miércoles, 5 de noviembre de 2008

LA CABEZA DEL MORO / EL REY DE COPAS (CARLOS REYES ÁVILA)


En el post anterior hablábamos de la revista La cabeza del moro (México). Todos sus números se pueden descargar aquí. Sin duda, merece la pena. El número 10, del cual reproducimos arriba la portada, "presenta a escritores jóvenes de la frontera norte de México, influenciados por Kerouac, Bukowski, Vallejo, y hábiles en la hibridación entre la cultura pop, las literaturas de vanguardia y el particular folclor de las ciudades periféricas, su sustancia nociva y exuberante, los himnos de música norteña y la exaltación del vicio como quimera". No suena nada mal y para muestra un botón:


EL REY DE COPAS (CARLOS REYES ÁVILA)



el tigre blanco 

el que le arrancó a la noche su luz 

el que hace incendios 

es éste que se presenta y los saluda 

Escuchen porque sé de la noche 

lo que del desierto sabe la cobra 

Escuchen mi sangre que es ácida y dura 

Soy el dolor hecho pus  

agua que preñ̃a la luna 

Nací del tronco de la noche 

una lágrima de puta fue mi bendición 

Soy el caifán de cada esquina 

mis manos son como la hiedra 

y donde pongo mi mirada 

arden los espejos 

Mi vida es un eclipse lunar 

Mi corazón me dicta el nombre 

del burdel de cada noche 

Soy aquél que cruza la ciudad descalzo 

cuando las putas ocupan su sitio 

Soy un ángel que cae entre dos hielos 

y un vaso de vino. 

Tuve la suerte de nacer de un dromedario 

y cargar una madre tatuada en fuego 

Tuve la fortuna de armar mis huesos 

con pedazos de luna 

Mi madre me condujo 

por las cabelleras de la madrugada 

Me alejó de los caminos sordos de la luz 

Una noche me hizo dormir 

para morderme el corazón 

Al despertar y salir a la calle 

me di cuenta de que era invisible 

Era admirable el alacrán que llevaba 

por corazón mi madre 

Di un salto al sol 

y éste se hizo a un lado 

Busqué refugio en un atardecer 

junto a un río de luz  que la tarde olvidó 

A causa de la sed 

puse mis labios en el agua 

y un tiburón mordió mis ojos 

desde entonces soy ciego 

y puedo ver 

Bebo porque mi sed es un sello 

en la sangre 

una línea en la mano 

una líquida comunión 

mis palabras son navajas que liberan 

que cortan las cuerdas de la historia 

que anda en carrusel 

Bebo como un mar enfurecido 

como una hiena loca que escupe fuego 

Soy mudo, pero canto mejor que el cenzontle 

juego en las tierras áridas del desierto 

y sé que cuando muera me encerrarán 

en una piedra 

El que quiera beber que me acompañ

El que quiera morir que duerma en casa 

Yo soy el Rey de Copas      señores 

y estoy aquí como una llaga.

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