Y puedes
creerte
que estás
donde
siempre
quisiste
estar,
sentir,
aprender,
impulsado
por tu
no materia,
como si
tus percepciones
abriesen
su diámetro
de succión
y la presión
de todo
aquello
te mandase
a quién
sabe
dónde,
-kilómetros mentales-
quizá
hasta
el último
plano,
o quizá al primer
plano
más
cercano
al terrenal
pero siendo
todo
tu cuerpo
una aspiradora
de sensaciones,
pero
todo suena
tan bonito,
todo
es tan majestuoso
hasta
que llega
el momento
en que te quieres
morir,
sí,
eso quieres,
te sobra
el cuerpo,
eres sólo
mente,
tu carne
machacada
por
los latidos
de tu corazón,
tu cerebro
muerto,
rota
la conexión
entre
la tierra
y tu universo,
tú que no esperabas nada
de todo aquello,
yo que no esperaba nada
de todo aquello,
nosotros
que nos bendecimos
con agua
y pusimos
en marcha
la revolución transconciencial,
que sellamos
el autoconocimiento,
todo eso
y más,
todo eso
y menos,
y mil cosas más,
decidimos
acabar
con la doble
moralidad,
la aceptación
de la naturaleza,
las cabezas
rotas,
los sexos
inmaculados
de salvajes
bisexualidades
entrometidas
en el paisaje
de la droga,
y fuera de ella,
todo se concibió
dentro,
con las
pupilas dilatadas
pero todo
se realizará
fuera,
y empezamos
la cuenta
atrás
para la apertura
de las
conciencias -
y todos
volveremos
a renacer
como
a todos
nos pasó
con los
ojos
en blanco
alguna
vez.
Esto es lo que tramamos, sólo esto.
Carlos Gutiérrez Horno, del blog Percepciones Indebidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario