Por no enfermar de domingo con luces griegas en la imparable marabunta
del siglo de los martes los jueves huérfanos de carretera indolentes en una habitación cerrada quién ha de conocer el alba la primavera el devenir de los poemas los ojos ciegos que siempre callan la sordidez de los tranvías que no traen noticias falsas escuderos siempre de la excrecenciacomo una segregación del alma
ímpetu de cucaracha el primer
error fue nacer
continuar con vida
la inercia del reincidente
niños de sombra en barcas umbrías sus cabezas negras antorchas oscureciendo la
noche negra y cierto afecto
desmedido por el esperpento
un par de disparos púrpura
al vacío el musgo de las horas
y regresar importuno como
cadáveres mal enterrados
a la ansiedad de los parques
la salida funeraria de los niños
de la escuela los lunes de pan
y comisaría como el bufido
sagrado de un bisonte tan
anciano como las bisagras
del primer aullido humano
Javier Vayá Albert
https://www.facebook.com/javier.vayaalbert
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