Ellos me han puesto delante el papel,
me han puesto delante el lápiz,
me han puesto en la mano la llave de mi casa.
El papel que han querido manchar
ha dicho: ¡Resiste!
El lápiz cuya frente han querido mancillar en el barro
ha dicho: ¡Resiste!
La llave de la casa ha dicho:
En nombre de cada piedra
de tu humilde casa ¡Resiste!
Un golpe en el muro
es el mensaje de una mano rota
que dice: ¡Resiste!
Y la lluvia cae
golpeando el techo de la sala de tortura.
Cada gota grita: ¡Resiste!
Muin Basisu (Gaza, Palestina, 1927-1984)
Hace unos días tuve que entrevistar al escritor Javier Cercas, de quien solo había leido a medias Soldados de Salamina (me encargaron la entrevista de un día para otro), así que hice algunas de esas preguntas comodín para salir del paso, ¿La literatura puede cambiar el mundo?, y Cercas, que resultó ser un tipo bastante majo e hizo como si fuera la primera vez que se lo decían, me contó una anécdota sobre Elías Canetti relacionada con ella. Conversando con otro escritor -siento no recordar el nombre- durante la segunda guerra mundial este le preguntó si su literatura podía hacer algo para parar esa guerra. Canetti contestó: "Si la literatura no sirve para parar esta guerra, al menos para intentarlo, no sirve para nada". Escribir un poema, subir al blog otro como este del palestino Muin Basisu, o como los que David cuelga en su blog, poesía palestina de combate, o Petisme en el suyo, una canción, lo que sea, cualquier aportación puede ayudar, quizás, a parar esta sangría que dura ya tantos años y nos es cosa de dos portadas de periódico esta semana; cualquier cosa para romper al menos este silencio que ha durado casi el mismo tiempo. Quizás no sirva para nada, yo no estoy tan seguro de que la literatura pueda cambiar el mundo o parar una guerra, pero sí de que debemos escribir como si pudiera hacerlo. Por intentarlo al menos que no sea. P.
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