jueves, 28 de mayo de 2009

1 POEMA de Lluis Pons Mora



OBEDECIENDO

Para el Sr. Luna



No importa si no lo hacemos, es más, no deberíamos hacerlo,

ni juntos, ni separados, ni ahora, ni nunca.


Dijo tras volver del servicio con la mirada más fija.

No tiene importancia, de verdad que no.

Dijo como un amante convenciendo a otro amante.

Es mejor así. Dijo como si lo creyera.

Enfrente, la mesa carcomida donde tantas noches

lo hiciera con otros y otros lo hicieran.

La mesa llena de vasos completamente vacíos,

llena de charcos de Dyc y de camiones de

la basura con forma de ceniceros de bronce.

Ellas hablaban de alguna chorrada de psicología,

y nosotros de chorradas del tipo

cuánto escribía al día, o de malos rollos pasados

con los excesos de tías, priba, y el resto de las cosas.

Todo son chorradas, ya sabes, decía,

lo único que importa es que aún estamos vivos.



Todos hablaban, las mesas de al lado,

la habitación de al lado, el bar entero, el bar de al lado,

gritaban, había buena música,

estábamos a gusto siendo nuestro país nuestro país

y nuestro planeta el nuestro.

Hacíamos porros, apurábamos las babas de las copas,

nos prendíamos cigarrillos unos a otros,

y todo iba condenadamente bien entre tanto ruido

y alboroto y el paraguas por el suelo,

el poemario por el suelo, los abrigos por el suelo,

y nosotros sentados con las lenguas borrachas.

Todo son chorradas excepto que de algún modo

ellas aún nos quieren, y que aún las queremos de algún modo.




Se levantó, era como un péndulo ahumado.

Dijo Voy a mear, por no decir Voy a hacerme otra raya.

Yo también me levanté pero fui a la barra,

obedeciendo al doctor, a mis padres, a mi novia,

al telediario, al ministro, al presidente y a la policía.

Pedí otra ronda, una abstención, un refresco

y dos whiskys más, o no sé si esta vez bebí ginebra.

Volví a nuestro sitio con los vasos, sudaba,

ellas hablaban de Galicia y yo pensé en aquel verano.

Me tomé una pastilla para las taquicardias.

Volvió, sólo parecía menos borracho.

Límpiate aquí, le dije.

Todo son chorradas, todo está en el coco.

Brindamos.


Lluis Pons Mora, inédito.

2 comentarios:

Muy grande dijo...

Este chico está obsesionado con las drogas. Debería alejarse de ese círculo, pero no es inteligente, aunque él se lo crea más que los demás. Es de ese tipo de gente que se pasa el día hablando de drogas. Un pesado, vamos. Y, como poeta, claro, también habla de eso, el tema se explaya. Va de resistente el hombre, de digno, de luchador honesto, de buen tipo. Pero Muy Grande ya lo tiene calado. Es un mal pensado, y un envidioso sin sentido del humor. Mejor se echaba una novia y dejaba de lamentarse tanto de que no le quieren en tantos poemas. Con un ego tan grande como el suyo, sólo es capaz de verse a sí mismo. En cuanto surge de la nada un poeta mejor que él, y sobre todo si el poeta escribe mejor que él y no fuma tantos porros como él, se pone verde de la rabia que le da.

Anónimo dijo...

Pues a mí Lluis me parece una gran persona y un estupendo poeta, ya ves tú...