sábado, 30 de enero de 2016

HOY EN LEÓN



Poética y rocanrol

El Gran Café ultima la reapertura de su planta de referencia con un encuentro de músicos y poetas de la mano de la leonesa Silvia Chica.

PACHO RODRÍGUEZ | Diario de León

Mientras abajo se cuece con expectación el nuevo Gran Café, en la planta de arriba, hoy a las 20.30, habrá un desembarco con bandera de conveniencia de la poética del rocanrol. Un cóctel que explota como abrazo en verso de la mano de Silvia Chica, leonesa polifacética que organiza, participa y, para rematar la sesión, se sube al escenario musical con Los Tres Norteamericanos, un artefacto que une, a lo literario de la jornada, un repertorio en crecimiento, también de la mano de Gonzalo Ordás y Marcos Cachaldora, músicos apetecibles a los que para pillarlos hay que echarles un Delta Galgos. Pero lo de hoy es un combinado de rock and poetry para los sentidos, a poder ser más de cinco.

Porque los ingredientes, de la parte escritora, serán Carlos de la Cruz (Los gigantes de Potsdam, 2015), Jorge M. Molinero (Gominolas en los bolsillos, 2015), Antoine Lamarck (Mapas de libertad, 2015) y Laura Fraile (Mujeres que tararean canciones inventadas, 2014), junto a la anfitriona Silvia D. Chica, que presentará, junto a lo de cada uno, La tierra pura (2015). Material fresco que hay que agradecer a un editor que camina entre lo cercano y la artesanía, como si su negocio partiera del compromiso.

Se trata de Rodrigo Córdoba, responsable del sello Zoográfico, fundado en 2009 y que parece que ha apostado porque el movimiento se demuestra, en este caso, escribiendo a vida abierta. Y como invitado especial, Vicente Muñoz Álvarez, un autor empeñado en dignificar la cultura de manera insobornable, y que acaba de publicar el libro Cult movies. Películas para la penumbra, lo que corrobora que lo suyo es actitud pero con un ojo siempre puesto en el esfuerzo de estar disponible cuando llegan las musas.

Sonidos de altura

Como el Gran Café es santo y seña de la escena musical del Norte de España, la aportación sonora parece que viene incorporada a cualquier actividad de la que sea sede. Y hoy, el rizo se riza con tres leoneses pero que proponen nombres inconfundibles en versiones que merecen el aplauso sólo por el atrevimiento. Porque si hablamos de Pretty Things, J. J. Cale, Billie Holiday, Love, Townes Van Zandt o Shocking Blue, por poner varios ejemplos, que es lo que tocarán Los Tres Norteamericanos, el nivel superará la segunda planta y habrá que subir, tal vez algún día, a la tercera, que también la hay...

Así, la fiesta presentación que cerrará este trío será también la de un arandino, tres de Valladolid y dos de León, que parece que suena a menos rocanrol, pero que hay que adelantar que lo traen puesto de casa. Y que si Blas de Otero decía que le quedaba la palabra, a este colectivo impulsado por Rodrigo Córdoba lo que les queda es lo mismo. Pero para este siglo empeñado en caminar sin contenido, ellos traen la búsqueda de la tierra pura que dejarán para sus hijos, en un mundo, si no mejor, al menos lleno de palabras y acordes. En definitiva, lo que al final resulta ser la tecnología punta de la que presumir en esta ciudad llamada León.



viernes, 29 de enero de 2016

CIUDAD CALIMA por SILVIA RODRÍGUEZ




SURFISTA

Quiero nacer en la ola
con mi piel de neopreno
y mis alas de fibra de carbono

volar en el aire
aterrizar en la espuma
deslizarme en los mares

ser animal de marea
en feliz soledad

( y le digo a la ola )
lo malo de volver a nacer
es tener que volver a morir


ICE CREAM

Pasa el tiempo
pero siempre que vuelvo
a la playa
y oigo al señor de elegante blanco
abriéndose paso entre bañistas y parasoles
con su voz eterna
anunciando cornetos y ice cream
el tiempo se congela y soy pequeña
sin hielo en la piel
ni frío en el corazón


CALIMA

Somos partículas de tierra
insignificantes granos de arena
somos nada

cuando somos ciudad alguien
nos escucha, nos habla,
tal vez nos quiere

cuando somos calima
todos huyen
nadie nos recuerda
y nos asfixiamos


Silvia Rodríguez, de Ciudad Calima (Colección por mi mala cabeza, Ediciones Tragacanto, 2015).


jueves, 28 de enero de 2016

SE RUEGA SILENCIO según MIGUEL BAQUERO



Desde Knut Hamsum, en la escalofriante “Hambre”, es una imagen ya común y un argumento habitual el del joven que decide sentarse a escribir una novela, seguro de que tiene una creatividad pugnando por salir y algo que decir al mundo, pero poco tiempo tardará en descubrir que no es tan fácil eso de la novela, que las palabras, quitando el impulso inicial, no acaban de brotarle por sí mismas, y que tal vez el empeño le supere. 

En resumen, que no es ese genio que él tenía pensado de sí mismo, sino quizás, tan solo, una encarnación más de la mediocridad.

Pese a que uno ha leído muchas novelas de ese estilo, como todo en literatura el secreto no está en el qué se cuente, sino en el cómo se cuente, y en el caso del nuevo libro del escritor de Guijuelo, afincado en Logroño, Pepe Pereza, la historia, a las pocas páginas, nos parece de pronto insólita, nueva, original.

Ignoro si la figura del joven idealista protagonista de esta novela está basada en la realidad, si ese chaval que decide dejarlo todo, y si es preciso la subsistencia, con tal de escribir algo que destaque sobre la inanidad general es un trasunto del propio autor. 

Es posible que no, puesto que antes que este “Se ruega silencio” ya Pere Pereza ha publicado otro libro de relatos y una novela; o es posible que sí, pues las peripecias que le ocurren al autor, en forma de trabajos eventuales con que ganarse la vida mientras surgen las malditas páginas de la novela, están contadas con tal fuerza y tal energía que parece que solo pueden estar basadas en la realidad.

Al fin, poco acaba importando si el modelo es real o no, si es cierto o está exagerado. Con lo que se acaba quedando el lector es con la verdad y la humanidad del protagonista. Uno se identifica con sus dudas, descubre con él la constancia de su cortedad, y cómo proyecta esa frustración hacia el mundo, y asimismo comparte de pronto esa insensata confianza en sí mismo que le hace seguir, pese a todo, hacia delante, aunque sabe que no le aguarda un camino fácil, sino que le costará llegar hasta el final de esa novela que escribe.

Hay recursos de primera categoría en este libro, como el usar sobre el papel, como fragmentos de esa novela ideal, lo que él ya ha pensado antes y ha dejado escrito de modo espontáneo. 

Con este recurso (también usado muy hábilmente por el prologuista, Carlos Salcedo Odklas), además de involucrarnos en la realidad del libro, parece plantearnos la cuestión de si lo literario no se produce continuamente y sin restricciones en la vida cotidiana y el auténtico esfuerzo del escritor radica en capturar, más que en inventar, sucesos y pensamientos.

Otro recurso, en este caso metafórico, es el del continuo ruido que acecha al protagonista y le impide escribir o, si le damos la razón en lo de arriba, capturar la realidad en torno suyo. Ruido ejemplificado en unas obras que ocurren en el edificio donde mal vive, pero que es el ruido de la vida cotidiana, de las preocupaciones monetarias, de la visita de la madre, y de esa estúpida exigencia que, como animales, nos caracteriza a los humanos, que es que cada determinado tiempo hay que comer.

Un libro, en resumen, que se planta ante la esencia de lo verídico, pero sin descuidar la prosa, que es excelente, y el ritmo, que resulta excepcional. Entre sus páginas, personajes irreprochablemente trazados, como la madre del protagonista o el viejo profesor de literatura. 

Y de fondo, ese milagro que de vez en cuando, muy de vez en cuando, ocurre, que es cuando las palabras de pronto comienzan a fluir, y por el que el protagonista da como buenas cualquier tropiezo y cualquier miseria que le haya ocurrido y le ocurrirá.

“Algunas noches tengo la maravillosa sensación de que podría estar escribiendo eternamente. Cuando estoy en ese trance, lo único que necesito es aire para seguir respirando, el resto no importa”.


Miguel Baquero, en el Heraldo de Henares.



miércoles, 27 de enero de 2016

ZOOGRÁFICOS EN LEÓN



Silvia D. Chica, Carlos de la Cruz, Jorge M. Molinero, Antoine Lamarck y Laura Fraile presentarán sus poemarios en El Gran Café

Los cinco autores forman parte de la editorial madrileña Zoográfico y harán una lectura de sus obras el sábado 30 de enero a las 20:30 horas

El Gran Café contará este sábado con la visita de cinco poetas de Castilla y León que han publicado sus poemarios en la editorial Zoográfico, un proyecto fundado en el año 2009 por Rodrigo Córdoba, que también estará presente en este acto. Los autores invitados serán Silvia D. Chica, que presentará `La tierra pura´ (2015), Carlos de la Cruz (`Los gigantes de Potsdam´, 2015), Jorge M. Molinero (`Gominolas en los bolsillos´, 2015), Antoine Lamarck (`Mapas de libertad´, 2015) y Laura Fraile (`Mujeres que tararean canciones inventadas´, 2014). Durante la lectura también estará presente el escritor leonés Vicente Muñoz Álvarez, que acaba de publicar el libro `Cult movies. Películas para la penumbra´ (Excora editorial, 2015). Además, a lo largo de la noche actuará el grupo Los tres norteamericanos, una banda formada por Gonzalo Ordás, Marcos Cachaldora y Silvia D. Chica.



martes, 26 de enero de 2016

LA SOMBRA por SILVIA D CHICA




Luego está el otro lado,
la sombra, 
Ese enfrentamiento brutal con una realidad en la que no se puede pasar página. Algo que te hermana de lleno y rotundamente con todas las madres de este planeta Tierra.
La pérdida de espacio psíquico. 
Esa dedicación al otro, tus hijos, dos, juntos y a la vez, algo sagrado, milagroso e intocable. La vida haciéndose paso. Escisión en tres de mí misma y fusión de dos, mejor dicho de tres, parcelas emocionales enredadas con los sentimientos más contradictorios. Tempestad y vendaval emocional.
Las dudas, los cambios de humor, el miedo, la soledad, la desesperación, las salidas de tono teatrales contempladas con asombro, la contradicción interna, la cantidad de ocupaciones extras que se instalan y se quedan en tu vida, las pérdidas de los espacios exclusivamente personales durante largos espacios, el cambio en la comunicación, la desesperación y los volcanes emergiendo del centro del propio cuerpo.
Pero está mal visto hablar de ello. De eso no se habla.
El control de esfínteres, la comunicación, y mi limitación, las demandas emocionales y mi limitación, las necesidades más básicas, estar presente, presente, presente, las nuevas enfermedades, el dinero, las exigencias afectivas, la confusión, la sexualidad, la autocrítica, el victimismo... si realmente las mujeres fuéramos conscientes, plenamente, de lo que el reto de la crianza significa, la población menguaría considerablemente. No me cabe la menor duda.
Todo esto es karma, supongo. Qué es lo que yo tengo que aprender de todo esto... echando la mirada hacia atrás.
Lo más difícil, y probablemente lo único que valga la pena en mi vida. En fin... está a punto de sonar el despertador.
Un día más, con muchos motivos para levantarme.

- Vamos cariño, ya es hora de levantarse, comienza un nuevo día.

Y todo esto... se disipa contemplando una sonrisa, una piel suave y tibia, y la primera petición del día...


Silvia D Chica, del blog La Tierra Pura.


lunes, 25 de enero de 2016

HERENCIA por GSÚS BONILLA




Mira, mira
hasta donde alcanza la vista
todo eso que ves
algún día será nuestro.

Primero lo fue
de mi abuelo.

Más tarde
de mi padre.

Muy pronto
será mío, y luego

tuyo. Mira, mira
hasta donde alcanza la vista.

Y miro.
Miro hoy

que el humo sigue
muy presente

en el horizonte.


Gsús Bonilla, de Viga (Ediciones Liliputienses, 2015).

sábado, 23 de enero de 2016

INSTRUCCIONES PARA QUE CUADREN LAS CUENTAS por CARLOS DE LA CRUZ




Todo cuenta.
Los amigos cerca para celebrar que no nos hemos hecho daño
al menos que yo recuerde
en las últimas dos semanas.

Cuenta que sople este aire jodido cuesta abajo
desde Narváez hasta la esquina donde paramos a tomar
café y chupito
antes de regresar a la cueva.

Cuenta para el tiempo de descuento
que no hemos bailado desde el vermú de navidad
y no hemos follado desde la pascua judía.

Cuenta que tenemos la ropa de invierno cerca de la ventana
y las botas de piel en la bañera
lejos del mar, lejos de la montaña y del mar.

-Yo te prometí una casa que le diera la espalda a una montaña
desde la que pudiéramos escupir los huesos de las aceitunas
para tumbar las olas
cuando la marea se pone pesada y llama a la puerta-
No he cumplido mi promesa.

Cuenta que no siempre hemos sido tan buenos como somos ahora
que todo el mundo sabe lo que hacemos y cómo encontrarnos
y cuenta sobre todo, que hemos dejado tapones de corcho
como en el cuento
para señalar el camino de regreso
y que no funciona
como en el cuento
y siempre acabamos en la casa de los monstruos.


Carlos de la Cruz


viernes, 22 de enero de 2016

ULTRACHEF. Miren Lacalle



Próximamente

ULTRACHEF es un disparatado relato sobre los no menos disparatados concursos televisivos de cocina. Leontxo, camarero de un bar heavy y participante de un talent show gastronómico, es humillado públicamente ante millones de espectadores. Su venganza será tan chusca como terrible, arremetiendo contra jurados caprichosos y autoritarios, concursantes sumisos, televidentes adormecidos…

Miren Lacalle, la que fuera cantante de Las Tampones, el precursor y enigmático grupo femenino del rock radikal vasco (Estamos contra las reglas, fue su tema más conocido), se estrena en el mundo de la literatura con esta descacharrante historia. Y lo hace acompañada de Edorta Lamo, el joven, prestigioso y transgresor chef de “A fuego negro”, quien ha elaborado para el libro las recetas de algunos de los delirantes pintxos que se mencionan en él, como el ‘Foie de ratas del aire’ o la ‘Tortillita de frutos del pantano’.

Juntos firman una obra en la que el mundo de la cocina-espectáculo no es sino el reflejo de una sociedad absurda donde todo es un puro trampantojo.

“Ultrachef es una historia muy ‘patxiirurzuniana’. Una historia que me habría gustado escribir a mí”
Patxi Irurzun. Escritor y autor del prólogo

“Una obra a medio camino entre el punk literario y la guerrilla gastronómica”
Didier González. Miembro de la Real Academia de cocina de Bélgica.

MIREN LACALLE es el pseudónimo tras el que se esconde la cantante y guitarrista del legendario y enigmático grupo pamplonés de punk-rock Las Tampones. Aunque nunca llegaron a grabar ningún disco, muchos recuerdan todavía el estribillo de su canción más conocida: “Somos Las Tampones y estamos contra las reglas”.

Precursoras de grupos de chicas o con vocalistas femeninas como Las Vulpess, Pussy Riot, Belladona o Desechables, Las Tampones (que solían cantar siempre con el rostro cubierto y que nunca revelaron sus identidades) desaparecieron de escena a mediados de los 80.

Miren Lacalle todavía continuaría ligada al mundo del rock durante unos años en Nueva York, donde ha vivido y trabajado como restauradora, y donde colaboró en la grabación de discos de grupos tan legendarios como The Dictators o The Dead Kennedys.

Retirada de la música desde hace años, Ultrachef es su primera incursión en el mundo de la literatura, y como con Las Tampones, irrumpe en el escenario convenientemente enmascarada.


Editado por Desacorde Ediciones /www.desacorde.com/ Recetas de Edorta Lamo. Prólogo de Patxi Irurzun. Portada de Ata

jueves, 21 de enero de 2016

HOY EN LEÓN: Películas para la Penumbra.



Diario de León, 21/01/2016

El escritor, editor y cinéfilo leonés Vicente Muñoz Álvarez presenta hoy a las 20.30 en Elektra Cómics (Comandante Zorita, 4) su nuevo libro, la segunda parte de sus muy particulares Cult Movies y que lleva por título Películas para la penumbra, una guía de los filmes —muchos desconocidos para el gran público— que más impacto le causaron, datados entre 1932 y 2014. En el acto tocará, además, el grupo Los Tres Norteamericanos.


miércoles, 20 de enero de 2016

GOLPES BAJOS por TITO EXPÓSITO



Con 22 años dejé mis estudios universitarios para montar junto a otros amigos una tienda de música, videoclub y ropa, de nombre Supernovo. Eran los años más chispeantes y creativos de la movida madrileña, y un nuevo mundo de color y fantasía se superponía a unos años de agreste militancia política en partidos considerados de "extrema izquierda". Conseguimos la representación para las islas de compañías discográficas que surgían como Nuevos Medios y DRO. Por la tienda pasaron algunos músicos de esa movida y nuestra clientela era muy variopinta: modernos, punkis... De esos primeros años de euforia musical y vital, mi grupo favorito fue Golpes Bajos. Germán Coppini representaba para un aspirante a poeta como yo, una referencia indiscutible.

Tito Expósito


martes, 19 de enero de 2016

CARRETERA, PASTA, PODER



Al protagonista de Carretera, el primero de los relatos, la aparición de un personaje, le obliga a tomar una determinación de la que lleva toda la vida escondiéndose: renunciar a todo y echar a correr. En Pasta, el segundo de los relatos, el protagonista se encuentra de pronto instalado en la abundancia, dueño de una cantidad indecente de dinero que le diferencia del resto del mundo. En Poder, por último, un gris oficinista descubre la facultad que tiene en sus manos de poder instalarse cuando quiera al otro lado de la vida. En el mundo de la crueldad, de la locura sin sentido, de la maldad arbitraria. «Yo sé que tú entiendes mucho de la vida, pero dime: realmente, ¿sabes lo que es el poder?»


lunes, 18 de enero de 2016

FIODOR por PABLO G. BAO




esta mañana me he golpeado
el dedo del pie
con la pata de la cama
y he soltado un alarido, un juramento
unas cuantas blasfemias
y he visto que sangraba
y ahora lo tengo amoratado
me cuesta caminar

pero resulta que al sentir el
impacto
vino a mi mente Fiodor
ahí, ante un sucio y feo muro
esperando el final frente a media
docena de fusiles mirándole con no
muy buenas intenciones

y luego pienso en “Crimen y castigo”
lo leí a los 13 ó los 14
y fue terrible, pavoroso
acabé convencido de que era yo
quien se cargó a la vieja
y escondí el libro en ese armario
igual que el asesino oculta las
pruebas

y ahora me miro el dedo
y pienso solamente en este dedo
-Raskolnikov ahora ya no está-
pero me sienta bien que el dolor de
mi dedo
me haya traído por un rato
al bueno de Fiodor, ese hermano
mayor

y me doy cuenta nuevamente
de que el dolor, sea cual fuere
pertenece a la misma familia
al mismo tronco

voy a ponerme yodo y una tirita
antes de calzarme estas preciosas
zapatillas que me compré hace poco


Pablo G Bao


domingo, 17 de enero de 2016

1 POEMA de LAILA ROTA




detesto a los artistas que van de artistas
que blablabla pero son como témpanos
que te dicen:
“pequeño ser,
sé que nunca lo entenderás
pero me gusta masturbarme delante de ti
escuchándome decir lo bueno que soy"

¿crees que eres un superhéroe
y vienes a salvarnos a todos?

no me gusta que nos mires
por encima del hombro
porque quizá nuestro hombro
ha soportado mucho más que el tuyo

no me gusta la gente
que dice que opines sobre su obra
y tras oír tu crítica (constructiva)
se les tuerce la cara:
"hola puto amo de NADA"

esa gente que dice:
“hay libertad a la hora de opinar"
pero en realidad quieren que opines
lo que ellos desean escuchar

no me gusta que se nos mida
según el sueldo que cobramos a fin de mes,
los que tienen cuatro duros son un despojo
si cobras mil euros ya puedes empezar a ser
"alguien"

alguien que vive podrido de su casa al trabajo
y del trabajo a casa es una persona realizada

los demás no son nadie
bueno sí, unos losers
el colega bohemio que es maravilloso
por lo que hace pero nunca llegará a nada
un putrefacto interesante
un ser estancado en el tiempo
al que contemplar
mientras todo avanza alrededor

¿es peor estar estancado o disecado?
he conocido a disecados que decían ser felices
y posiblemente morirán sin sufrir por amor
o balancearse en un precipicio
apiadándose de mi desequilibrio,
pobre de mí, sí, pero pobres de ellos también.

somos animales bípedos
llenos de traumas y miedos,
mientras jugabas
tus cinco sentidos y vivencias
estaban cocinando
un futuro más o menos doloroso,
llevable en el mejor de los casos

como podéis ver
he vuelto
con todo lo que eso conlleva

así que siento el vómito,
pero ponerlo todo perdido es mi especialidad.

viernes, 15 de enero de 2016

PELÍCULAS PARA LA PENUMBRA: Epílogo.



PELIS PA LA PENUMBRA: 
INSTRUCIONES DE USO (Y ABUSO)


Hace siete años dirigí una extraña película titulada Gritos en el Pasillo. Era lo que hoy en día habríamos bautizado como “cine lowcost”, o incluso como “below-cost”. Sacar ese engendro adelante me ocasionó bastante sufrimiento, pero la criatura resultante trajo consigo no pocas bendiciones.

Permitan que me centre en una de dichas bendiciones: Gracias a Gritos en el Pasillo conocí a Vicente Muñoz Álvarez, quien desde entonces se ha convertido no sólo en gran amigo, sino también en figura clave de la literatura maldita, en epicentro de mi mapa del underground español.

Cuando algunas personas perdían su tiempo discutiendo sobre si nuestra película debía o no considerarse “de animación”, Vicente le asignó un calificativo aún más discutible – el de obra de culto – al incluirla en su libro Cult Movies: Películas para llevarse al Infierno.

Aquí me tienen, tres años más tarde, con los dedos titubeando entre las teclas, sintiéndose indignos de este honor que se me ha concedido: Cult Movies acaba de tener un hermanito y Muñoz Álvarez me ha pedido que le añada este epílogo.

He empezado mencionando un suceso que ocurrió hace siete años y otro que sucedió hace tres. El siete y el tres, dos números cruciales en la magia cabalística y en los ritos de todo contador de historias que se precie. Me gusta que ambos números aparezcan en este epílogo, porque tengo la sensación de que algo esotérico gravita sobre Películas para la Penumbra.

Este libro que tienen entre sus manos – o ante sus ojos, si es que lo están leyendo a través de una pantalla – tiene un doble mérito. 

Mérito número uno: El contenido del menú. Para diseñar un catálogo de los horrores como éste hay que cavar muy hondo en las catacumbas del alma humana, hay que masticar mucha basura hasta que los dientes tropiecen con cada diamante. Este libro confirma lo que Cult Movies ya auguraba: Que Vicente Muñoz Álvarez es un explorador de lo incómodo, un arqueólogo de lo bizarro. Junto a títulos imprescindibles de maestros como Fulci, Bava, Huston, Aldrich, Clayton, Polanski, Tony Scott, Corbucci, Mercero, Fernán Gómez... aparecen otras obras y otros autores de los que no había oído hablar en mi puñetera vida.

Mérito número dos: La manera en que Vicente describe las películas seleccionadas. Además del cariño y el conocimiento de causa, encontramos un tercer denominador común en casi todos los capítulos. Muñoz Álvarez describe el visionado de esas cintas con términos que aluden a una experiencia psicotrópica, lisérgica, opiácea, alucinógena. Esta clase de adjetivos salpican las reseñas de estas películas como fragmentos de un ADN común.

Cuando Alejandro Jodorowsky (otro de los autores mencionados en el libro) intentó sacar adelante su versión de Dune albergaba una intención confesa: Que la película provocase en el espectador las mismas sensaciones y vivencias que un viaje de LSD.

Las películas que selecciona Vicente y el ángulo desde el que las enfoca apuntan en esa misma dirección: El cine como droga, como vehículo hacia otros estados de percepción mental. La experiencia audiovisual como mecanismo para alterar la conciencia, para catapultarnos hacia otras dimensiones. Ésa es la piedra filosofal que perseguimos la mayoría de los narradores, y quizá con más motivo los que, como es el caso del cineasta, trabajan con estímulos tan primitivos como la imagen en movimiento y el sonido.

En ese sentido, estas Películas para la Penumbra podrían considerarse un relevo del siglo XXI de Los Paraísos Artificiales de Baudelaire.

Dicho esto, sólo falta añadir como conclusión inevitable que a partir de ahora, Vicente Muñoz Álvarez va a convertirse en mi camello particular. Cuando la ocasión lo requiera acudiré a este libro en busca de mercancía de la buena, recorreré sus páginas hasta encontrar la dosis de droga psicotrópica que mejor se adapte a cada circunstancia. Acto seguido, buscaré dicha droga y me sentaré a disfrutarla en mi pantalla. Si se fijan, en algunos de los capítulos el camello Muñoz Álvarez sugiere cuáles son las circunstancias ideales para videar cada película. 

Invito al lector a guardar este libro en el rincón alucinógeno de su estantería, entre la O de opio y la S de setas. Le invito a elegir las obras reseñadas en él para viajar en días especiales. Días especiales para pelis especiales: Si entras en ellas, ellas entran en ti, te transforman, desencajan algunas piezas en tu interior y, merced a alguna misteriosa alquimia, sus efectos trascienden la duración de su metraje.


Juanjo Ramírez Mascaró, epílogo para Cult Movies: Películas para la Penumbra (Excodra, 2015). 




miércoles, 13 de enero de 2016

1 POEMA de PURI SÁNCHEZ




Pensé que nunca llegaría el momento
en que mirar al pasado no me pareciera cosa de viejos,
pero llegó ese instante.

Ahora me pregunto ¿será que yo, en realidad,
he envejecido más de la cuenta
o es que tengo la certeza, como el añoso,
de que el tiempo que nos queda
se convertirá en recuerdo el día de mañana?.

O será que ya me siento sin fuerzas
para emprender caminos nuevos
y prefiero mirar atrás y andar de nuevo los senderos del ayer
que, por pasados, ya no son permutables
ni potencialmente peligrosos;
tienen un mañana certero,
sin dudas ni incertidumbres.

¿Será que no necesito mayores sorpresas
que las habidas
o será que ya el futuro no creo me depare ninguna
y prefiero no vivir lo que a la vuelta de la esquina me espera?

No sé la razón, pero cada vez
me invade por más tiempo la nostalgia.


Puri Sánchez


Photo by Elisa M


martes, 12 de enero de 2016

CARRETERA, PASTA, PODER por MIGUEL BAQUERO.



De pequeño, mi padre me llevó al Canodromo. Quedé impresionado por la ferocidad brutal y ciega de los galgos en persecución de la liebre mecánica. Me pareció una pulsión oscura e indescifrable, una fiereza ancestral que, de alguna manera, se expresaba a través esta clase de perros, pero que también sacudía a los apostantes e impregnaba incluso las cercanas casas, prácticamente chabolas, de la Vía Carpetana, donde se llevaba una vida primigenia y tosca. De más mayor no volvi por allí y me repugna ese trato a los animales, pero se me ha quedado grabado el ruido y la imagen de los perros saliendo a destrozar cuando abren el portón. En todo esto está inspirada la portada de mi próximo libro, CARRETERA, PASTA, PODER, que parte de una imagen como esta.

Miguel Baquero


jueves, 7 de enero de 2016

PELÍCULAS PARA LA PENUMBRA: Entrevista en Diario de León.



Vicente Muñoz reúne en un libro los títulos más desasosegantes de la historia del cine.

E. GANCEDO | Diario de León, 4/01/2016


Son películas que dejan clavado al espectador en la butaca, completamente inmóvil hasta que empiezan a desfilar por la pantalla los títulos de crédito. Y no se trata necesariamente de filmes adscribibles al género de terror sino más bien de cintas impactantes, perturbadoras en la más amplia extensión del término, esas que anidan en la mente de quien las visualiza y se quedan allí dando vueltas durante mucho tiempo.

Así le pasó a Vicente Muñoz Álvarez con las 132 producciones que ahora ha reunido y glosado cinéfila y literariamente en la segunda parte de sus Cult Movies, Películas para la penumbra (ed. Excodra), que se suman a las 100 incluidas en aquel primer tomo de idóneo bautizo, Películas para llevarse al infierno, editado por Eutelequia en 2011. Un buen puñado de historias magníficas y desazonantes —del todo alejadas de la gran industria y los gustos de masas— en el que no pocas son españolas, raras joyas del cine más audaz.

«Se trata de un listado de las películas que de una u otra manera más me han impactado y que considero que todo cinéfilo debería ver. No de las que para mí son las mejores películas de la historia del cine, que requerirían otro listado aparte y sobre las que ya han corrido ríos de tinta —detalla Muñoz—. Eso por un lado, y por otro, y como criterio determinante en la selección, tratarse, salvo muy pocas excepciones, de películas desconocidas para el gran público, sobre las que apenas hay bibliografía ni información».

Y así, el objetivo básico de este libro, aparte del puramente literario, que también lo hay —«las conexiones de todas estas películas con libros y escritores que admiro y que he leído intensamente en el transcurso de mi vida adulta»—, es descubrir y hablar de filmes «que muy pocos conocen y que, a mi juicio, nadie debería dejar de ver», asegura.

Y si tuviera que hablar de su particular ‘pódium’, Vicente Muñoz, poeta, narrador, cinéfilo y editor del fanzine Vinalia Trippers que este año celebrará su vigésimo aniversario, se lo piensa y cita de memoria La llamada (1965), de Javier Setó, y La dama del alba (1966), de Francisco Rovira Veleta, «dos películas españolas desasosegantes y oscuras pero sumamente poéticas y muy poco conocidas», y El hombre de mimbre (1973), de Robin Hardy, «para mí una obra maestra a reivindicar».

También maneja Muñoz —que presentará su libro el próximo 21 de enero en Elektra Cómics— numerosas anécdotas relacionadas con estos títulos. «Por ejemplo, en La dama del alba hay varios mensajes subliminales escalofriantes a lo largo del metraje, que pasan prácticamente desapercibidos. Y en El hombre de mimbre, el actor principal, el gran Christopher Lee, debido al bajo presupuesto y a su pasión por el tema que abordaba, los ritos paganos, panteístas y celtas en la Inglaterra profunda, accedió, en la cúspide de su carrera, a trabajar sin cobrar para que la película saliera adelante».

Preguntado por qué razón no se suele enseñar a apreciar y a entender este tipo de cine, responde el también autor de Regresiones y Animales perdidos que, «como en la literatura y en todo el arte en general, lo que interesa y renta es lo que va destinado y puede ser consumido por la gran mayoría, best sellers y películas taquilleras que dejan al margen otros muchos aspectos, los más importantes desde el punto de vista crítico y estético». «Para acceder a la alta literatura, al gran arte o al gran cine —transmite—, hay que salirse de esos circuitos y ahondar en márgenes y extrarradios, que es donde, salvo raras excepciones, se encuentran las obras de verdadero valor intrínseco».

En los 70, más riesgo

¿Pero es que este tipo de cine resulta inexistente o del todo infrecuente en nuestros días? «No exactamente —responde—. Hoy en día se sigue rodando cine independiente, de género y de autor, a veces estupendo. Pero, como siempre sucede, ese cine no llega, o simplemente no interesa al gran público. Aunque también es cierto, y eso es evidente, que la sociedad, para bien o para mal, ha convertido en estas últimas décadas muchos temas en tabú que hoy nadie se atrevería a rodar. De ahí que muchas de las películas que reseño en este segundo volumen de Cult Movies sean de la década de los 70, un período, a nivel creativo, especialmente transgresor»

Le sorprende la pregunta de si es un director ‘en potencia’. «La verdad, nunca me lo había planteado —admite—. Supongo que en potencia sí, pero sólo en potencia. Lo que sí soy es escritor, y supongo que suplo las veces en mis propios libros, que dirijo de principio a fin». Y a un cinéfilo tan empedernido como Muñoz resulta obligado pedirle una recomendación, aunque sólo sea una. «Aconsejaría ver Harold y Maude (1971), de Hal Hashby, un canto libertario a la dignidad del ser humano y una maravillosa y corrosiva historia de amor sin fronteras».

Y en el remate alude al inicio mismo, al prólogo que firma el prestigioso crítico Jesús Palacios: «Es de lo más clarificador para comprender y saber apreciar este tipo de cine marginal e independiente. Gran suerte la mía, conocerle desde hace tiempo y contar con su prólogo».




miércoles, 6 de enero de 2016

PEQUEÑA GUÍA DE ESCRITORES SINTECHO. Patxi Irurzun


La literatura se ha ocupado en muchas ocasiones de quienes no tienen nada: vagabundos, alcohólicos, mendigos… A veces con un halo romántico que se desvanece cuando los propios autores han sido sintechos y han escrito sobre ello, como el boliviano Víctor Hugo Viscarra, que vivió treinta años en la calle, o el mexicano Carlos Flores Vargas, el “escritor apestado” que amenazó con amputarse y comerse su propio brazo.  


Patxi Irurzun. Publicado en Gara 5/01/2016

La literatura siempre ha estado ligada a la precariedad, aunque es falso que los libros no den de comer, porque hay un montón de gente que vive de ellos: editoriales, distribuidores, libreros, presentadores de televisión…; a quienes por lo general no dan de comer ni proporcionan techo los libros es a los escritores. Y tal vez por eso, por empatía o solidaridad,  muchos de ellos se han sentido atraídos y han escrito sobre quienes no tienen nada: vagabundos, mendigos, buscavidas… Los niños de la calle de Jorge Amado, los borrachos de Bukowski, el hambre de Knut Hamsum…

Muchos escritores han sufrido en silencio penurias, otros las han utilizado como un broche con el que adornar las solapas de sus libros, y hay algunos autores que han escrito sobre la indigencia desde la más pura intemperie, desde los bancos de los parques o los centros de acogida para vagabundos.

Tom Kromer y Nada que esperar

Es el caso del estadounidense Tom Kromer, de quien la editorial Sajalin publicó hace unos meses Nada que esperar, un clásico de la literatura de la Gran Depresión, que narra los cinco años que el autor pasó deambulando por albergues, vías de ferrocarril, descampados o pensiones de mala muerte. La vida de los vagabundos estadounidenses de ese periodo (retratada también en otros libros, como el magnífico Tallo de hierro, de Willian Kennedy, adaptado al cine por Héctor Babenco e interpretada en su papel protagonista por Jack Nicholson), está escrita en Nada que esperar sobre papeles de fumar o en los márgenes de los folletos religiosos de los albergues cristianos. Kromer refleja la desesperanza de un ejército de pobres vencido por el hambre y el desempleo, sus triquiñuelas para pedir limosna, la muerte de algunos compañeros, desmembrados al intentar subir en marcha a trenes de mercancías, las palizas de la policía…




Victor Hugo Viscarra

A las palizas de la policía, precisamente, achacaba otro escritor vagabundo, el boliviano Victor Hugo Viscarra, su ruina física, en lugar de a los treinta años malvividos en las calles de La Paz, o al alcohol trasegado durante todo ese tiempo. Víctor Hugo Viscarra, que murió en 2006 a los 49 años cuando parecía que tenía 70, dejó títulos como Alcoholatum y otros drinks, en los que describe la vida de los borrachos, delincuentes y vagabundos de La Paz, es decir, su propia vida: los bares como pudrideros (bares con nombres como El pezón de la mariposa o El Averno; bares en los que es posible encerrarse bajo candado para beber hasta reventar, literalmente); el sexo indigente,  buscando calor en la pestilencia y la llaga; el mundo y el lenguaje del pequeño hampa paceño… De Víctor Hugo Viscarra, una leyenda de la noche y de la literatura maldita boliviana, se han ocupado más y mucho mejor otros autores como Alex Ayala o Miguel Sánchez-Ostiz; y la editorial gasteiztarra Mono Azul publicó su título quizás más conocido y accesible, Borracho estaba, pero me acuerdo.

Carlos Flores Vargas, el escritor apestado

El mexicano Carlos Flores Vargas no es propiamente un escritor sintecho, pero sí se puede decir que vive y trabaja en la calle, que la recorre cada día de arriba abajo con sus libros a cuestas, y los recortes de prensa que hablan de “su caso”. Ganador del prestigioso concurso internacional de cuentos Max Aub en 1988, Flores firmó un contrato con la editorial mexicana Diana, pero esta retuvo sus cuentos, dilató ad infinitum la publicación de los mismos, ante lo cual el escritor inició una huelga de hambre frente a sus oficinas e incluso amenazó con amputarse y comer su propio brazo si la editorial no cumplía el contrato. La editorial finalmente indemnizó al escritor pero su pequeña victoria fue a la vez su tumba, pues a partir de ese momento ninguna otra editorial quiso publicar a un autor con fama de conflictivo como Flores Vargas. Desde entonces este vende de manera ambulante sus libros, que él mismo edita bajo sello propio (El patito feo), por el Zócalo de México DF o la Plaza Tolsá. Por cada uno de ellos pide 0,60 pesos, y además tiene una página web, www.elescritorapestado.com, en las que se pueden leer algunas de sus obras, como Cuentos de sexo o Estela y la sangre.

Néstor Sánchez

Néstor Sánchez fue amigo de Julio Cortázar, admirado por este y recomendado a prestigiosas editoriales. Compartió con el autor de El perseguidor su gusto por el jazz e intentó trasladar a sus obras sus cadencias, y las del tango y sus ambientes prostibularios. Pero solo se convertiría en un autor de culto tras desaparecer durante 14 años e incluso ser dado por muerto. En realidad Sánchez había abandonado su Argentina natal y vagabundeaba por el mundo. Su hijo Claudio, a quien abandonó con 9 años, recibía de vez en cuando postales desde Europa o Nueva York, donde finalmente pudo localizarlo convertido en un homeless y un enfermo mental. Aunque durante sus últimos días en un centro psiquiátrico (de los que deja un magnífico testimonio la doctora que lo atendió, disponible en la web dedicada al autor) Sánchez no mostró ningún interés por su hijo, lo que no ha impedido que tras su muerte este le correspondiera con amor filial —y literario—incondicional, recogiendo y publicando toda su obra, que se puede consultar y adquirir en www.nestorsanchez.com. Existe, además, un documental de Matilde Michanie titulado  Se acabó la épica, que narra la peripecia vital de Néstor Sánchez.

Miquel Fuster

Un caso más cercano es el del dibujante e ilustrador barcelonés Miquel Fuster, que tras entrar como aprendiz con 16 años en la Bruguera y trabajar como ilustrador durante años en otras editoriales de prestigio, como Norma, o agencias de prestigio como Selecciones Ilustradas, se vio en la calle a causa de una acumulación de desgracias: una ruptura sentimental, el refugio en el alcohol, el incendio fortuito de su vivienda… Miquel Fuster pasó 15 años viviendo al raso, sobreviviendo gracias  a la mendicidad, hasta que en 2007 comenzó a publicar sus vivencias en un blog que finalmente se convertiría en una novela  gráfica titulada Miquel, 15 años en la calle. Miquel mantiene además un blog en el que se pueden ver algunas páginas de este trabajo, y otras ilustraciones de trazo desgarrado y oscuro que dejan constancia de sus años como sin techo. La dirección es www.miquelfuster.com y la página se subtitula de la siguiente manera: Un blog para volver a pintar.


REGALOS DE REYES por TOMÁS SOLER BORJA



Ya envueltos
en papel dorado
repleto de estrellitas y cometas.

Y dentro
los regalos
con sus etiquetas, con sus precios
puestos, bien en grande
que se vean.

Sí, nada de despiste.
Que lo sepan, cuanto antes
mejor

lo mucho que nos cuestan
los Reyes.

Y así, siempre
sangrando a la plebe
todas las monarquías.


Tomás Soler Borja


domingo, 3 de enero de 2016

HASTA SIEMPRE LEMMY por CARLOS SALCEDO ODKLAS



Me despierto confuso, con un ligero dolor de cabeza. Miro el ordenador y resulta que lo de anoche no fue un mal sueño: Lemmy ha muerto.

Era el año 93. Yo tenía 13 años, vivía en Móstoles y estaba empezando a descubrir un tipo de música que acabaría por acompañarme siempre. Un colega me había dejado un disco de Guns n' Roses y otro de AC/DC y desde entonces no paraba de escucharlos una y otra vez de manera obsesiva. Era algo que no había experimentado nunca, se abría un mundo nuevo ante mí, un mundo intenso y peligroso, veloz y fascinante, y ansiaba explorarlo para descubrir hasta el último rincón, aunque no tenía muy claro cómo iba a hacerlo.
Por suerte al lado de la estación de cercanías había un viejo heavy que se ponía allí algunas tardes. Tenía unas cajas de zapatos llenas de cintas magnéticas, cassettes, con grabaciones pirata de los últimos discos del mercado, las portadas eran fotocopias y te los vendía a un precio especial. Yo, con 13 años y dependiendo del par de monedas que me daban semanalmente para chucherías, vi como una bendición aquel tráfico subterráneo, así que fui a visitar al heavy de la estación.
Ahí estaba, con sus cajas. Me acerqué y eché un vistazo. No sabía qué cinta elegir, había un jodido montón, y la decisión era sumamente importante ya que solo podía escoger una. Podría haber pedido consejo al heavy, pero no quería parecer un chavalillo inocente e ignorante, bastante tenía con mi corta edad, quería impresionar al heavy. Así que hice como que sabía lo que estaba haciendo. No me sonaba ningún puto nombre, pero cogí una cinta al azar, observé la portada fotocopiada con interés «mmm... mmm... ahá», la dejé en su sitio y cogí otra, ni puta idea de quiénes eran, pero hacía como que sí, creo que incluso me aventuré a soltar un «no sabía que estos habían sacado un disco» que debió sonar más falso que una moneda de seis pesetas. El tipo heavy me observaba con atención. Dejé la cinta en su sitio. Tampoco iba a estar así toda la tarde, tarde o temprano tendría que escoger una y llevármela, quién sabe cuándo podría ahorrar las bastantes monedas como para comprar otra cinta pirata, la que escogiera iba a ser la que me acompañara las siguientes semanas en el walkman, la que escucharía sin parar durante días y días, era importante no cagarla. Observé los títulos y uno en especial llamó mi atención:
MOTÖRHEAD – BASTARDS.
Mis escasos conocimientos de inglés bastaban para traducir esa palabra y si un grupo ponía un título tan directo y «atrevido» a una de sus obras me hacía pensar que el interior valdría la pena. Cogí la cinta y observé la portada, igual de simple y directa que el título: una especie de calavera de animal de enormes cuernos sobre un fondo totalmente negro. No me lo pensé demasiado, parecía una elección obvia, «Me llevo esta» le dije al heavy, «¡Excelente elección!» me contestó entusiasmado. Sonreí, al parecer la jugada me había salido bien, había escogido sabiamente y había impresionado al heavy con mis fingidos conocimientos.
Qué decir de lo que encontré luego cuando pude oír la cinta... On your feet or on your knees, Death or Glory, Born to raise hell, Don't let daddy kiss me, Lost in the ozone...
Motorhead no me falló aquel día.
Bastards está considerado uno de los discos imprescindibles de Motorhead por su calidad y eso, unido al componente personal y nostálgico que tiene para mí, ha hecho que siempre haya sido mi disco favorito de la banda. Cuántas veces lo habré escuchado desde aquel día... no lo sé, supongo que miles...
Motorhead no me falló aquél día. Y jamás lo ha hecho desde entonces.
Sin duda he seguido a otras bandas con más atención y pasión. Pero Motorhead siempre han sido un comodín, un sitio seguro, un viejo amigo. Puede que estuviese en una época en la que solo escuchaba thrash metal, cuando flipaba con Metallica, Megadeth o Sepultura, o cuando, ya metido en el aprendizaje de la guitarra, no escuchaba más que discos de virtuosos (Yngwie, Vai, Satriani...) pero en cualquiera de esos momentos si caía un disco de Motorhead en mis manos no dudaba en darle varias escuchas, sabía lo que encontraría en su interior, una música directa, con pasión y actitud, fiel a sí misma, sin concesiones, totalmente disfrutable en cualquier ocasión, y los cabrones nunca me fallaban.
Eso ha sido para mí Motorhead, la banda. Luego encima está Lemmy, el personaje. Tampoco he dudado nunca en leerme alguna entrevista con él si las encontraba por casualidad hojeando una revista, he visto los documentales, he buscado vídeos. Era un tipo tan auténtico, tan honesto, con ese sentido del humor tan particular y esa visión del mundo. Lemmy era un gurú, aunque seguramente se echaría las manos a la cabeza si alguien le dijese eso. Nadie podría haber llevado esa clase de vida más que él y todo ese bagaje le ha dotado de un aura y una sabiduría que se aprecia al primer vistazo. Lemmy es Dios, dicen algunos. Sea cual sea tu grado de fanatismo puedes acercarte a alguna de sus entrevistas, escuchar lo que dice y darte cuenta de que es un vividor, un forajido, un tipo fiel a sí mismo y a sus creencias, y que seguramente tenga algo que enseñarte o algún valioso consejo para ti.
Ahora las redes se llenan de sus citas así que lo tienes fácil para adentrarte en la filosofía Lemmy. Yo me quedo con su pasión por la juerga, las mujeres y la música (dieta a base de alcohol y defensor de las drogas, adorador de las mujeres pero en contra de los compromisos y las relaciones largas, la música como tabla de salvación) y su compromiso con su obra y sus fans (discos y giras constantes, la vida en la carretera haciendo lo que le gusta sin lloriquear, sin dramas, dándole a sus seguidores lo que querían hasta su último concierto, dolorido y a tan solo 20 días de su muerte). Solo espero que mi vida sea la mitad de interesante y honesta, con eso me doy con un canto en los dientes.
Me enteré de su fallecimiento enseguida. Debido a una lesión en la pierna y a una gripe no he podido moverme de la cama en un par de días, así que estaba ahí tirado, enfermo, perdiendo el tiempo en Internet. Vi un par de mensajes al respecto y pensé que era un broma del día de los inocentes, una broma de muy mal gusto, pero algo no encajaba, el día de los inocentes en Estados Unidos es en abril... fui corriendo a la página oficial y allí había un comunicado de la banda subido tan solo unos minutos antes. Era cierto. Pedían que escuchásemos su música muy alto, que compartiéramos historias y brindis. Así que eso hice. Puse el Bastards a todo trapo, salí de la cama, me vestí como pude aguantando el dolor y me largué cojeando a un garito cercano a pedirme unos chupitos de Jack Daniel's. Ahora aprovecho la resaca y que voy de escritorzuelo para dedicarle estas líneas, luego tocaré alguno de sus temas. Seguramente más tarde caigan unos brindis. Su música suena en bucle en mi ordenador desde ayer y seguramente lo haga durante días (ahora mismo suena Stay out of jail).
Tuve la fortuna de acudir al que a la postre sería su último concierto en España, en el marco del Resurrection Fest, y ahí estaba, estático y débil, cansado, pero era el puto Lemmy joder, y había ido a vernos y tocar para nosotros, ni que decir tiene que fue especial. Por suerte en esta época de Internet podemos acercarnos muy fácilmente a su obra, escuchar sus discos, leer sus letras, buscar entrevistas... Ver lo que ese viejo rockero tiene que contarnos, acercarnos a su grandeza y, con un poco de suerte, no acabar siendo unos capullos.
Nunca habrá otro Lemmy, el mundo ha cambiado demasiado, estamos en la época de los selfies y los cientos de canales, la época de Internet, de las redes sociales... es muy difícil conservar la inocencia en estos tiempos, es muy difícil conservar la autenticidad en la época de las apariencias. Es muy difícil que algo parezca real cuando lo miras, todo parece fabricado, meditado, masticado. Eso no pasaba con Lemmy, Lemmy era real, era auténtico, y aunque algunos nunca lo imaginamos, también era mortal. Y se ha ido.

Gracias por todo Lemmy. Descansa en paz, o haz lo que te salga de las pelotas, como siempre hiciste.

Born to lose
lived to win.

Carlos Salcedo Odklas, del blog La venganza de los malditos.

sábado, 2 de enero de 2016

1 POEMA de JORGE M MOLINERO




Es tan fácil
como echar
esta rama de tomillo
al río para
que huela bien
me enseñó
la cría

Y yo
intentando aún
con fuegos de artificio
inventar
la fórmula
del vuelo rasante
de una especie
al borde
de la extinción


Jorge M Molinero