En el rincón de la cocina, aquel rincón que había entre el fregadero y la ventana, ahí, aquel rincón que siempre estaba marrón, siempre. Siempre sucio, pegajoso. Parecía que aquella mugre ocultaba algo tras de sí. Había algo, estaba convencida, detrás de la pared. Un agujero. Me dejé las uñas largas, muy largas. Me costó mucho tiempo, mucha paciencia, pero lo logré. Aquel día, cuando las yemas de mis dedos se ocultaban ya tras largas garras, arañé aquella esquina, me llené de porquería las uñas, raspé y raspé y perdí mi mano en un agujero negro. Al recuperarla de aquel lugar, de allí brotaron cabezas de bebés, grisáceas, que lloraban como cerdos en la matanza. Gritaban tanto que sus voces se adentraron en mi cráneo. Intenté expulsarlas por mi boca. Las voces seguían dentro, queriendo salir. Por más que gritara mi cabeza se rellenaba como un pequeño frasco de fragancia barata. Escupir, gritar. Pero era imposible despojarse de aquello. El dolor de cabeza se acrecentó de tal manera que la única solución posible que encontré para paliarlo era despojarme de ella. Agarrándome del cuello, tiré con todas mis fuerzas hacia arriba. Enganchando mis dedos a los orificios auditivos, taladrando mi cráneo con utensilios afilados. Tiré, tiré, tiré. Rodé. Seguí gritando siendo cabeza hasta terminar dentro del agujero, con todas las demás. Desde allí, entre la mugre, pude ver a mi madre susurrando, “otro más, qué pena”, apoyada indiferente contra la alacena.
Adriana Bañares, Awixumayita, del blog La Niña de las Naranjas.
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Awixumayita, otra de las autoras jóvenes más prometedoras, literariamente hablando, del panorama español, nos regala en su blog, La Niña de las Naranjas, voces y delirios tan inquietantes como el que arriba os transcribo... Bienvenida a la Resaca, Adriana: Los Hijos de Satanás te saludan. v.
1 comentario:
Hay resacas deliciosas
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