No parece casual que cuando daba sus primeros pasos sobre un teclado quería ser como Scott Fitzgerald y Ernest Hemingway. Aunque para él, y a primera vista para todos, el destino lo alejó de las cumbres de la ficción y del estilismo delicado de sus ídolos, a su manera Hunter Thompson siguió sus pasos: mezcló de forma casi indisociable su obra y su leyenda, a la vez que marcó a su generación y a las siguientes con un estilo único para escribir el mundo en el que vivía: eso que se ha dado en llamar periodismo gonzo. Ahora, en la flamante biografía oral Gonzo: The Life of Hunter Thompson, amigos, conocidos, víctimas, jefes y enemigos reconstruyen la vida y la obra de este hombre que vivió a la manera de un dandy de los excesos como su adorado Fitzgerald y terminó matándose de un balazo como su adorado Hemingway. [Seguir leyendo, en el suplemento de libros de Página/12: aquí]
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