Esperando al lado de la ventana
mis pies tapados por los cadáveres de los
contrabandistas de licores de Chicago
soy el último gangster, al fin seguro
esperando al lado de una ventana a prueba de balas.
Miro hacia la calle y reconozco a
los dos asesinos llegados de St. Louis.
Los he visto envejecer
... las armas oxidándose en su manos artríticas.
Gregory Corso, de Gasolina y otros poemas. Traducción de Diego A. Manrique ( Star Books, 1980 ).
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