miércoles, 13 de febrero de 2013

CONVOY by Ni Gara.


Soy el capitán de estos túneles,
el de los convoys subterráneos.
Se ruega a los pasajeros
guarden prudencia.

Ya están aquí los monos ridículos,
los gobernantes del periplo humano.
El aire es una epidemia de somníferos,
recesión, miedo y partículas de polvo trastocadas.

Sometidos al zarandeo de los mandatarios
mis vagabundos me imploráis con vuestros rostros.
Acecha el semblante de aquel que no sabe dónde dormirá
y la postura del opulento que custodia el oro.

Se me antoja letal el llanto de ese niño,
lóbrego canto abogando a la pericia.
Su madre lo arrulla piadosa
ya enterada del óbito como única certeza.

Las doncellas y muchachos anhelan la perpetuidad
y no saben lo que eso significa realmente.
Sobre todo los días lúgubres,
lo que aquí es siempre.

Yo, capitán de esta gruta
os escoltaré en vuestro insomnio,
y rogaré a Satanás que apague este averno
antes de ser totalmente devorados por los cerdos.

Sí, haremos frente a los cerdos
y a los monos ridículos.
Apenas seremos cien más veinte,
mas no han de gobernar este vagón de inocentes.

Escaparemos del prolongado carruaje
y se acabará el tiempo del crimen.
La lluvia también traerá sangre, pero será nuestra lluvia,
y será la sangre de nuestros difuntos libres.


Ni Gara

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