miércoles, 3 de mayo de 2023

EL MUNDO FLORECE PARA SER ESCRITO: Gsús Bonilla.



El día que Enrique Falcón se presentó ante mí con con un hatillo de folios impresos para que se los dedicara el corazón me dio un vuelco, empecé a hiperventilar y yo, que soy incapaz de controlar mis emociones, me quedé mudo:

Años de cuadernos y poemas, años de siega y desherbados, años de poda, siembra y cultivo, años entre jardines y parques públicos con una azada al hombro, años después, aquí está, el primero de la serie La negligencia del jardinero, bajo el epígrafe de El mundo florece para ser escrito -cuadernos de un ecosicario-, aquí está este libro híbrido y extraño que ha recogido once cuadernos de campo en prosa, un herbario y un poemario (Parquesoul); un todo que el poeta de Sílithus visionara -hace más de mil quinientos días de nuestro tiempo- una mañana de otoño en el Valle del Jerte.

Mientras celebro el esfuerzo ancestral de las trabajadoras y trabajadores del mundo, de ese agradecimiento me lleno, más allá del que proceso a Enrique, y del que no tendré vida para terminar de agradecer tanto amor; tengo mucho y grande para Eva y Alfonso, por su esfuerzo y clarividencia para el inicio de este camino -que va a ser extenso- y su soleada acogida en La Oveja Roja; de igual modo para Cristina, por soñar ancho y temprano un verso para mí inimitable. Y claro, no puedo obviarlo, sería muy necio por ello, gracias, gracias, gracias, a mis profesores de jardinería Esther y Eduardo, por llenarme de mierda y clorofila, y por enseñarme que la fotosíntesis hace milagros, porque hace de la belleza un mundo, que sirve también para iluminar al individuo desorientado.

Ojalá podáis compartir toda esta felicidad conmigo el viernes día 12 de mayo en el Vivero del parque del Retiro, donde volverá a florecer, en otro lugar inmejorable para saber de la luz.

Gsús Bonilla



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