Era un día de fiesta
y estaba en una fiesta
rodeado
de gente.
Había razones
para la diversión
la despreocupación
la alegría
y las risas.
Razones
como el alcohol
o
sin ir más lejos
el mero hecho
de estar vivo
que si lo piensas
es algo
sumamente
extraño.
Pero se habían alineado
las galaxias
o qué se yo
y el caso
es que nadie se divertía
NADIE
En medio de la música
y las copas
y los juegos
y las drogas
y las distracciones
y las luces bajas
todos se habían dado cuenta
a la vez
de su vacío
existencial
del absurdo
social
de lo inútil
de sus ilusiones
y el arraigo
de las mentiras.
Y nadie se divertía
NADIE
Se veía en sus caras,
sobre todo
en sus ojos
derretidos por la espera
y la angustia.
Fue doloroso
pero mágico,
un maravilloso
y extraño
momento
de lucidez
colectiva
que hacía albergar
esperanzas.
Me emborraché
hasta estar bien
jodido.
Me fui a casa.
Me desmayé.
Y al despertar
me hice
5 pajas.
El universo seguía su curso.
Carlos Salcedo Odklas, del blog La venganza de los malditos.
Photo by Julia D.Velázquez.
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