lunes, 17 de diciembre de 2007

Miquel Silvestre, por Sabino Méndez

La carrera de los Hijos de Satanás es imparable. De ello ofrece muestras diarias este blog. El domingo pasado, en el periódico La Razón, Sabino Méndez escribió en su columna sobre los nuevos libros de Oscar Aibar y nuestro colaborador Miquel Silvestre. Dado que no me atrevo a colgar el artículo entero porque en La Razón sólo se pueden leer los artículos previo pago, os copio el párrafo dedicado a Silvestre, que él mismo ha tenido la amabilidad de enviarme. Allá va:
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El segundo, titulado "Spanya S.A." (Ed. Barataria), lo firma Miquel Silvestre y es una fantasía de ciencia-ficción en la muy británica línea de un Douglas Adams. Alguien podría pensar que ha sido escrito pensando en mi Catalunya natal y, lo que me regocija, es que casi seguro que no. Porque una vez más, el arte ocupa esa noble posición de que, en sus juegos razonables en torno al delirio, remite a realidades mucho más delirantes. En estos libros, humorísticos, estructurados, antipedantescos, se detecta que los autores tienen detrás una cultura mucho más amplia que la que dejan ver.
Sabino Méndez, extracto de su artículo Adjetivos (La Razón, 16 Diciembre 2007)

1 comentario:

Miquel Silvestre dijo...

MIHURA EN UNA HARLEY


Sabino Méndez ha escrito una columna en La Razón donde habla de los libros Making Of, de Oscar Aibar, y Spanya SA, de Miquel Silvestre, o sea, mío. Terminó su crítica con una frase nada casual. Decía Sabino que nuestro humor era trilita y afirmaba que el resultado final “Es como si Miguel Mihura coleccionara discos de los Sex Pistols montado en una Harley”. Es una frase rotunda que me satisface plenamente y que creo retrata bien mi afán literario.

Sabino Méndez es el Troglodita por antonomasia, el que compuso letra y música de muchas de esas canciones que llevamos cicatrizadas en el alma. Cadillac solitario, Estrella del rock, La mataré… no es sólo que sean buenas canciones y que su calidad sea realmente perdurable, es que fueron claves para una generación. La mía. Cuando le seguía en los discos y conciertos, mi actitud vital era el desafío punk. Supongo que, de algún modo, esa opción permanece para siempre a pesar de los años, como un tatuaje viejo y desvaído.

Por eso me conmueve tanto la crítica de Sabino en La Razón, porque es un bucle caprichoso y bello. El viejo rocker homenajea en un diario conservador al viejo punkie al que en su día hizo amar, sentir, luchar y vivir con sus versos y sus notas. Cuando con apenas veinte años yo escuchaba aquellas estrofas geniales, nacidas de su inquieta pluma, jamás pude imaginar que la idolatrada rockstar leería un libro mío y mucho menos imaginaba yo que el libro le gustaría.

Curiosa vida esta. Incomprensible vida esta. Hermosa vida esta.