Yo he podido
con el peso de mis treintaypocos kilos
y descomponer
la radiografía de la muerte.
Yo he podido derrotar
a los poderes de la anestesia
y correr pasillo arriba
tras las sombras de las sondas
prolongando mi cuerpo,
y lavarme el pelo sucio.
Yo he llorado con dignidad
la muerte ajena
como parte de mi propia muerte
y reconstruir con paciencia
el pedazo de amor amputado.
He podido vencer al vacío, al terror,
a la desgana
y buscar raigambres.
Pero no he podido
yo no he podido
masticar mis miserias
y suplicarte que no te fueras.
Ahora te suplico, vida mía,
que te vayas,
que dejes estos huesos
para otro perro.
con el peso de mis treintaypocos kilos
y descomponer
la radiografía de la muerte.
Yo he podido derrotar
a los poderes de la anestesia
y correr pasillo arriba
tras las sombras de las sondas
prolongando mi cuerpo,
y lavarme el pelo sucio.
Yo he llorado con dignidad
la muerte ajena
como parte de mi propia muerte
y reconstruir con paciencia
el pedazo de amor amputado.
He podido vencer al vacío, al terror,
a la desgana
y buscar raigambres.
Pero no he podido
yo no he podido
masticar mis miserias
y suplicarte que no te fueras.
Ahora te suplico, vida mía,
que te vayas,
que dejes estos huesos
para otro perro.
Eva Vaz
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