Estoy leyendo José Trigo
y una biografía de Jack Kerouac
el autor de Visiones de Cody
el clochard que inspiró a varias generaciones a lanzarse a la carretera.
Asistí a un concierto de Depeche Mode en Monterrey
me despeñé en parrandas de cocaína con Gerson Gómez
me hice amigo de Arnulfo Vigil
bebí caguamas Sol en la guarida de la revista Oficio
y en un programa de concursos me gané una grabadora con compact disc, papá.
No acompañé al Abuelomuchacho a Argentina
pero algún día me voy a comprar el boleto de avión.
Me he enfermado de salmonela
por entrarle a los tacos de tripitas en la esquina de Matamoros y Acuña
me he enfermado de tifoidea
por cenar tortillones de con don Lolo a las 2 de la mañana.
He oído todos los discos de John Coltrane
y leí Zodiaco Negro del poeta Charles Wrigth.
Me gusta caminar por calles llenas de fábricas
por la prolongada avenida a espaldas de la central de autobuses.
Yo también he recorrido a pie las vías del tren.
He compartido litros de cerveza con desconocidos en lotes baldíos.
He comprado droga en Veracruz.
Estuve en el D.F.
borracho con el emborrachado Eusebio Ruvalcaba.
He presenciado los peores partidos de béisbol de la historia
en el estadio Revolución.
He contemplado el eterno lecho seco del río Nazas
llenarse de agua por primera vez en muchas vidas
lo he visto desde el Cristo enorme que habita la punta del Cerro de las Noas.
Conocí a Manic Street Preachers gracias a El Bordón.
He deambulado por todas las cantinas de la ciudad
bares, teibols y antros gays.
He regresado a casa borracho
he vuelto con heridas en el hígado
a las 5 de la mañana
mientras otros van al trabajo.
Una vez viví con una mujer.
Me fui de pinta por los billares del barrio.
Tengo en mi iPod la discografía completa de Camarón.
Me he aficionado a las pastillas
he ingerido Tafil, Prozác y Valium
anfetas y tachas.
Estoy en busca del amor
como el grupo de rock que busca quién le produzca su primer disco.
Estoy en busca del díler definitivo
que fíe y sea mujer.
La juventud es una nación perdida.
He viajado con muy poco dinero
he sufrido apocalípticas resacas
he sido infiel
he renunciado a varios empleos
he recibido cien dosis de Beyodecta.
He oído la música de todos los conjuntos norteños que se reúnen afuera del Gota de Uva.
He dormido en las bancas de la Alameda Zaragoza.
Me he peleado en las cantinas.
Me he vestido de negro
y cantado corridos de Cuco Sánchez.
Caí en la cárcel por robar libros.
Qué ojos, qué piernas y qué cuerpos los de las mujeres de mi ciudad
qué cantinas
el Perches, el Reforma, el Águila de Oro, el Versalles, el Chava Club, el Paraíso.
He visto a mi alma irse de gira por España
dos años.
Y he chocado
un carro que no es mío.
Se que moriré de cáncer en el hígado
no me importa.
He oído mil veces el mismo disco
las canciones 3 y 4 están rayadas.
Hace mucho tiempo fui un buen niño.
He regresado a casa borracho
llevo una vida de vodka y salario mínimo
leo el periódico El Norte.
He leído todas las leyendas obscenas inscritas en los baños del Mercado Juárez
yo he escrito algunas
y he descubierto que México no es una tierra de estreñidos.
(Continuará)
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