Continuaba defendiéndose con su paraguas. Observé que la punta metálica estaba ensangrentada. Aquello eran palabras mayores. Al lanzarme de nuevo escaleras abajo el flash de Picio volvió a resplandecer y mi mirada funcionó entonces como una secuencia de tiras fotográficas: aquel tipo dejándose ver por fin, entrando al portal y empujando violentamente a Gloria. Esta saliendo despedida, tropezando con los peldaños, cayendo sobre ellos y golpeándose en un segundo tiempo la cabeza. Finalmente, como una nebulosa, otra vez el cemento de los escalones, que yo volvía a engullir. Todo demasiado deprisa y demasiado confuso.
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BSO: Enamorado de la muerte (RIP)
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