Dijiste que sabría lo aburrida
que es la noche sin ti, cuando te fuiste.
El armario temblaba ante tu enojo.
La puerta, temerosa, te hizo paso.
Tu adiós hizo a la casa estremecerse
y parecer de pronto envejecida.
He buscado con whisky sustituirte,
pero el whisky se adapta a mi tristeza.
He buscado con otras sustituirte,
más no saben igual todos los cuerpos.
Es como si le echara un vaso de agua
a un campo enflaquecido en la sequía.
Como con un puñado de cemento
intentar construir un rascacielos.
Ahora vine a saber cuánta amargura
la pequeña palabra "adiós" contiene.
José María Fonollosa, de Ciudad del hombre: New York (Quaderns Crema, S.A., 1996).
Ilustración by Leticia Vera, del blog Mi sonrisa sangra.
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