Bien es cierto que ya nada es lo mismo,
mejor,
me hacen gracia aquellos que me dicen:
tío, has cambiado, ya no eres el mismo.
¿Cómo se puede decir eso en sentido peyorativo?
¿Debe ser el niño igual que el bebé,
el adolescente igual que el niño,
el adulto, sobre todo el adulto, igual que
el bebé, el niño y el adolescente?
Si me lo preguntas a mí, te diré que no.
Ahora bien, en cada cambio
se pierde
parte de nosotros y a parte de los demás
es bueno saberlo
ser distinto no podía resultar fácil.
Ni ser distinto, ni crecer, ni cambiar,
ni permanecer como siempre
todo es difícil, en el fondo.
mejor,
me hacen gracia aquellos que me dicen:
tío, has cambiado, ya no eres el mismo.
¿Cómo se puede decir eso en sentido peyorativo?
¿Debe ser el niño igual que el bebé,
el adolescente igual que el niño,
el adulto, sobre todo el adulto, igual que
el bebé, el niño y el adolescente?
Si me lo preguntas a mí, te diré que no.
Ahora bien, en cada cambio
se pierde
parte de nosotros y a parte de los demás
es bueno saberlo
ser distinto no podía resultar fácil.
Ni ser distinto, ni crecer, ni cambiar,
ni permanecer como siempre
todo es difícil, en el fondo.
Javier Belinchón, del blog Tinta en las Manos.
Ilustración by Velpister.
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