desde hacía unos años
el hombre de 40
lloraba como un bebé
sin motivo aparente
sin tener siquiera un porqué
estaba en su sexta muda de sangre
y la piel de serpiente se le caía
de una forma
apenas
perceptible
sólo yo sabía
que no había modo de pararlo
sólo yo sabía
que había que prenderle fuego
a todas las escamas
el hombre de 40
lloraba como un bebé
sin motivo aparente
sin tener siquiera un porqué
estaba en su sexta muda de sangre
y la piel de serpiente se le caía
de una forma
apenas
perceptible
sólo yo sabía
que no había modo de pararlo
sólo yo sabía
que había que prenderle fuego
a todas las escamas
Déborah Vukusic, del blog Abeja con orejas de lobo.
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Ilustración by Jaime Vielma Moreno.
1 comentario:
4 u, pero ya lo sabías! love & thanks. D
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