Reventé dos bombillas rojas
y te hice tragar cristales.
Sentado en el bidé,
frente a las baldosas blancas,
lavas cristales rojos.
Quiero que sepas del dolor
más profundo
en tus mismísimas entrañas.
Que cada esquirla
te haga sangrar,
como hace mi mente cada día:
mi sonrisa sangra.
Deshacer el nudo
de ambigüedades,
los cajones
que guardan todas las categorías
formuladas por un hilo de seres humanos.
Duele.
Ilustración & poema by Leticia Vera, del blog Mi sonrisa sangra.
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