Me has obligado a volver a abrir
el diario del odio.
Te di todo el aire que tenía libre
para que pudieras respirar
desde mi boca.
Ahora quizás prefieras el vídeo completo
de mi repetida exploración a las ciénagas
donde habitan los espíritus de las mujeres desdeñosas.
Sus presencias nauseabundas contaminan la atmósfera
y con sus sonrisas bobaliconas y sus colmillos
y dedos de uñas rotas
mordisquean trozos de mi carne putrefacta,
mi carne, arrancada de mi espalda.
Se acercan,
berrean en danza de desafinadas orquestas
salmos de arcanos laberintos
donde encontrar refugio.
Son el corazón de las tormentas.
Octavio Gómez Milián, de Con el sueño cambiado ( Eclipsados, 2008 ).
1 comentario:
ese octavio!
grande eres
Publicar un comentario