viernes, 2 de octubre de 2009

LA SED ADIESTRADA by Julio César Jiménez.


Sacando (discretamente) al hombro de su sitio una tarde de verano


Lanzar piedras
sea quizá
guardarlas en el aire,
atribuirles
mordeduras de viento,
breves vidas de asalto.
Lanzarlas sea quizá
ensayar nuevas técnicas
de la ira, empeñar en las nubes
un furibundo
gesto puntual,
tensar brisas
como bocas disponibles,
heridas deseantes.
Sería como sorprender ventiscas,
hacer del cielo una estrecha
sima curva, darle a lo inerte
una inútil carrera prodigiosa:
devastar el cielo con el hombro.


Julio César Jiménez, de La sed adiestrada (Premio Internacional Las Palmas de Gran Canaria, 2008).

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