martes, 24 de junio de 2008

MELOMANÍA, por Lucas Rodríguez.


Tendremos el destino que nos hayamos merecido.
ALBERT EINSTEIN


La obra más impresionante
que el ser humano ha sido capaz de crear
–después del adagio para cuerdas
de Samuel Barber–
es el Mesías de Haendel.

En opinión de mi padre esto es así.

Compuesto en medio de un arrebato
obsesivo, después de casi perder
la movilidad total de su cuerpo
Haendel escapó de la muerte
y se fundió con dios.

La vida de cada cual es lo mismo,
sin caída no hay forma de ascenso
y entonces, cuando se ha comprendido
llega la locura, la furia, el rencor.

El secreto reside
en buscar un asidero,
esa oportunidad que hace
de tu cuerpo un instrumento
para alcanzar la grandeza.

No importa en qué disciplina.

El propósito de un hombre
no se fija al nacer, se moldea
para ser luego coraza
en la que resguardarnos
mientras van cayendo las hostias.


Lucas Rodríguez Luis, de Gato Panza Arriba ( Ed. Eclipsados, en prensa ).

1 comentario:

pepe pereza dijo...

muy cierto y muy bueno, Lucas.
pepe pereza