Quietito y las pesetas, y el reloj
de los abuelos para tu primera comunión
con que medir el tiempo, y la muerte.
Sin rechistar y gracias vacía
los bolsillos, vacía el alma, pequeño,
o te lleno de agujeritos con esta luz
afilada la barriga dulce de cabello
de ángel y los libros con sangre a la hora
que cierran las escuelas y los ojos
sin papás ni cuentos ni noches
buenas ni beso ni música ni nada.
Antonio Ansón, del poemario Pantys Mortels ( Éditions le grand os. Collection qoi, 2008 ).
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