Cuando perder es perdonar.
Perdonarme.
Cuando las mudas paredes,
confidentes y testigos,
se convierten en fiscales del respirar
ante un Juez implacable;
la memoria.
37 hijos de Satanás brindan a la salud de Bukowski en un libro que dejará una resaca brutal
No hay comentarios:
Publicar un comentario