Entre las infinitas formas que puede adquirir una resaca, tengo anotada esta variante: una especie de huida atormentada de la luz del día, la vibrátil agilidad de un fugitivo abrumado por remordimientos de conciencia.
El compromiso, de Sergei Dovlátov (1941 - 1990), que fue un gran escritor y un invencible bebedor de vodka.
No hay comentarios:
Publicar un comentario