martes, 12 de enero de 2010

EN EL ABISMO * por Esteban Gutiérrez Gómez.


No es sólo que la boca me sepa a hiel
que la garganta esté reseca,
es que no sé dónde estoy,
ni cómo he llegado a esto y,
lo que es peor,
casi me da lo mismo.

Y maldigo cada esfuerzo que hice
para ser “más y mejor”,
y me hieren los recuerdos
que me hablan de consejos
basados en el sacrificio y la piedad;
y escupiría cada pedazo de hostia
que me he comido
y vomitaría todo el vino consagrado.
Ritos anegados,
ríos de lava,
malas conciencias.

Quiero pensar que ahora
ya no estoy ciego,
aunque me duela ver que la realidad
suena a monedas cayendo desde el cielo
y huela a sexo de infante.
No puedo cerrar los ojos
sin dejar de verte,
inerte,
sobre la cama de “nunca jamás”.

Sí, ya casi me da lo mismo.

Moriría,
moriría ahora con gusto,
dejaría de existir y sufrir,
pienso.
Pero algo me retiene,
algo que me tiene lastrado en el abismo
como un pecio a éste valle de lagrimas
(cómo lo sabíais, cabrones).
Algo me impide darme la satisfacción de desaparecer,
y no es el amor.
No, ya no es el amor.

No necesito escarbar,
ni mirarme dentro.
Lo siento creciendo,
a punto de explotar,
de reventar mi conciencia.

Tengo, ahora sí, la certeza
de que la mentira engendra odio,
y podéis estar seguros,
no lo dudéis,
de que mi ira será mucho más temible
que la ira de vuestro propio Dios.

* Absurda composición poética de cura arrepentido que no sé por qué siempre me lo he imaginado con la misma cara que tiene el de la ilustración de la portada del álbum de Dio, Holy Diver. Cosas de la absenta, sin duda.

Esteban Gutiérrez Gómez, Bacovicius, inédito.

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