Para empezar, la afirmación de un ser que viene buscándose en desasosiego por los caminos más torcidos y, en ocasiones, más rectos y generosos de la existencia. Y en este libro se puede oír, por un lado, la voz impetuosa y agresiva del joven que se busca y se afirma en la rotundidad de la NEGACIÓN, pues parece que todo lo mucho que la vida le ha dado le sabe a poco para su voluntad de ser y por otro nos encontramos con la voz sabiamente amaestrada en su sintaxis enredada, pero exacta, y en su visión a la par realista y simbólica del mundo; pues su realismo, en ocasiones minucioso, suele cristalizar en metáforas sorprendentes.
NEGACIÓN de aquello que nos ofrecen la temporalidad y la historia, bien enlazadas con la cultura y la política.
AFIRMACIÓN de todo aquello que se asienta en lo espacial: naturaleza campestre, lugares nombrados, mundo agrícola, el mar, la montaña frente a las nubes, un campo de maíz, el musgo por un tronco de pino…en la celebración de “el espacio y de las cosas”, en la emergencia del tacto y del abrazo.
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