lunes, 28 de febrero de 2011

ORFEO CAMINA POR EL LADO SALVAJE DE LA VIDA por Joaquín Piqueras.



Orfeo saca brillo a su Telecaster
cada noche antes de salir al escenario,
adora su tierno simbolismo,
su femenina perfección,
los fulgores de su pecho,
sus conjuros contra el paso del tiempo...,
ni los misterios de Isis tienen parangón
con la magia que brota
de las seis cuerdas bien templadas.
de su Fender,
porque la respuesta, Dylan, no está en el viento,
está en la música,
que hace tambalear los pilares del infierno,
que nos sumerge en una muerte
dulce a manos de enfervorecidas fans.
Orfeo quiere morir joven
y hacer de su cuerpo un bonito cadáver,
como Morrison, como Vicious, como Hendrix
como Joplin, como Curtis, como Kobain,
porque la vida corta e intensa
es extensa en emociones,
el ritmo frenético de la sangre,
de las drogas y el alcohol,
el lado salvaje de la vida,
el arte del suicidio prolongado,
la creencia de ser Narciso
en el acto de pensarse a sí mismo,
sin proyecciones morales,
sin educaciones para la ciudadanía,
sin planes de pensiones… .

Orfeo saca brillo a su Telecaster
cada noche antes de salir al escenario
de la vida.


Joaquín Piqueras, de Los infiernos de Orfeo, 2010.

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