Julián tenía los ojos tristes y
una polla de veinticinco centímetros.
El pelo largo, rizado.
Los ojos rojos,
como su sangre que siempre le hervía.
Nació la noche del treinta y uno de diciembre
a caballo entre el sesenta y ocho
y el sesenta y nueve.
Mal año.
Muchas noches jugando a ser un héroe
escuchando Heroin
y al final el caballo le enganchó.
Ayer
ingresó en la U.C.I.
y la gente del barrio sabe
que no saldrá de ésta.
A ti no te mató el éxito
como a Kurt Cobain
a ti te mató el caballo
pero, por varios motivos, siempre serás nuestro héroe.
Nacho Tajahuerce, de Deshielo ( Eclipsados, 2006 )
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