domingo, 11 de abril de 2010

LA SÍFILIS DE LA MUJER DE AL LADO by Ana Vega.


Su labio inferior derecho mostraba una llaga enorme. Cuando se reía el pus -o la sangre, depende del día- descendía por su barbilla hasta el cuello donde ella, sin mucho esmero ni cuidado alguno, lo secaba con lo que tenía a mano. Una vida entera en la calle. Seis o siete hombres al día, a veces más. Precauciones pocas. La arrogancia del hombre no tiene límites…

Cuando tenía trece años su padre la sodomizó por primera vez. Contra la mesa de la cocina, de manera bastante aparatosa, con poco rigor, como suelen hacerse estas cosas. Al día siguiente apenas podía moverse. Supo entonces que los cuerpos no nacen abiertos en canal, más tarde la vida se encarga de domarte.

Abortó a los quince. Luego terminó en la calle. Ahora sólo pensaba que había tenido suerte, mucha suerte. Las llagas y los hematomas se extendían por todo el cuerpo. Esa misma mañana había vomitado sangre. El médico fue claro: tan sólo unos meses, dos o tres. Había tenido suerte, aquello no duraría mucho.

Ana Vega, del libro inédito Llanquihue.

http://elcuadernogriego.blogspot.com/

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