miércoles, 6 de febrero de 2019

LOS 40 por JAVITO PAYERAS




Extraño volver a casa temprano y enterarse que mientras estábamos recibiendo clases hubo un golpe de estado.

La calma después de la tormenta.

Las calles de mi barrio completamente desoladas por continuos estados de sitio.
Los comentarios de las maestras y los murmullos de los vecinos diciendo: “La cosa se va a poner bien fea”.

Extraño salir a comer papas fritas y sodas que caían de chorrito sobre vasos de duroport.

Extraño escuchar la misma odiosa música enlatada en todas las radios, esperando que en algún momento el programador pusiera algo distinto.

Extraño tener trece años y descubrir las enormes parabólicas con sus cincuenta y tantos canales –entre los que estaban CNN– dando la posibilidad a la clase media chapina de enterarse, a través del cable, que existía una guerra espantosa a nuestro alrededor.

Extraño surgimiento del fervor cibernético que obnubiló la década del noventa.
Los disquetes enormes se fueron reduciendo hasta desaparecer.

Extraño brote de rock nacional y de conciertos donde por primera vez se le sacaba la madre a las autoridades.

Extraño sabor de la cerveza frente a un lago de Atitlán menos contaminado y pleno de ritmos intermitentes.

Extraño asistir a la vigilia después de la firma de la paz, ceremonia a la que nunca fuimos invitados y de la cual solo quedan fotos en marcos rotos.

Extraño sobrevivir dos veces al fin del mundo: el y2k y el Oxlajuj Baktún.

Extraño ser padre de un bebé de dos años mientras aviones derrumban las torres gemelas del World Trade Center y todo el mundo piensa que estaba comenzado la Tercera Guerra Mundial.

Extraño sentir que el tiempo ha pasado demasiado rápido y que no tengo nostalgia. Extraño sobrevivir y sobrevivirme.

No puedo decir más, ha sido un privilegio compartir con ustedes todas estas palabras.


Javito Payeras


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