La correctora
Cinco días sin dormir poniendo tildes. Cinco días sin comer entre comillas. Cinco días más y cinco kilos menos. Y cinco gramos engordados puntuando el tercer día. No encuentra tiempo la correctora de poner punto y aparte con tanta línea seguida. Se agotan las bolsas, se raspan, pero no se acaban nunca las faltas de ortografía.
Hay tanto que pensar en la colocación de una coma, que cambia fuerzas y ataja, que despista o no despista. Al infinito se llega al poner bien los dos puntos, al pensar en cada acento, al ronronear, crick crack, tarjeta sobre tarjeta.
Larga noche la tuya, correctora, noche de tensión y plazo de entrega.
Se agotaba el plazo pero llegó tiempo, con sonrisa macabra, rostro bajo el pelo, minifalda de encías y peinadas ojeras. Si no falla la ayuda, no falla la entrega.
“El libro está corregido, la noche no fue tan severa”, se dice la correctora, se convence. “Ayer fue noche de curro”, se entusiasma, “hoy me toca noche alegre”.
Teching.- Jerga técnica de los usuarios de anfetamina que hace referencia a cuando alguien se va a acostar antes de que los efectos de la droga desaparezcan y por lo cual no consigue conciliar el sueño. Esta voz de forma híbrida proviene del sustantivo español techo más el sufijo inglés –ing. Es un falso anglicismo derivado de la importancia del inglés como lengua internacional, un hecho que ha generado un fenómeno de creación de palabras de apariencia inglesa sobre términos españoles, es también el caso de puenting o goming. La Real Academia no recomienda que se recurra al empleo de teching, ya que no hay dificultad de encontrar una palabra apropiada en español: insomnio. El Diccionario Panhispanico de Dudas recomienda, en todo caso, utilizar la expresión, proveniente también de la jerga de los consumidores de anfetamina,comer techo.
(DE DIAS DE SPEED A FALTA DE ROSAS)
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