martes, 11 de diciembre de 2007

Un poema de Eusebio Ruvalcaba


UNOS CUANTOS TRAGOS AMARGOS

Las encías me sangran.
Tengo dos meses con una basura en el ojo.
El brazo derecho me duele constantemente
a partir de una caída en la calle.
La diabetes me nubla la vista.
Pero todo se me olvida mientras
bebo mi ron.
Y me pregunto cuántos de los que estamos aquí,
hoy, esta noche,
concentrados en nuestro trago,
platicando con los amigos
o sencillamente leyendo el periódico cuántos
no estarán colapsados por dentro.
Cuántos no sufrirán cálculos en la vesícula
o los riñones.
Tendrán artritis,
las muelas hechas pedazos,
el hígado inflamado al doble
o un dolor punzante en la boca
del estómago.
Me pregunto eso.
Y levanto el vaso.
Yo solo, aquí, en mi mesa.
Y brindo por la salud de todos los que están aquí.
Pues por más enfermos que estén,
los que están enfermos,
los que de verdad sus vísceras se encuentren
a punto de estallar,
finalmente
pueden llevarse el vaso a la boca y beber.
Hoy, ahora. Mañana no importa.
Que Dios los guarde.

Eusebio Ruvalcaba, El frágil latido del corazón de un hombre

[Nota de jab: Ayer, en La Central, encontré un libro de este autor. Un libro en prosa, que recogía reflexiones y crónicas, publicado en México: Una cerveza de nombre Derrota. Era el único ejemplar. Leí unos fragmentos y lo compré. No sabía nada de este escritor, pero me enganchó en seguida. Echando un vistazo a las páginas interiores vi que, entre otras cosas, hablaba de bebida, de mujeres y de Bukowski. Así que he buscado algún poema para brindar por Ruvalcaba y traerlo a este blog. Quien quiera más información, la podrá encontrar aquí y aquí]

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