Descubrí a Raúl Núñez por casualidad en 1993 a través de ese breve y luminoso poemario titulado People, editado por Tusquets en 1974.
Nada sabía hasta entonces de él, pero compré aquel libro por intuición al leer la sinopsis de su contraportada: People - decía - es una galería de freaks; aquí quedan grabados y enmarcados, respirando para siempre la atmósfera contaminada de nuestro tiempo. Son los personajes-límite de una época, ya en vías de disolución y en plena metamorfosis...
Estas palabras me cautivaron y fueron las culpables, en cierto modo, de mi devoción posterior por Raúl. Porque lo cierto es que People me arrebató (que diría mi querido Iván Zulueta), su ritmo y referentes beat, su atmósfera de marginalidad y misticismo, su espontaneidad, sus metáforas delirantes y esa fusión de prosa y poesía pop, hibridada y marciana, precursora (antes de Bukowski o Carver) del llamando Realismo Sucio en nuestro país, que en aquel momento me pareció absolutamente deslumbrante y moderna.
Comencé a partir de entonces a indagar en la vida y obra de Raúl, del que durante los noventa se sabía por estos pagos más bien poco. Escritor argentino nacido en 1947, afincado en España durante los ochenta, a caballo entre Barcelona y Valencia, y autor de varios libros inencontrables y descatalogados: las novelas Derrama Whiski sobre tu amigo muerto, Sinatra, La rubia del bar y A solas con Betty Bop, y los poemarios San John López del camino, Poemas de los Ängeles naúfragos, Cannabis Flan, Jugla Rock y el ya citado People.
Algunos de estos títulos los fui consiguiendo a través de catálogos especializados y librerías de viejo, y algunos otros sigo hoy, quince años después, sin haberlos logrado encontrar...
Ni siquiera supe de su muerte en 1996, en Valencia, porque no fue algo sonado ni de lo que se hablara en los medios; Raúl murió alcoholizado, pobre y solo, maldito hasta el tuétano y lleno de poesía y nostalgia, como cualquier freak de sus poemas, y que yo sepa muy pocas necrológicas o recordatorios de sus libros se hicieron entonces o se han hecho hasta el día de hoy... Y ello pese a haberse adaptado dos de sus novelas, Sinatra y la Rubia del bar (editadas ambas por Anagrama), a la pantalla grande, y ser un autor de culto entre ciertos círculos de escritores libertarios de su tiempo.
La editorial tinerfeña Baile del sol ha venido a saldar al fin parte de esta deuda pendiente con Núñez, reuniendo toda su obra poética en un volumen recién editado y absolutamente recomendable titulado Marihuana para los pájaros.
Y por nuestra parte, Patxi Irurzun (vía David González) y yo hemos aportado nuestro granito de arena a la causa incluyendo uno de sus relatos en la antología Resaca/Hank Over. Un homenaje a Charles Bukowski (Caballo de Troya/ Mondadori, 2008), que entre los dos coordinamos.
Sólo queda ahora esperar que Anagrama reedite sus novelas y que poco a poco la crítica le ponga definitivamente en el lugar que merece.
Salud & Pura Vida, Raúl,
allá donde ahora estés.
allá donde ahora estés.
Vicente Muñoz Álvarez, de Azul Eléctrico. Cultura Subterránea. Nº9.
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