En los arrabales del deseo no hay matices,
sólo olas expandidas desde tus yemas de los dedos
al último pelo que cubre tu piel.
Mareas de sequedad en tu boca,
amplitud de tu respiración y de la sangre
que roja y definida como un relámpago
te abate el corazón y te deja con su puño herido el estómago.
Creces en el sudor y te relames
en la humedad del cuerpo a cuerpo
hasta la extenuación,
hasta el último énfasis en que tu memoria te traiciona…
ahora respiras, agotado reposas tu victoria,
ahora ella se conmueve
y en sus labios se asienta el poder de la caricia.
sólo olas expandidas desde tus yemas de los dedos
al último pelo que cubre tu piel.
Mareas de sequedad en tu boca,
amplitud de tu respiración y de la sangre
que roja y definida como un relámpago
te abate el corazón y te deja con su puño herido el estómago.
Creces en el sudor y te relames
en la humedad del cuerpo a cuerpo
hasta la extenuación,
hasta el último énfasis en que tu memoria te traiciona…
ahora respiras, agotado reposas tu victoria,
ahora ella se conmueve
y en sus labios se asienta el poder de la caricia.
Fernando Sarría, poema inédito.
1 comentario:
En los arrabales del deseo no hay matices...esos arrabales...
Saludos
Alba
Publicar un comentario