Recuerdo la primera vez que me perfumé con Brummel,
aparentaba ser más mayor a ojos de la profesora,
me sentaba voluntariamente en la primera fila de la clase,
estoy seguro que la profesora podía distinguir la fragancia que desprendía,
venía contoneándose con su particular repiqueteo de tacones,
desde las filas traseras hacia las delanteras,
al pasar por mi lado le hacía una exploración visual,
comiéndomela con la mirada,
ella lo sabía,
le gustaba sentirse deseada.
Pasé de curso y desapareció del profesorado.
Años mas tarde la vi en un lujoso burdel,
acicalándose con Brummel.
Contraté sus servicios.
Castorín, poema inédito.
http://chenel-3.blogspot.com/
aparentaba ser más mayor a ojos de la profesora,
me sentaba voluntariamente en la primera fila de la clase,
estoy seguro que la profesora podía distinguir la fragancia que desprendía,
venía contoneándose con su particular repiqueteo de tacones,
desde las filas traseras hacia las delanteras,
al pasar por mi lado le hacía una exploración visual,
comiéndomela con la mirada,
ella lo sabía,
le gustaba sentirse deseada.
Pasé de curso y desapareció del profesorado.
Años mas tarde la vi en un lujoso burdel,
acicalándose con Brummel.
Contraté sus servicios.
Castorín, poema inédito.
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