Estalló un vaso a nuestros pies
dos bofetadas sirvieron para educarle
las mujeres me admiraron esa noche
pero durmieron con los hombres
que se habían quedado quietos
muy quietos.
***
Descubro entre el ruido
la lentitud de tu mirada
y la noche progresa
al compás de Harlem Nocturno
cuando el saxo calla
la lentitud de tu mirada,
seguida de tu hermoso culo
se ahoga
entre los hielos
de mi penúltima copa.
***
Racimos de dientes
ante mi lenguay corre la espuma de la cerveza
sobre la barra
dejando ese cerco
con el que juguetear
contra la madrugada.
***
Tomé algunos sedantes en aquella época,
agoté las reservas de alcohol
y también, creo recordar,
no podía olvidarte.
Estos poemas pertencen al libroblog Tragos, de Felipe Zapico Alonso, que se puede leer completo aquí. Felipe nos visita de vez en cuando enmascarado como Narciso el valvulista, y sus comentarios son siempre bien recibidos.
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