán con fruición al escribir un nuevo renglón olvidado de tu Memoria Histórica con la estupidez de tu tinta roja.


El lobo está aquí
(Rafael López Vilas),
de Lobo come Lobo
(próximamente en Versátiles Editorial)


lunes, 1 de julio de 2019

BRÚJULA, PECADO & ROCK AND ROLL por NATACHA G. MENDOZA




BRÚJULA

Existe un mapa no dibujado, una especie de guía invisible. Hay gente que lo llama “destino”. Uno anda despistado, o mejor dicho, a uno le caminan las horas, así, todas tras una, y viceversa; se amontonan los días, los meses. Entonces desde el extremo opuesto del planeta, otra persona, da un paso sobre el otro, y el tiempo le cae por la cintura, o por el ceño, qué más da. De pronto, el mapa, se arruga por el norte, quizá un estruendo, un choque, dos pares de ojos que se miran; entre tanta calle, tanta bomba, y esos niños con el balón. Todo es lunes en hora punta, pero allí siguen, detenidos, con la brújula en sus pechos, latiéndole un final para ese camino.


PECADO

Mis pecados hablan de ti. Y me hice santo cuando dejé de mirarte. Fue difícil vivir en ese estado, medio ausente, medio Dios. Uno nunca termina de acostumbrarse a lo celestial, todo tan intangible, tan poco sucio. Me gusta más mi sofá, sus remiendos, el viejo televisor que aún se deja ver. En el frigo, pase lo que pase, estará ella, rubia, fría. No nací para los milagros, el vino mejor en barrica y los peces, pues que lo intenten en cualquier mar. Me dará igual si regresas algún día, abriendo esa puerta como si nada hubiera pasado... no me importará un carajo la luz que desprenderá tu cuerpo, no te miraré. Estaré donde siempre me dejas al irte; intacto, en esa especie de altar, donde de vez en cuando te arrodillas para recordar todo lo que me has adorado.


ROCK AND ROLL

La vecina del quinto, ha vuelto a insinuarme en el ascensor que pongo la música muy alta. Intenta ser sutil. Pero sé que me odia irremediablemente. A veces deseo que el ascensor se desplome cuando bajo en mi planta y las puertas se cierran con esa sonrisa forzada que me dedica. Pienso en las cadenas, en el mecanismo del maldito aparato que la está llevando al piso cinco. Mientras abro la puerta, puedo escucharla llegar sana y salva a su rellano. Siempre existe un silencio, porque ella, que es una bruja, se queda esperando a escuchar mi portazo. Hoy no pondré música. Creo que desenterraré mi viejo saxo. Aunque debería buscarme un novio y dedicarle una sinfonía extensa. Quién sabe, esas máquinas que suben y bajan durante años, pueden desplomarse algún día... en cambio mi rock nunca bajará.


Natacha G. Mendoza