nada cuesta llegar a no ser nadie.
Sin embargo buscamos no sólo
salir de la nada sino llegar a ser:
en la mirada, en los oídos
en el alma del otro dejar huella
sin embargo dejamos pedazos
de ser
de nuestro ser, por compartir la
vida.
Necios al fin porque sabemos
mejor que nadie, que al final
somos nada.
Algunos señalados por los dioses
podrían dejar una pequeña huella
recordable tan sólo una milésima
de tiempo geodésico, inmortales
durante un siglo o acaso dos milenios.
Imperturbables para la seriedad
de un tiempo inagotable: el Sol?
Y sin embargo seguimos insistiendo
seguimos insistiendo hasta la muerte
para encontrar un sitio en la Memoria.
Viajeros al final de la noche
o al corazón de las tinieblas
en una conjura de necios
que no desean ser el extranjero
en un mundo que está bajo el volcán.
Aunque sabemos que nadie lee
platónicos poemas ni aristotélicos
designios matemáticos
y mucho menos tragedias de este mundo
donde sócrates no te sofocles que te esquilo
y eurípides con un mosqueo de la ostia.
Ni siquiera leemos a hamlet
no te metas con el negro celoso
deja que esto lo arregle don quijote
meándose en el ulises del gran joyce.
Retratos del artista adolescente
que jamás llegará a viejo en el mar
y mucho menos a gaviota embarrancada
y ni siquiera a salvador de don juan.
Mamamos de las tetas de virginia
que nunca aprendió a jugar al golf.
Intentamos seguir en el camino
pero sabemos que a pesar de los motores
al final nos espera la resaca de hank
chupando su enésima cerveza
y haciéndose una buena paja
a la memoria de la última mujer
que no fue capaz de meterse en su cabeza.
Sutilezas del amigo auster
desvaríos del memorable saramago
pero al final sólo espera la nada
imperturbable al tiempo que vivimos
en dos generaciones olvidados
discípulos vendrán y olvidarán.
Ya no estaremos.
Nos quedan los poetas, los pintores
las cuevas y volver a empezar.
No ser, no cuesta nada no ser nadie.
Y sin embargo... mejor que ser de alguien
borreguito, mesnada, jauría, predador.
Mejor que lo intentemos: ser nosotros.
En el camino dejamos lo mejor.
Aunque sólo sea para no ser de nadie
por los siglos de los siglos, milenios...
conjurados.
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